Día 9: Adios

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La mañana siguiente, después de dos días sin hacer nada interesante, me acerque a un riachuelo que no estaba a más de diez o nueve pasos de distancia. Parecía agua potable pero no estaba muy segura, el capitolio es el que controla todo esto y digamos que no le caigo muy bien a Snow. A sí que cogí un pájaro (como hice anteriormente) y le hice beber agua. No pasó nada fuera de lo normal. Cogí agua con las manos y bebí.

Cuando terminé de beber agua me volví a ir al árbol y para mi sorpresa avían huellas de sangre. Aquellas huellas tenían forma de pies.

Me fui corriendo y si era una trampa.

Kiliam:-SOCORRO- Parecía la voz de Kiliam

Me detuve y me fui de donde provenían las huellas. Hay estaba él desangrándose, le toque las mejillas y empecé a llorar.

Me sobresalté, todo había sido un sueño. Me quede en la rama del árbol meditando. Tenía hambre, deje todas mis cosas en el árbol y me cogí el arco y las ocho flechas que me quedaban.

Ande y ande. No encontré ningún solo animal. Estaba cansada de comer siempre vegetales y cosas de esas. Volví al árbol.

Abrí una de mis mochilas. Me encontré una especie de caña de pescar, aunque no recordaba que hubiese tenido ninguna. Lo alce al mar. Después de unos quince minutos más o menos, un pez mordió el anzuelo. Tiré de él, era un pez muy raro y bonito.

No quería hacer una hoguera porque con el humo podían saber dónde estaba.

Así que me lo comí crudo. Daba un poco de asco pero no había comido en días.

Cuando me lo terminé, miré mi reflejo en el agua del rio. Cuando me fui a lavar las manos vi el reflejo de Clove que estaba con mi arco y con una de mis flechas apuntándome. Sin pensármelo más de dos veces, le cogí de los pies y la puse boca abajo. Ella soltó al instante el arco y la flecha. La sujete con mi brazo derecho y con la mano izquierda cogí una flecha. Antes de matarla le pregunté:

Yo:-¿Cómo murió Kiliam?- Ella se quedo estupefacta y no me quiso responder yo se lo volvi a repetir, pero esta vez, con un tono mas violento.

Clove:-Él se suicidó, dijo que si seguía vivo y era finalista, te daría mucha pena matarle. Él pensó que así sería mas fácil.

Sin arco, solo con mis propias manos, le clave la flecha en la cabeza. Y después me puse a llorar. Me arrodille en el suelo.

¡Pum!

La había matado, no me lo podía creer había ganado los juegos. Pero ¿A qué precio?

Normalmente cuando ganas algo te sientes contenta, orgullosa de ti misma... Pues, si supieseis como me sentía yo, no os lo creeríais. 22 personas, personas inocentes, habían muerto por un estúpido juego.

Una nave me recogio.

Cuando volví a casa mis padres, llorando, y mi hermano, orgulloso, no se lo podían creer.

Me obligaron a hacer como una especie de discurso. Y yo, sin ningún sentimiento visible dige alto y claro

Yo:-¿Creeis que he ganado? Ganado ¿Que? Por que, acabo de perder a 22 personas inocentes por un estúpido juego. Es más no solo yo, si no todos vosotros. No me podía creer hasta donde podía llegar la especie humana. Nos estamos auto-destruyendo. Todas las cosas que he tenido que hacer, que ver, todo eso para estar ahora hablando con vosotros. Yo no he ganado, acabo de perder. Al igual que todos. Así que no estéis orgullosos. Por que, pensar en todas esas familias que ya no tiene a sus hijos, es más, pensar en esos hijos que ya no tienen familia- Cuando dije eso la madre y el padre de Kiliam empezaron a llora, yo continue -Yo no conoci muy bien a Kiliam pero se que era un chico encantador, era muy bueno era...- No pude continuar la frase. Empecé a llorar y dije a regañadientes:-era demasiado bueno.-

Cuando me reuní con mi familia se alegraron mucho de verme y después seguimos haciendo nuestra vida normal. 

Y a día de hoy  ya no se hacen Juegos del Hambre. Pero no gracias a mi discurso, sino a toda ese gente que le hizo frente al Capitolio. 

FIN

Los Juegos del Hambre no son solo juegosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora