Capítulo 22

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Baje a toda velocidad las escaleras tropezando con la gente que se encontraba en ellas, escuche a algunas personas que se quejaron y algunos reclamos ofensivos hacía mí, pero no me detuve. Salí a toda velocidad hacía la puerta, me detuve por un segundo y volví mi vista hacía las escaleras, pero no había señal de Aaron ni de "su chica". El aire gélido golpeo contra mi espalda y me recorrió un escalofrío. Caí de rodillas al suelo y comencé a llorar. Las lágrimas caían por mi rostro, comenzaron siendo gotas y se transformaron en chorros de agua, caían y se derramaban por mi cuello.

En ese momento comencé a ponerme furiosa, no con Aaron ni con la chica con la que estaba sino conmigo. En realidad ¿yo esperaba que Aaron bajara las escaleras corriendo tras de mi? o ¿que dejara lo que estaba haciendo o mejor dicho lo que estaba a punto de hacer con su chica para venir tras de mi?. Estaba furiosa conmigo por pensar eso, estaba furiosa por confundir las cosas, por esperar algo que jamás ocurriría, Aaron y yo solo éramos amigos. Y aún peor estaba furiosa por comenzar a tener ese maldito sentimiento del que vengo huyendo desde hace años.

Sentí que unos brazos me sujetaban fuerte para levantarme, por un segundo pensé que podría ser Aaron, pero me equivoqué, era solo un chico que pasaba por ahí. Me ayudo a levantarme, me solté de su brazo y sacudí mi ropa, dí un último vistazo hacía las escaleras, me limpié las lagrimas que aún caían por mi rostro y me dirigí hacia mi residencia.


Desperté con los ojos rojos e inflamados y aún tenía las mejillas rosadas, me senté en la cama y mi cabeza comenzó a dolerme. Todos los recuerdos de la noche anterior llegaron a mi otra vez, como si lo estuviera viviendo todo de nuevo. Yo no sabía por qué tenía esta sensación, era algo que nunca había sentido, no de esta forma. En ese momento tome una decisión. Tenía que cortar esto que sentía antes de que creciera cada vez más.

Llamaron a la puerta, en ese momento me percate de que Stella no se encontraba en la habitación. 

Abrí la puerta y se me corto la respiración.

Aaron estaba parado frente a mi con su típica sonrisa de lado.

-Hola, ¿Cómo estás?

-No lo dices enserio, ¿verdad?

-¿A qué te refieres? -frunció el ceño, de verdad no tenía ni idea.

-Olvídalo. -trate de esquivar su mirada. -¿Qué haces aquí?

-Tenemos clase, ¿Lo olvidas?

-Sí, amm, no iré. -Con todo lo que paso me quede dormida y realmente no me sentía con mucho humor para asistir.

Empujé la puerta, pero él la detuvo

-Tenemos que hablar. -Se acercó a mi cerrando la puerta al entrar a mi habitación.


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