Capítulo 21

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No me dice nada. ¡Absolutamente nada! Lo único que hace es mirarme desde el umbral de la puerta, en completo silencio, no se mueve siquiera.

Hoy me desperté decidida, hoy me iría de la casa de Allen y no miraría atrás. Él me ha hecho daño y esa es la única motivación que necesito para no cambiar de opinión.

Lo observo de reojo mientras doblo los pantalones y los acomodo en la maleta grande. Se ve mal, estoy segura de que no durmió nada. Por mi parte yo logré dormir un poco, pero sé que él no lo logró.
Quisiera que esto jamás hubiera pasado, porque lo quiero mucho, él me hizo feliz por un tiempo, tan feliz como nunca lo había sido, pero así como de tan rápido me enamoró, tan rápido me destrozó. Duele, pero tengo que seguir adelante, y lo haré sin él.

Elizabeth entra a mi closet y se ofrece a ayudarme. Me informa mientras dobla mis vestidos, que Kristen esta guardando las cosas de mis bebés.
Ella se ve triste, sé que en secreto me aprecia, porque ellas en algún momento me comentaron que Allen apenas las saluda, y eso siempre me molestó, porque ellas le hacen todo, aunque él les pague, debe de ser amable. Conmigo se sentían cómodas, porque nos llevábamos bien, con Allen... Con él es todo lo contrario.

Salgo del closet y entro al baño para meter mis cosas en otra maleta pequeña.

-¿Me vas a dejar llamarte?-Pregunta Allen con la voz entre cortada.

Suspiro.

¿Para qué? Solo nos hará las cosas mas difíciles. 

-Preferiría que no lo hicieras-Comento mirándolo por el espejo.

-Necesitaré saber de ti-

Esta no es la primera vez que alguien me dice eso...

-Me cuesta creerte-Digo volviendo a ignorar su presencia y siguiendo con lo que estaba haciendo.

Que ni crea que voy a perdonarlo. Voy a irme, y no quiero saber de él para cuando yo ya no este aquí. No quiero que siga lastimándome de la misma manera en que Theo lo hizo.

-Yo no soy Theo, Shailene-Gruñe obligándome a mirarlo de frente.

Ahora se ve enojado, pero yo no me permito sentirme intimidada.

-Te lo prometo, no voy a perderte-Dice y sin dejarme pensar siquiera, me besa.

Maldita sea.
A sus besos no soy capaz de negarme.
Debí ser mas cuidadosa.

Al darse cuenta de que por ninguna razón me voy a separar de sus fantásticos labios, baja sus manos de mi nuca, a mi espalda, luego a mi trasero y por último a mis muslos para hacer que rodee sus caderas con mis piernas.
Le abrazo los hombros y disfruto del beso.

Probablemente debería de alejarme, que claro eso sin duda debería de hacer, pero quiero demasiado a mi Allen, aunque me haya lastimado, no puedo evitar el quererle...

Me sienta en la barra del lava manos y se aprieta en mí.

-Sé que no quieres irte, y yo tampoco quiero que te vayas, pero dejaré que te vayas para que pienses bien lo que quieres-Susurra mirándome a los ojos-Pero eso no quiere decir que voy a dejarte-

Sus palabras me suenan a promesa, y yo decido que esas palabras tan suyas, me las voy a llevar conmigo. Si pudiera las metería en mi maleta.
Con Allen es todo tan diferente.

-Ojalá no me hubieras engañado-Digo tras un largo suspiro.

Me duele esto. Duele tener que alejarme de él por sus malditos errores. Yo no quiero irme, quiero quedarme con él y besarlo todo el día, pero después de todo lo que él me ha hecho, tengo que irme, no puedo permitir que todos sigan viéndome como una tonta, no puedo siquiera permitírmelo a mí misma una vez más.

Te odio... Con amor IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora