Capítulo 3: el mundo no es un lugar tan grande.

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Capítulo 3: el mundo no es un lugar tan grande.

-¡No es malo!- exclamó la voz de una chica entre los susurros. Le sonó demasiado familiar.

-¡Su piedra es negra Crista!- Matt reconoció inmediatamente la voz perteneciente a Elena.

- La piedra de Félix también es negra- rebatió otro chico.

-Pero su brillo no, la piedra del nuevo tiene uno raro- atacó Elena.

-Crista no vio mentira en su rostro- dijo otra voz. Algo en esa oración en particular lo había puesto aún más alerta, aunque era difícil no estarlo, todo el grupo de adolescentes estaba sentado en una mesa redonda en el comedor y aun no habían notado su presencia allí.

Estaban todos tan concentrados en su discusión que ni siquiera notaban que había llegado junto a ellos.

-Ella dijo que no pudo ver nada- volvió a atacar.

-¿Tu que tienes contra mí?- preguntó asustando a alguno de los presentes, estaba harto de escuchar como hablaban de el como si no estuviera presente hace casi cinco minutos.

-¿Te dieron de alta novato?- preguntó un chico pelirrojo. Nadie dijo nada al respecto y tampoco parecía importarles que los encontrara hablando sobre mí. Matt creía que eran un grupo raro liderados por un chiflado.

- Si, Joshua dice que me curare en un par de horas- dije extrañado, pues al principio no lo creyó hasta ver que la herida que Elena le había hecho ya parecía una cicatriz reciente.

-Sí, somos casi indestructibles- intervino una chica bastante sonriente, tenía el cabello de distintos colores.

- Me llamo Matthew- les dijo- Soy Argentino- sentía la necesidad de aclarar, pues notaba los diferente acentos.

-Ya conoces a Elena, es Rusa- dijo señalando a la chica, ella ni lo miró- Yo soy Makena, de áfrica- se presentó sorprendiéndolo, pues a excepción de su cabello de colores la chica parecía albina.

-Nosotros somos los gemelos, ella es Phoenix y yo soy Félix- dijo el pelirrojo ganando su atención, él y su hermana tenían los ojos de un verde muy claro.

- Frganceses- agregó ella. El acento de él era poco notorio, pero el de su hermana no.

-Yo soy Samir, de La Meca- un moreno extendió su mano, apenas la estrechó sentía más confianza en sí mismo, como si no hubiera diferencia entre conocer a estas personas y conocer a tus nuevos compañeros del colegio al inicio del año.

-Samir, ya déjalo- le dijo la misma rubia que había guiado al grupo a la habitación antes- Soy Saraí, nací aquí- se encogió de hombros como si no hubiera mucho más que agregar.

-Ahh- la sorpresa no le permitió ser mas amable, miraba su mano como si le hubiera salido otro dedo.

- Te estaba dando confianza, es uno de sus dones- me explicó tímidamente una chica alta y delgada, con el cabello castaño largo y ojos azules- Soy Tina, Alemana-  le sorprendió lo blanca que era, su piel no tenia pecas, parecía una niña a comparación de los demás, ella no estaba entusiasmada por presentarse y luego de hacerlo simplemente siguió desayunando y leyendo su libro.

-¡Yo ser Hayato!- gritó uno los chicos, desde su acento hasta su aspecto físico gritaba que era asiático - chino- corroboró el.

-Él es Tahiel- Saraí presentó a un muchaho  despeinando el cabello castaño y corto que tenia, sus ojos eran de distintos colores- es chileno-

-Dejen que el novato respire- les aconsejó y no pasó por alto como alguno de ellos obedecían de inmediato.

- Soy Ettore- dijo un muchacho de cabello negro, su nariz se torcía en un ángulo extraño, lo que dejaba ver que había sido rota un par de veces- Italiano- agrego palmeando su espalda y nuevamente sintió como si esto no fuera tan difícil, incluso se preguntó  porque estaba tan nervioso con las presentaciones, porque dudaba tanto sobre ellos. Fue ahí cuando notó, esta vez era Ettore quien podía darle confianza.

Diamante NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora