Los Porqués de un corazón quebrantado.

Pruébame como oro

Job 23:10 -11 

Él, en cambio, conoce mis caminos;
    si me pusiera a prueba, saldría yo puro como el oro.
 En sus sendas he afirmado mis pies;
    he seguido su camino sin desviarme.

Con mucha valentía Job se defiende de nuevo, pero esta vez ya a pesar de todas su contestaciones y defensas vemos a un Job hasta cierto punto orgulloso de su caminar y de la fe que lo ha sostenido, de sus justicias y las misericordias de Dios llegan a su mente… y este vuelve poco a poco a despertar, ese espíritu de positivismo ante la vida, aunque no completamente y dice ante esto saldré puro como el oro.

 Y es que el oro es un mineral que requiere purificación y uno de los procesos es a través del fuego. Básicamente se separa de la tierra común, se lava para quitar la impureza, luego se pone en moldes para por medio de un ardiente fuego sea purificado.

  Así  mismo compara Job su situaciones el a través de un proceso iba entendiendo que su prueba algún día terminaría y que el resultado sería un Job nuevo dejando atrás en el fuego de la prueba eso que le impedía ser un hombre que confiara plenamente en Dios, ya sin miedos ocultos y sin temores del mal porque ya lo había pasado todo.

A veces es necesario que Dios nos purifique de esa manera y muchas veces necesitamos dejar en el fuego esas impurezas que nos alejan de Dios y estorban en nuestro proceso de purificación.

¿Qué nos enseña el fuego?

*A tener más confianza en Dios

*A saber, que hay cosas que tenemos que cambiar para conocer la verdadera voluntad de Dios

*A someternos a Dios con todo nuestro corazón

*A no tenerle miedo a la prueba si no enfrentarla y aunque tengamos debilidades en medio de las situaciones confiar que Dios conoce nuestra condición. Y esta para ayudarnos en todo.

*A sacar valentía aun sin sentirla.

*A enfocarnos en el resultado en vez del proceso.

 Y la pregunta hacernos es …

¿Que debemos dejar atrás en el fuego de la prueba para brillar como el oro más puro?

1 Pedro 1:7 (RVR1960)
Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual, aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.