Capítulo VIII

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Estaba a nada de llegar a su límite. Pasó su mano por su cabello, despeinándolo. Era de los gestos que más lo caracterizaba y asemejaba a su hermana. No recordaba la última vez que había comido algo caliente. Ya casi se olvidaba de la textura de su propia almohada. Recorrió el pasillo temiendo tener que buscar nuevamente a Lauren en algún almacén. Incluso, por lo que sabía era probable que otra vez se hubiera ido.

- Chris. – Lauren se acercó por atrás, no sabía si acababa de aparecer por arte de magia o simplemente no la había visto. Ambas posibilidades parecían totalmente viables en ese momento.

- Hey... - exclamó aliviado – Creí que ya te habías ido. – confesó. – Tuvimos que usar el resucitador para estabilizar su ritmo cardiaco. – frotó sus ojos con el pulgar y el dedo medio.

- Tienes que descansar. Te ves terrible. – sonrió apenas.

- La carne hablando de colesterol. – respondió.

Lauren soltó una pequeña carcajada.

- Cuenten el chiste. – se acercó una chica morena quitándose los lentes. – Para que haya hecho reír a Lauren Jauregui debe ser muy bueno.

- O muy tonto. – reconoció la ojiverde. Abrazó a la chica con torpeza. – Hola, Mani.

- Lauren. – la estrujó con fuerza, incluso le tronó la espalda. – Debería estar furiosa contigo.

- ¿Y qué te detiene? – dijo Chris fingiendo molestia – Nada te detuvo para enfurecerte conmigo porque ella no venía. Como si yo, un simple mortal, pudiera hacer algo al respecto.

- No seas llorón. – la morena le golpeó el hombro. Lauren sólo sonrió. Por muy indiferente que se viera por fuera, en el fondo extrañaba esos momentos a los que había renunciado hace tiempo. - ¿Y qué te trae por aquí, Jauregui?

El ambiente se tensó, Lauren infló las mejillas evitando mirar a su amiga.

- Ella está en nuestro caso. – habló por fin Chris. Mani ladeó la cabeza.

- ¿Es en serio? – de pronto abrió mucho los ojos - ¡¿Por fin decidiste volver?! – su voz subió de volumen, se esforzaba por contener la emoción.

- No, no, no. – Chris alzó ambas manos para tranquilizar a la chica – No de esa forma. Está más bien de... visitante. – Mani miró a Lauren con una mezcla de decepción y sorpresa.

- ¿También atiendes a Cabello? – preguntó Lauren, aunque parecía obvia la respuesta.

- Sí, así es. De hecho venía a hablar contigo. – dijo a Chris, quien puso su cara de "adulto responsable" de inmediato. La morena entregó una hoja al doctor. - Los números salieron elevados. Gary soltó su sermón de sabelotodo. – rodó los ojos con expresión de fastidio – pero al final tuvo una idea que podría ser viable. – Chris asintió para que continuara, Lauren permanecía callada y atenta – La picadura de una araña Reclusa Parda pudo provocar las convulsiones y variaciones radicales en ritmo cardiaco. No es un secreto que ha habido varios casos en la zona.

Lauren sintió un escalofrío por pensar que había una araña –del tipo que fuera- en su departamento.

- Hay que revisarla – Chris miró la hora – Si estamos en lo correcto tenemos nuestro diagnóstico.

- Pero ella dijo que lleva así mucho tiempo. – intervino Lauren. – La teoría de la araña sólo explicaría las últimas 72 horas.

- Tú misma lo dijiste, Lauren. No es que lleve una vida totalmente sana. Puede que sólo necesite mejorar sus horas de sueño, su alimentación y unas vitaminas. La convulsión y las variaciones rítmicas son de las últimas 72 horas. – Chris miró a Mani, que asentía con aprobación. – La teoría de la araña es aceptable.

Bad things [CAMREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora