Capítulo # 7

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Narra Flash.

La culpa no me dejaba tranquilo. Haber lastimado a Twilight me hacía sentir tan poco hombre, sé que muchos estarán diciendo que estoy exagerando, tal vez con otros, sea todo lo contrario. Pero haber hecho llorar a la chica que me gusta, me hace sentir de lo peor.

Llegué a mi casa, cabizbajo, mientras daba largos suspiros cada dos o tres minutos. A la primera persona a quien veo, es a mi padre.

-Ya llegué.

-Hijo, ¿Cómo te fue en la U? -Me preguntó sin despegar la vista del periódico. Él estaba sentado en el sillón de la sala.

-Bien... supongo. -Le respondí con mi voz pesada y sin energía.

-¿Seguro?... Algo en tu voz me dice todo lo contrario. -Está vez fijó su mirada en mí.

-No. -Negué de inmediato. Mi papá alzó su ceja derecha. -Bueno... no sé como... o sea, no me siento cómodo...

-Sientate. -Me interrumpió señalando el sillón que estaba al lado del que mi papá estaba sentado. Expulsé el aire que tenía comprimido y obedecí. -Bien, cuentame. -Dejó su periódico sobre la mesita del centro con la intención de prestarme atención.

-Es que... -Me rascaba mi nuca, me sentía algo incomodo querer mencionar sobre Twilight y todo lo demás. -Bueno... Yo...

-Por lo que veo, tu problema no tiene nada que ver con tus estudios, sino con una chica, ¿o me equívoco? -Me dijo con seriedad.

-¡¿Qué?! -Exclamé sorprendido, sentía claramente un leve ardor en mis mejillas. -¡¿Có-cómo... lo supiste?!

Sonrió de lado. -Yo también fui muchacho, Flash... Pasé por lo mismo que tú estás pasando. -Me dijo.

-Pues yo... -Suspiré. -Hice llorar a una chica, su nombre es Twilight. Y por haber hecho eso, recibí una abofeteada. -Mi padre mostró una pequeña sonrisa burlona.

-Debió haber dolido eso.

-No te imaginas. -Sonreí. -Pero eso no fue lo que más me dolió. -Agaché mi cabeza. -Provoqué que su pasado la vuelva a afectar... Lo hice sin querer, no la quería lastimar... Ahora ella me odia. -Apreté mis puños.

-Mi hijo sufriendo por amor. -Negaba con la cabeza.

-Yo...

Sentí que la mano de mi papá cayo sobre mi hombro. Puse mi mirada sobre su mano, para luego llevarla sobre él, mi padre tenía una sonrisa de seguridad y de que todo estará bien. Puedo asegurar que con mi papá es con quien más llevo confianza, con él siempre hablo de mis problemas.
-A veces la cosas suceden por algo.

-No papá. Yo bien pude haber evitado esto; si nunca hubiera abierto mi gran bocota, todo siguiera normal... Ella aún me siguiera odiando al igual que a los demás.

-¿Ella ya te odiaba antes de que pasara esto? -Me preguntó confuso.

-Bueno, no es específicamente odio. Twilight es una chica, se podría decir, amargada, que no le agrada la compañía de otras personas que no sean sus dos únicas amigas. Pero sobre todo siente un gran desprecio por los hombres, y todo fue por culpa de un chico de su pasado. Y bueno... mencione el nombre de aquel tipo y ahora yo soy el segundo o tal vez el primero en su lista de hombres más odiados. -Mi tono bajó a medida que hablaba.

Quedamos por unos segundos en completo silencio, hasta que mi padre decidió terminar con éste.

-Hijo... La mujer es una especie extraña, no sabes lo que piensan o sienten, sino hasta cuando ellas lo dicen, bueno, en algunos casos. -Lo miraba desentendido. -Lo qué quiero decir, es que las personas que la rodean tal vez la vean amenazante y de pocos sentimientos. Pero nadie se pone a pensar que es lo que realmente siente en su interior. Quizá sea todo lo contrario a lo que ella muestra. Quizá odio no es lo que precisamente siente, sino heridas que aún no logra sanar, aún sigue lastimada por aquel chico y lo que ella hace es camuflarlo con rencor.

-Y lo qué yo hice fue aumentar su dolor... Ya ni sé como la veré cada mañana en la universidad. A pesar de que no me quiere cerca.

-Es mejor que las cosas sucedan a su debido tiempo. Dejar que se calme y que el dolor disminuya a medida que transcurra los días.

-En eso tienes razón. -Le dije. -Hice suficiente con hacerla llorar... Bueno, me voy a mi habitación, -Me puse de pie. -Gracias por la charla papá.

-Sabes que puedes contar conmigo en cualquier cosa.

-Lo sé, papá. -Mostré una pequeña sonrisa.

-Deja de sentirte tan culpable. -Me seguía con la mirada mientras me alejaba de él.

-Trataré. -Le dije.

Aunque creo que no se me hará nada fácil dejar de pensar en Twilight. Aquel hermoso rostro que de un momento a otro se empezó a humedecer cuando hice aquella estupidez.

[...]

Al día siguiente, en la universidad. Me la encontré en el patio, sentada bajo un árbol junto con su guitarra. Estaba lo suficientemente lejos para que no sé de cuenta que la estaba observando. Pero podía escuchar lo que estaba tocando, no demasiado, pero sí lograba distinguir que aquella melodía entonada, era lenta y triste.

A través de su guitarra expresaba sus sentimientos, su dolor.

Mi Amargada Rockera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora