Capítulo XI

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Estaba perfectamente acostumbrado a ver esa barra luminosa que colgaba de la pared blanca. La veía todos los días, incontables veces a cada hora. Al principio le había costado mucho trabajo adaptarse al brillo. Llegó a sufrir dolores de cabeza muy fuertes por su culpa, pero con el pasar de los meses sus ojos terminaron por acostumbrarse.

Sin embargo, ese día simplemente no lo soportaba. No entendía por qué. Sabía que siempre le frustraba equivocarse con el diagnóstico de un paciente, más aún si era más de una equivocación. De igual forma, no era la primera vez que ocurría. Se le vino a la mente esa chica de ojos verdes que tenía por hermana. Cómo es que ella se había visto involucrada en ese caso, y con la paciente. Sabía que ahí estaba un factor importante para la presión que sentía.

Apartó la vista de la placa sin ser capaz de concentrarse. Se dejó caer en el sillón negro al otro lado de la habitación. Unos golpeteos en la puerta lo hicieron salir de su ensimismamiento.

- Adelante.

Normani y Lauren entraron con expresiones similares. Los tres estaban serios, sólo la ojiverde se debatía entre la confusión y la preocupación. Al menos de forma más notoria que los otros dos chicos

- No deberías estar aquí. – dijo Chris cuando por fin recordó que su hermana estaba de visita. Lauren lo miró con dureza. Mani intervino antes de que la chica abriera la boca.

- Ni lo intentes, Chris. Es una terca.

Chris se resignó, comprendiendo que ya lo habían discutido antes. Y si la chica había llegado hasta esa sala acompañada por Mani, significaba que la morena había perdido la batalla de "por qué Lauren no tenía permitido estar ahí".

- Bueno. – volvió a acercarse a la barra luminosa, de donde colgaban las placas de los estudios de Cabello. – Placas normales, descartamos hipertensión.

Las dos chicas se acercaron, mirando con atención las sombras marcadas.

- Ahorita está en la caminadora haciendo un reto con metacolina.

- Para abrir sus vías respiratorias. – murmuró Mani.

- ¿No les parece que esta zona está algo oscura? – preguntó Lauren, señalando con los dedos.

- Debió ser la saturación, Lauren. – dijo con cansancio su hermano.

- Eso. O un quiste. – dijo sin despegar la mirada de la barra luminosa que ya tenía harto a Chris.

- Los quistes pulmonares no saldrían en una radiografía. – afirmó la morena. Entonces Lauren y ella se miraron como si el mismo pensamiento hubiera atravesado sus mentes.

- Oh por dios. – murmuró Lauren, sintiendo cómo el pecho se le oprimía, atrayendo la atención del chico. – La caminadora no abrirá sus vías aéreas, hará que exploten los pulmones.

Lauren fue la primera en salir corriendo, con su hermano y su mejor amiga pisándole los talones. Antes de llegar al final del pasillo se dio cuenta de que no tenía idea de hacia dónde iba, así que tanto Mani como ella se hicieron a un lado permitiendo que Chris las guiara. El doctor Jauregui no podía dejar de pensar en esa estúpida barra luminosa, como si fuese la culpable de que pasara por alto ese indicio que su hermana, a pesar de haber desertado de sus estudios, logró detectar casi de inmediato.

A su paso, todos los empleados y pacientes se avisaban entre sí que se apartaran. Entraron a una pequeña habitación azotando las puertas, Lauren reconoció a una chica que parecía alterada desde antes de su dramática aparición. Era la doctora Knapp. En seguida había una habitación más grande y semi vacía, donde un chico de bata blanca volteaba a una Camila inconsciente en el suelo.

Bad things [CAMREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora