Todo empezó en el penúltimo año de instituto, más concretamente, el primer día. Ya sabes, ese primer día que te pone los nervios a flor de piel, donde te sientes insignificante; el día, donde según muchos, definirá qué tan mal o qué tan bien será tu estancia en el instituto.
Pero os dire que, nada te asegurará si seguirá así el resto del año o no.
Y tú, Alex, te encontrabas en aquella situación. Preguntandote eso, aparentando ocultar tus nervios mientras la campanilla de entrada no resonaba por el lugar; no hacía falta ser muy inteligente para saber que eras un nuevo ingreso, aparte de tus nervios delatores, el estar sentado alejado de todos en una esquina daba mucho de que pensar.
¿Lo recuerdas? Yo sí, pero no te preocupes, yo también me encontraba en la misma situación.
