Iba tan rápido como sus pies se lo permitían sin parecer que iba corriendo. Atravesó los pasillos, sin permitir que nadie le dijera palabra, a pesar de que un par de doctores lo habían intentado al reconocer a la hija de uno de sus ex colegas.
Cuando por fin llegó al pasillo que más le interesaba agrandó las zancadas. Tuvo que frenarse para no chocar con la puerta porque seguro que la atravesaba antes de que tuviera tiempo de abrirla.
En cuanto entró a la habitación dejó caer los hombros a causa de la decepción. Camila la miró con verdadera sorpresa, sonrió al ver lo agitada que estaba la ojiverde. Sonrisa que se vio interrumpida por un gesto de dolor cuando la enfermera hizo presión sobre la herida en su pecho.
- Hola. – soltó Lauren, dejando ver también en su voz que estaba agitada.
- Hola, Lauren. – respondió Camila con la voz cortada a causa del ardor que le provocaban los movimientos de la mujer.
- Hola, Yari. – saludó a la enfermera.
- Buenos días, señorita. – respondió sin dejar de hacer la curación a la paciente.
- ¿Llegaste corriendo? – preguntó Camila, aliviada de que la enfermera por fin haya terminado su trabajo.
- Algo así. Esperaba estar aquí cuando despertaras. – confesó tímida. Camila sintió el estómago todavía más revuelto a causa del rubor que cubrió las mejillas de Lauren. Era la primera vez que la veía así.
Le emocionó darse cuenta de lo que sus palabras significaban. Lucía más fresca y tenía otra ropa. Supuso que se había ido a su departamento para tomar una ducha y descansar –o posiblemente se saltó eso último- mientras ella estaba en cirugía, y luego volvió tan pronto como le había sido posible, sin importar que apenas estaba amaneciendo. Y aunque no logró su objetivo de estar ahí cuando Camila despertara, la ojiverde se sentía bien de haber vuelto a aquella habitación.
- ¿Ya vino Chris o Mani a verte?
- No. Sólo la enfermera que acaba de irse. Desperté apenas. – Lauren sonrió de lado. - ¿sabes cómo salió la operación? – su voz se escuchó más grave.
- Sacaron todos los quistes que pudieron. – suspiró y arrimó la silla acolchonada al lado de la camilla, se sentó en ella y apoyó los codos en sus rodillas para luego apoyar la barbilla en sus puños cerrados. Casi lucía como una niña pequeña. – Eso te ayudará a respirar mejor.
Camila sonrió apenas, sólo porque Lauren lo hizo.
- ¿Cuánto tardarán en volver?
- No lo sabemos. – torció la boca. - Lo siento.
- Deja de decir que lo sientes. – pidió la castaña.
La chica Jauregui no respondió, permaneció seria mientras observaba su rostro. Camila sabía que había una serie de pensamientos atravesando la mente de la chica. Podía ver cómo su mirada iba más allá de ella misma.
- Sé que estás asustada. – susurró. Y esta vez sintió que su mirada sí estaba enfocada en ella.
- No sé qué siento. – encogió los hombros mirando el techo.
Lauren tragó con pesadez. Desvió la mirada, signo de que un nuevo pensamiento se había generado.
- Estarás insensible durante unos días. – aseguró despacio. – Luego irás a tu casa y llorarás durante unas semanas. – Camila volvió a mirarla, chocando con los ojos de Lauren fijos en ella. La ojiverde agradeció el gesto, de alguna forma sentía que sólo mirando sus ojos podría decir todo eso. – Luego te enojarás y te dirás que ya nada importa. Te alejarás de tus amigos porque sentirás que ellos pueden notar que hay algo en ti que está descompuesto, aunque para ellos sigas siendo la misma. Quizá dejes tu empleo o tus estudios, porque el tiempo ahora es demasiado corto para eso. – suspiró ante la mirada perpleja de Camila – Harás estupideces. Como ir a bares a buscar mujeres en la madrugada, por ejemplo.
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Bad things [CAMREN]
Fanfic-CAMREN VERSION- (Contenido LGBT) ∆ 3er LUGAR en Fanfic [Premios Fire 2017] ∆ = No se permite la adaptación de esta historia sin el consentimiento explícito de la autora. = **Esta historia no es 100% original. Está basada en el capítulo #5...