Capítulo # 4

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Narra Twilight.

-Rarity, ¿Es necesario acompañarte al centro comercial? -Le pregunté de mala gana cruzandome de brazos.

Mi querida amiga amante a la moda me obligó, literalmente, a venir a este lugar poblado de gente donde ni siquiera te dejan caminar con tranquilidad sólo para ir de pasada a varias boutiques y tiendas de tela. Odio cuando se le mete a la cabeza comprar sus trajes o telas para sus próximos diseños, y nos trae a Rainbow Dash y a mí para que la acompañemos. Lo negativo de todo es que nos tiene paradas como dos horas esperando a que ella elija que tela comprar, cada segundo te pide tu opinión de cual conjunto le queda y cual no, te obliga a que cargue sus bolsas y entre miles y miles de cosas más. Aún no se como llegue a ser amiga de Rarity y soportarla tanto, bueno, aunque ella también soporta mi frialdad.

-Claro cariño. -Me respondió mientras observaba una vitrina donde detrás de ésta, había un maniquí con un vestido puesto. Admito que era muy bonito, y eso que no me agrada para nada la moda. -Te necesito para que me ayudes con las bolsas.

-¡Ash! ¿Por qué a mí? ¿Por qué no a Rainbow? -Me quejé.

-¿Estas loca, querida? La ultima vez que traje a Dash, la muy condenada se hartó de esperarme y me dejo sola, y lo peor de todo es que se llevo todas mis bolsas de compras. -Me dijo con voz aterrada. -Tuve que esperar dos días para que me las devuelva y ni siquiera me 
entregó mis hermosas gafas de sol, que estoy segura que se me las cogió, y que hasta ahora sigue negándolo.

-Pero de igual manera, sabes que no me gusta ir al centro comercial. -Repuse.

-Ay Twilight, ya deja de quejarte y se la buena amiga que eres. -Rodeó su brazo sobre mis hombros juntandome más a ella. -Quita ese ceño fruncido y cambialo por una sonrisa. -Dijo con mucho animo, más del que ya tenía.

-Sabes muy bien que nunca haré eso. -Le dije seria.

-Lo sé. Pero aun tengo la esperanza de que lo vuelves a hacer, y sé que llegará ese día.

-Recuerdame por qué te sigo soportando.

-Emm... porque nos conocemos desde que usábamos pañales y porque me amas con todo tu kokoro. -Me sonrió.

Yo solo rodeé mis ojos sin decir una queja más para seguirle el paso. Rarity y yo nos conocemos desde que tengo memoria; nuestros padres fueron amigos del colegio y hasta ahora lo siguen siendo. Nuestras familias siempre se reúnen en fechas especiales o para algún viaje en particular, por lo tanto, nosotras fuimos criadas como hermanas. Nuestros padres siempre se aseguraron de que donde vaya la una, también vaya la otra, y así fue como conocimos a Rainbow.

Cuando teníamos siete años, los papás de Rarity la inscribieron a un campamento de verano durante dos meses y mis papás, por no dejarme sola, también me terminaron inscribiendo. Al estar en aquel campamento fue donde la conocimos. Dash no era una niña nada tímida ni tierna, era todo lo contrario; la ruda, la que maltrataba a los otros niños, la desobediente, la terca, etc. Y eso hacía que Rainbow no tenga amigos, mostrando su lado sensible en las noches cuando se la escuchaba sollozar. Las tres compartíamos la misma cabaña.

Inicio del Flasback.

Estaba en mi quinto sueño, cuando de pronto empiezo a sentir que alguien me estaba tocando mi hombro.

-Twilight, despierta. -El susurro de Rarity me termina despertando. Ella estaba arrodillada en el suelo al lado de mi cama y en su mano derecha llevaba un pequeño plato y sobre ella, yacía una vela encendida.

-¿Qué quieres? -Le susurré mientras pasaba mis manos sobre mis pesados párpados. -Rarity, es de noche. -Dije entre dientes evitando gritar de cólera.

Mi Amargada Rockera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora