BOSS | Camren

Capítulo 14.

N/A: ¡Segunda parte del maratón! Quería pedirles que se pasaran por mi nuevo One Shot de Camren disponible en mi perfil. 

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Lauren's POV

Después de mucha fiesta, un par de bebidas, música y todo el sabor de Brasil, Camila y yo habíamos vuelto al hotel con una sonrisa y sin decir nada, tomamos una ducha juntas algo rápida y fuimos directo a la cama cayendo en un dulce sueño bajo las sábanas.

A la mañana siguiente, para cuando desperté, Camila llevaba puesto un sexy traje de baño negro, me miró y sonrió arrojándose sobre mí, me besó apasionadamente y tocó con lentitud mi entrepierna, me separé de golpe al ver a dónde llegaría esto. —Buenos días. —Dije con mi voz más ronca de lo normal, no había parado de gritar la noche anterior en medio de aquella fiesta.

—Que aburrida eres. —Bufó quitándose. —Ahora ve a ducharte rápido, quiero llegar temprano al punto de encuentro con Andrea, me emociona saber qué lugar visitaremos. —Aclaró y me dio un beso, me levanté con toda la paciencia del mundo y comencé a buscar un traje de baño decente para utilizar mientras la morena pensaba como asesinarme, esconder mi cadáver y que no sospecharan de ella.

Le guiñé un ojo y entré a la ducha tardando diez minutos en salir, sólo llevaba un short blanco, una camiseta de The 1975 y unas Converse, mientras Camila se había decidido por llevar un vestido y zapatillas beige. —Sólo vamos... —Miré el reloj. —5 minutos, retrasadas. —Le robé un beso y ella me fusiló con la mirada mientras salíamos de la habitación y nos encontrábamos abajo con Andrea.

No me caía muy bien pero agradecía que hiciera bien su trabajo. Cuando Camila y yo llegamos a la entrada del hotel, nos encontramos con un carro de golf con Andrea de conductora y su amiga Melissa comiéndosela con la mirada, pero la muy idiota veía a Camila.

La castaña se acercó a saludarlas mientras yo subía el bolso que Camila se había empeñado en traer, demasiado innecesario. Claro estaba que Camila no sabía que ya yo sabía a dónde íbamos, me encargue de planificarlo con Andrea y de suerte, sería posible, subimos al carro y Andrea tomó un atajo mientras Camila no paraba de tomar fotos, casi dejaba caer la cámara.

Reí cuando su rostro estuvo tan rojo por la vergüenza que tuve que abrazarla para que supiera que todo estaba bien, mientras Andrea conducía hablaba de la playa pero sinceramente no le estaba prestando atención, sólo jugaba con las cosquillas de Camila mientras la menor trataba de que me detuviera.

—¿Qué te parece la vista, Camila?—Preguntó Andrea quitando su atención y Camila sonrió.

—Es muy hermosa, me encanta. —Andrea le dio una rápida sonrisa y asintió. Llegamos al pequeño aeropuerto y Camila me miró extrañada. —No comprendo qué hacemos aquí, ¿volveremos a Nueva York?

Negué riendo y ella bufó bajando del carro detrás de mí. —Daremos un paseo, será sorpresa.

Un hombre con un traje de paracaídas se acercó a nosotras y los ojos de Camila se abrieron escondiéndose detrás de mí. —¡Ni loca, Lauren! ¡No me lanzaré en paracaídas!

—¿Cómo supiste...? —Miré mal al hombre.—Gracias por espantarla. —Miré a Camila y me hice a un lado. —Vas a subir. —Hablé muy seria y ella comenzó a negar retrocediendo, le sonreí pícara y me acerqué cargándola en mi hombro, no paraba de chillar hasta que le di una nalgada.

—¡Lauren! —Por su voz sabía que se había sonrojado. — Por favor no me obligues a esto, tengo miedo.

La bajé estando en el helicóptero y tomando su rostro entre mis manos, me hacía puchero hasta que el helicóptero despegó. —Mírame. —Ella mantenía sus ojos cerrados y por un segundo los abrió permitiéndome ver ese hermoso color chocolate. —Prometo no dejar que nada te pase, lo prometo. —La abrace y bajé el cierre de su vestido. El piloto veía hacia adelante por lo que le entregué su traje y ella me vio sin entender.