Los recuerdos que tenía de mi vida siempre me llevaban a la misma mentira, yo misma era una mentira, realmente no sabía si en estos momentos podía ser salvada por alguien. Me daba poco a poco cuenta de que sentía algo más por Aaron, aunque realmente no sabía cómo ni cuándo había pasado. Los minutos y las horas se me habían hecho eternas desde que el se había ido de mi vida. Tampoco sabía cómo le había hecho él para que no me lo topara en los pasillos, pero él no sabía que yo había ansiado tanto encontrarme con él.
El mundo siguió andando hasta este momento en el que él estaba frente a mi con su perfecta sonrisa de lado, sin saber que yo era una farsa.
-No se si alguien pueda salvarme. -dije tratando de contener las lágrimas que querían escurrirse por mis mejillas.
-Aún no es tarde, yo lo se. Te he observado, y yo seré quién te salve. Lo he visto. -dijo cubriendo mis manos con las suyas.
-¿Cómo que lo viste? -dije respondiéndome inmediatamente.
-Te he soñado miles de veces. Al principio creí que estaba loco. La primera vez que soñé contigo ni siquiera te conocía, pero te veía. Cuando te conocí creí que había tenido una especie de Deja vu, pero recordé tu rostro perfectamente. Jamás lo olvidaría. -se detuvo por un instante -Cuando me aleje de ti volví a soñarte, te veía sola y triste algo me decía que aún podía salvarte de lo que fuera que estaba atormentándote. No podía permitir que te sintieras de esa forma. -se acerco un poco más ami.
-Es solo que yo no puedo ser salvada, ya no. -mis ojos comenzaron a derramar lágrimas.
-No es verdad. Tú eres la que no se deja salvar.
-Tal vez tienes razón, pero yo... -colocó mi mano sobre su pecho que se agitaba fuertemente.
Se acercó más hacía mi rostro y me besó.
Tal vez esto es lo que siempre había buscado, esta era mi salvación.
Sus labios quemaban mi piel, se movían como si danzaran sobre mis labios. Mi corazón quería salirse de mi pecho. La mano de Aaron que se posaba en mi cintura ardía quemando la piel de debajo. Mi mano se movía sujetando el cabello de su nuca.
-Zoe, llegaste a cambiar mi vida. -sus ojos estaban vidriosos como si quisiera soltarse a llorar, sus labios y sus mejillas habían cambiado a un color rosado. Se acerco para besarme de nuevo.
Sentí que mi mundo se desmoronó. Otra vez.
Sentí que caía y caía. Todo se volvió obscuro.
Alguien se acercaba a mi. Se acercó lo suficiente para tomar mi mano. Otra vez ese espantoso dolor.
-¡Suéltame! -gritaba lo más fuerte posible, tratando de liberar mi mano.
Pero esta vez fue diferente.
Su mano cedió. Me soltó.
-No tengas miedo. -Una voz masculina salió del cuerpo que estaba frente a mi. -Voy a ayudarte.
Ahora todo tenía sentido.
Esta vez era todo diferente.
La voz por primera vez tenía cara. Era Aaron.
Desperté mirando el techo de mi habitación, pero me di cuenta de que no estaba sola. Aaron estaba sentado en mi cama y sujetaba mi mano entre las sillas.
-Me salvaste. -dije sentándome de golpe para poder mirarlo a los ojos.
Antes de contestar soltó una pequeña risita.
-Pensé que te habías olvidado, te desmayaste. Sabes esa es la reacción que suelo tener en las chicas. -dijo dejándome ver los hoyuelos de sus mejillas.
-No enserio. -dije golpeándolo con mi pequeño puño en su brazo. -Te soñé.
-Eso yo te lo dije primero. -seguía riendo. Todo de él era perfecto, cuando se reía llenaba la habitación, y su risa era como música para mis oídos.
-No, en verdad, después de tanto tiempo. Tú eras el chico de mis sueños.
-Gracias, eso me lo dicen muy a menudo.
-Desde que tenía 15 años he tenido el mismo sueño, a veces me desmayo y me obligo a soñar con esto, pero a veces lo tengo cuando duermo. No lo tengo todos los días pero hace poco que lo tengo muy seguido.
-¿Cuéntame tu sueño? -se acerco a mi como un niño pequeño esperando que le lean un cuento.
-Bueno, en mi sueño -aún no estaba muy segura de querer contarlo. -hay un chico evidentemente, el punto es que antes en mi sueño alguien me quería obligar a hacer algo, pero yo trataba de resistirme, eso me provoca mucho dolor, sobre todo físico. Pero en el último sueño que tuve el chico que me sujeta me libera. Y eras tú. Era tu rostro.
-Hay algo que siento que va más allá de los sueños que nosotros tenemos. Algo que nos une.
ESTÁS LEYENDO
MY ONLY SECRET
RomansaZoe iniciará el primer año de Universidad. Todo es nuevo... Tendrá nuevos amigos... Vivirá en una nueva ciudad... Cruzará su camino con alguien más... Pero con ella viajará un pequeño secreto de su pasado. ¿Estará dispuesta...