✖Un Infierno✖

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Dos semanas después.

-Teo Evans-Freya y yo entramos con la enfermera a la habitación.

Hoy era el día, hoy era el gran día en el que Teo escucharía.
Mentiría si dijera que no estaba preocupado, estaba que moría de miedo al igual que Freya; ninguno de los dos pudimos dormir.

-No se preocupen papis todo estará bien-Freya se sentó en la camilla con Teo dormido en sus brazos y yo me quede a unos metros-la doctora entrará en seguida-la mujer acarició la espalda de mi hijo y nos dio una cálida sonrisa para luego salir.

-¿Sabes quién llamó ayer a casa?-le pregunté a Freya cruzandome de brazos, la colorada sólo levantó sus hombros- la universidad Jordins Look  llamó preguntando que haría Freya Foster con la beca.

-La regalaré-negué.

-En tres meses comienzas-ella negó asustada-les dije que estarías ahí el próximo año.

-Aiden no iré...

-Si irás Freya, era lo que más querías y si es por Teo yo lo cuidare, yo iré a buscarte cuando las clases terminen. Hace un par de meses dijimos que viviríamos en New York, que tú seguirías la universidad y que yo seguiría con mis peleas, nada ha cambiado; si, tal vez ahora tengamos un bebé, pero ahora no tenemos excusas para rendirnos, tenemos que hacer lo mejor para él,  así que en tres meses nos mudarnos a New York, en tres meses tú comenzarás la universidad porque eso es lo que queremos-me acerqué a ella y le di un corto besó en los labios-te amo.

-Yo también te amo Aiden pero si tengo que renunciar a Teo para estudiar, no lo haré, todavía tengo tiempo.

Segundos después una mujer de unos convierta años entró a la sala con una enorme y dulce sonrisa.

-Buen día, soy la doctora White-estrechó mi mano y luego la de Freya, se dio vuelta y empezó a buscar unas cosas en la pequeña mesada que había allí-esto no durará mas de unos treinta minutos, ¿podrían despertarlo?-Freya con toda su delicadeza empezó a despertar a Teo-mi hijo y mi esposo son grandes fans tuyos-me dijo con una sonrisa en sus labios-cada vez que peleas ellos no se despegan del televisor.

-Y eso debe cansarla a usted-agregó mi novia con sus sonrisa.

-No, me gusta tu novio linda, es un gran boxeador y tiene una gran historia.

-Gracias-dije tímidamente.

-Bueno-dijo la doctora al ver a Teo despierto-hola precioso, seguramente lloré, no le dolerá pero será como cuando nació, será extraño para él-unió un par de piezas y nos mostró el aparato-mamá quiero que seas la primera en hablar ¿si?-mi chica asintió.

Como si se tratara de un diamante la doctora tomó la cabecita de Teo y este empezó a llorar desconsoladamente, la colorada lo apoyó en su pecho pero el pelirrojo no dejaba de llorar.

Dos minutos después la doctora se alejó de él y nos miró.

-Aquí vamos-apretó un botón y Teo dejó de llorar pero aún tenía pequeñas lágrimas en sus hermosos ojos; la mujer le hizo una seña a Freya y esta suspiró.

-Hola amor-mi bebé dio vuelta su cabecita para ver a su madre y sonreír- hola Teo-su sonrisa se agrandaba cuando su madre le hablaba, los ojos de Freya se llenaron de lágrimas-eres tan lindo-el enano soltó una carcajada para luego comenzar a balbucear.

-Hola campeón-Teo me miró con una ceja levantada y luego rió.

Freya me dio a Teo y ella comenzó a charlar con la doctora sobre como podía manejar el aparato.
El pelirrojo se puso a balbucear y a chuparse su mano.

In HellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora