027

88 15 1
                                    


Vuestro tono de voz y postura, decían una cosa; pero tus ojos, decían todo lo contrario.

—¿Sabéis la razón, Zoe? —Repetiste.

Negué con la cabeza, sin dirigirte la mirada.

—Venga, Zoe. —Luego de eso, un suspiro lleno de nerviosismo fué lo que se escuchó, —sabéis la razón, Zoe, claro que la sabéis.

Odiaba la manera en la que decías mi nombre una y otra vez.

Finalmente decidí zanjar la conversación, y saber qué era lo que querías decir: —no sé de lo que habláis, Alex.

Sonó muchísimo más borde de lo que esperaba, pero no me importo; aquello pareció irritarte, ya que te levantaste de manera brusca de la jardinera llevandote contigo una carpeta de hojas blancas que esperaban a ser utilizadas a mi lado. No le diste mucha importancia y seguiste con lo tuyo, hacerme sentir mal por algo que yo no había hecho.

Hola Alex Donde viven las historias. Descúbrelo ahora