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Después de que me alejé Karen y tú rompieron. Qué irónico, tenía la oportunidad exacta para confesarlo todo y no lo hice.

También recuerdo esa mañana a la perfección, era un día soleado, demasiado para mi gusto. De casualidad, nuestras horas libres coincidieron, y yo estaba tranquilamente leyendo en una jardinera cuando te acercaste.

Después de unas semanas de lo ocurrido regresaste, como al inicio de la historia, ninguno de los dos dijo nada, sólo había un silencio incómodo entre ambos, ¿y cómo no?

Luego de unos larga minutos en silencio, mientras pasaba la página tomaste el valor para volverme a hablar; habías dicho aquellas palabras que tanto esperaba, lástima que ahora era tarde y pues, yo ya las sabía.

Hola Alex Donde viven las historias. Descúbrelo ahora