Capítulo # 24

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Narra Twilight.

¿Valdrá la pena volver a sonreirle a la vida?

El sonido de mi guitarra me estaba ayudando a despejar mi mente. A diferencia de las notas que suelo tocar, esta vez el ritmo era muy relajado y suave. Luego de la noche de ayer, mi interior ya se sentía tranquilo, me sentía aliviada y decida del paso que voy a tomar. Después de tanto tiempo, ya es momento de volver a amar.

El sonido de mi celular suena, distrayendome de lo que estaba entonando. Era Rarity.

-¿Sí, Rarity?

-¿Sabes algo de Flash? -Su tono era preocupante, parecía nerviosa. Y yo, extrañada por la inesperada pregunta.

-¿Saber qué?

-¡¿No lo sabe?! -Aquel grito sin duda provino de Rainbow.

-¿Que? Rarity, ¿Qué está sucediendo? ¿Qué le pasó a Sentry? -Pregunté algo alterada por la tensión.

-Flash tuvo un accidente hace unas horas, un auto lo atropelló. Te llamé para preguntar sobre él, creí que ya lo sabías, pero parece que no es así.

Todo en mí se detuvo, escuchar aquella noticia fue como si una bomba dentro de mi había explotado. No lo podía asimilar. Esto debería ser un mal sueño.

-¿Có-Cómo?

-No se realmente cual es su condición actual, lo único que nos dijo Soarin fue que llegó al hospital inconsciente.

[...]

Con lágrimas cayendo sobre mis mejillas y mi desesperación por encontrar a Flash. Entré al hospital. Me apresuré en preguntar la habitación a la secretaria, la mujer me respondió con un poco de lastima al ver mi angustiante condición.

Seguí las indicación de la mujer, con paso apresurado me dirigí al primer pasillo. Pero en un punto de éste, a quien primero vi fue a Sunset, quien estaba siendo abrazada por una señora; con ellas estaba el padre de Flash. Supuse de inmediato que la señora, quien calmaba el llanto de Sunset, era su madre.

-Lo siento, todo fue mi culpa. Si tan solo no hubiera cruzado la calle... No fue mi intención. -Dijo entre mortificantes sollozos.

Una rabia se empezó a apoderar de mí. Su culpa, había sido su maldita culpa. Apreté mis puños, tratando de no perder la cordura. Traje a mi mente el único objetivo por el que estoy aquí, no era momento para enfrentarla y hacerla arrepentirse como realmente se debe de lo que había provocado.

Tan concentrados estaban en calmar a aquella piraña, que ni siquiera se habían dado cuenta de que crucé a su lado.

Cuando llegué a la habitación, miedo fue lo único que sentí en aquel instante, miedo de ver que tan mala era su condición.

Abrí la puerta, mi corazón se partió en pedazos al verlo postrado en la cama, con algunas vendas en su cuerpo y la máquina de medir el ritmo cardíaco sonar constantemente. Caminé hacia él mientras lágrimas no cesaban en caer, mientras más cerca, los hematomas en su rostro y brazos eran más visibles. Una enfermera estaba presente, verificando sus signos de salud.

-¿Él se va recuperar pronto? -Pregunté casi inaudible.

-Hasta ahora, es muy probable que sí. -Me respondió con una pequeña sonrisa. -Tuvo mucha suerte, una de sus costillas que fue fracturada estuvo a poco centimetros de perforar una arteria del corazón. De ahí, sólo tiene fracturas en otras áreas de cuerpo, pero nada grave que peligre su vida. Lo único que debemos esperar es que despierte, lo que suponemos que será pronto. Sólo hay que tener paciencia.

La enfermera terminó saliendo de la habitación. Al lado de la camilla había una silla, me senté en ella. Después de lo que ella me había dicho, me sentí más calmada. Las lágrimas empezaron a cesar, me sequé las que restaron.

Agarré una de sus manos, su brazo completo estaba envuelto en un fuerte yeso.

-Necesito que despiertes. -Dije en voz baja. -Tengo algo muy importante que decirte.

Varios minutos pasaron sin alejar mi mano de la suya, mis ojos no se despegaban de su rostro. Solté un fuerte suspiro.

De pronto sus párpados empezaron a separarse lentamente. Sus ojos cayeron sobre mí.

-¿Twilight? -Dijo con dificultad.

Mi interior se iluminó al volver a ver sus ojos azules. Toda angustia y desesperación había desaparecido por completo.

-Sentry. -Sonreí. 

Él me miró sorprendido, como que si de un fantasma se tratase.

-Espera... tú no eres la Twilight que yo conozco, ¿sonreiste? ¿o acaso vi mal?

Automáticamente volví a enseriar mi rostro, procesando lo que me había dicho. Pues sí, lo hice, lo hice al ver que Flash al fin despertó.

-Bueno... -Aclaré mi garganta. -¿Cómo no hacerlo? Estoy muy contenta que hayas despertado después del terrible accidente que tuviste.

-¿Lloraste? -Me miró preocupado. Desvié mi mirada sin darle la obvia respuesta. Luego, él se dio cuenta que su mano tocaba la mía; la apretó con un poco de fuerza. -No puedo negar lo sorprendido que me tienes. Ayer eras la misma de siempre, pero hoy estás diferente. ¿Alguna explicación para esto?

-Ya no puedo más. Creí que podía ganar esta vez, pero el resultado no fue el que yo quería. -Lo miré seriamente. -Tú dijiste que no te ibas a rendir, y al parecer resultó, tú ganaste.

-Ok, esto me está confundiendo. -Rió con dificultad, mostrando una expresión de dolor debido a lo lastimado que estaba. -¿Gané? Eso quiere decir que tú también...

-Sí, Sentry. -Asentí. -No esperaba decírtelo en una situación como está, pero bueno, pasó... No quería aceptarlo, créeme, me fue muy difícil retener esto. -Apoyé una mano sobre mi pecho. -Al final me di cuenta que ya no tenía sentido seguir. Te estaba lastimando al igual que yo lo hacía conmigo. Me gustas, me enamoré de ti. Me di cuenta que ya no debo seguir viviendo en el pasado, no ser egoísta con personas que no tienen la culpa de las cosas que sólo a mí me han pasado... Ya es momento de mirar hacia al frente, de ser feliz... contigo. -Declaré con la vergüenza presente. Sinceramente se me hizo difícil decirlo, puesto que no soy el tipo de persona muy sentimental y muy fácil de expresar lo que siente.

-Oh vaya. -Una enorme sonrisa de felicidad estaba en su rostro. -Si no fuera por todo esto y el terrible dolor, ya te estuviera abrazando.

No evite volver a sonreír, después de todo, se me hacía fácil hacerlo tratándose de él.

-Por cierto, tienes una hermosa sonrisa. -Dijo, cautivado por ésta.

Mi Amargada Rockera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora