Mi Amargada Rockera.

Capítulo # 21

Narro yo.

La joven de ojos cian enserió su rostro al escuchar a su mejor amigo decir que le gusta aquella chica nada agradable.

Sintió como si un balde de agua fría cayó sobre ella, no se lo esperaba, claro que no. La esperanza de al fin ganarse el corazón de Flash Sentry desapareció de un momento a otro. "¿Qué tiene Twilight que no tenga yo?" Se preguntaba varias veces mientras trataba de buscar una respuesta lógica o buscar algo de sentido.

Conocía a su amigo, nunca se interesaría en una chica de muy mal carácter como ella. Pero al parecer estaba muy equivocada.

¿Acaso los afectos que le hacía no llamaron la atención del joven? ¿Las indirectas? ¿El buen trato? ¿Todo eso fueron acciones de "mejor amiga" para él? Nada había valido la pena. Tantos años de intentarlo y ¿para qué? Para al final enterarse que él se había enamorado de una chica mal humorada y de muy poca educación. No lo podía creer, no lo quería creer, esto no podía estar pasando.

El fin de vivir en Canterlot no era ese.

-¿Por qué?

-¿Por qué? Bueno... -Se rascaba su nuca mientras trataba de esconder su nerviosismo. -Hay veces en las que el corazón manda. Al principio Twilight no me llamaba la atención, pero una cosa y otra... bueno, pasó; es una historia algo larga. Al parecer no te agradó, pero si la conocieras, las entenderías.

-¿Entender? ¡Ja! -Rió sarcástica.

-Ella es especial.

-¿Especial? ¿Con esa actitud? Al parecer lo que le hizo falta en su  niñez fue unas buenas nalgadas de su padre. -Comentó enojada para luego caminar, dejando al ojiazul confundido. -Esa mujer te tiene cegado.

-Oh vamos, Sunset. -Corrió hasta ella. -Dices eso porque recién la conoces, además ni siquiera cruzaron palabras.

-Porque ella no lo quiso, eso ya es diferente.

-Ella es así, sólo tienes que conocerla.

-No tengo la intención de hacerlo, con lo de hace un rato ya fue suficiente.

-Pero...

-Mira. -Lo interrumpió de golpe, haciendo lo posible de esconder su dolor y lágrimas. -No quiero seguir hablando de ella, en serio, es suficiente. Lo único que quiero es ir a mi departamento.

-El día aún no acaba, creí que tu intención era pasar el día afuera.

-¡Ya no! Ya se me quitaron las ganas. -Dijo desanimada. -Sólo... quiero descansar.

Sunset a veces se preguntaba del porqué Flash era tan ingenuo y no se da cuenta de lo que realmente estaba pasando a su alrededor. Tantas cosas ella ha hecho para al menos dar a entender sus sentimientos, pero no valía la pena, para él, todo era un juego de amigos. Es más, ni siquiera se daba cuenta del dolor que estaba sintiendo en aquel momento, no se imaginaba que el causante de aquel feo sentimiento era él.

[...]

Días después, las cosas entre los dos jóvenes no tuvieron cambio alguno. Twilight hacía lo posible por no cruzarse en el camino de Flash, a pesar de que su corazón pedía otra cosa. El ojiazul buscaba alguna forma para hablarle o al menos que que no huya de él, se daba cuenta, Twilight no era nada buena en disimular sus huidas.

En medio del pasillo, la joven de ojos violeta caminaba con un poco de cautela, miraba a sus alrededores tratando de no cruzar con Flash. Tenía temor de terminar cayendo en sus palabra, tenía miedo de que termine aceptando su corazón, no tenía la intención de hacerlo. Se sentía ridícula, cada vez más sentía que esto se estaba convirtiendo en un juego de niños.

De pronto. Una mano tira de su muñeca, obligándola a entrar a un salón vacío. Ni siquiera aquella persona que la jaló le dio tiempo para mirar quien era.

-¿Por qué huyes de mí?

-¡¿Qué te ocurre?! -Reaccionó alterada al escuchar aquella voz, haciendo lo posible por alejarse de él, quien la tenía completamente atrapada entre sus brazos.

-Deja de actuar de esa manera, Twilight. No me trates como si de un villano se tratase. 

La joven dejó de hacer fuerza, para dedicarse solamente a ver el rostro del ojiazul, quien su mirada sólo demostraba súplica. Su corazón empezó a palpitar con fuerza y su interior exigía a gritos que ella cometa una locura.

-No... te veo como un villano, Sentry.

-¿Entonces?

-Me es complicado explicar, sólo te puedo decir eso.

Flash suspiró. Por más que intentaba, le era muy difícil entenderla. Lo tenía confundido, con la intriga de saber que mismo quiere Twilight.

-Esto me está volviendo loco, ¿sabes? Por más que trato de hacer cambiar tu forma de verme, no puedo. -La soltó, para luego retroceder unos pasos. -Creí que podía vivir con tu odio, pero el hecho de haberme enamorado de ti, cambia todo. Duele, aunque no lo quieras creer.

-Yo... no te odio. -Dijo insegura, como si decir eso fue lo más difícil que pudo haber dicho.

-¿No?

-No. -Movió su cabeza de un lado a otro.

El ajiazul soltó una risa fingida.

-Pues no lo parece.

-Te digo la verdad... Esa es una razón por la que estoy huyendo de ti.

Flash cambió su mirada decaida a una de confusión.

-Pero... ¿Por qué?

Twilight tragó saliva, no sabía que responderle. No quería abrir su corazón. Tampoco quería hablar de más, más de lo que ya había hecho.

- Pues... ya te dije, es difícil de explicar.

-Entiendo. -Flash le sonrió luego de haber resoplado. -Tal vez no me vas a dar una respuesta, pero al menos logré hablar contigo, y descubrí que ya no me odias. Es suficiente para mí. -Caminó hasta la puerta. -Pero ¿sabes?, no me rendiré fácilmente. -Dijo seguro de sí mismo. -Nos vemos en clase.

Twilight ya estaba sola, después de oir sus palabras, sintió más miedo. Miedo de perder la batalla contra Flash y su corazón. Dos contra uno, nada justo según ella.