Capitulo 11

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Tengo que aceptar que me falto muy poco para dormir en la oficina, anhelaba ese almuerzo con Anahi con muchas ganas, deseaba compartir esa pequeña hora disfrutando de su voz, admirando el mirar azulejo que logra dejarme helada. Un sin fin de sentimientos se hacían parte de mi propio yo, no solo el cuerpo lograba experimentar ese revoloteo descomunal, sino también cada uno de los pensamientos que nacían cuando la tenia en frente, formaban parte de un cúmulo de sueños ocultos como por ejemplo llevarla hasta el fin del mundo y justo allí degustar el sabor de sus labios una vez mas, desesperándome por una caricia, subestimando los deseos mas profundos que se nos puedan ocurrir a ambas.


Pero la verdad era otra, una en la cual había amanecido de mejor humor que nunca, después de tomar una placentera ducha de hora y media tarde cuarenta y cinco minutos mas deshaciendo todas las maletas buscando algo apropiado. Si, me di cuenta que actuaba como una tonta y cambie de opinión tomando una vestimenta informal como ya estaba acostumbrada. Cuando por fin me encontraba en la constructora, para ser mas especifica en mi oficina rogué concentración para completar algunos pendientes atrasados y lo inesperado sucedió en realidad termine de completar la agenda laboral para ese día entero, o sea que me quede sin ningún tipo de oficio bastante temprano. Hasta que la espera termino, faltaba muy poco para la hora del almuerzo de todos los empleados y confiada abandone mi oficina, me despedí de Rose amable después de recibir un pequeño encargo y aproveche para regalarle las pocas horas de cero trabajo que quedaban como libres para luego seguir hasta el ascensor.


Tenia una sonrisa enorme en el rostro, me sentía feliz a pesar de no saber que me esperaba. Había decidido olvidar la escena en la cual Anahi me rechazo sea como sea conseguiría que esa hermosa mujer se fijara en mí, quería que sintiera algo más que un gusto de eso no me quedaba menor duda. Al notar el escritorio vacío de Victoria la secretaria de la arquitecta estrella, sin ningún tipo de prejuicio me acerque hasta la puerta de la oficina de Anahi al notar que estaba entre abierta en lugar de anunciar mi llegada me dedique a escuchar la conversación que se llevaba a cabo dentro del recinto, pues tras reconocer las voces note como la secretaria y arquitecta tenían una singular platica.


Esta bien me equivoque, quizás ella no toma en cuenta la fortuna que tiene a sus pies –Resoplo- Pero eso no quita que son de mundos totalmente diferentes, yo lo único que no quiero es que te lastimen y disculpa mi sinceridad pero Dulce se nota que prefiere los juegos- Voz de Victoria


El encargo que le pedí a Rose en horas de la mañana, ese mismo que aguardaba en mis manos bajo lentamente mientras mi ceño se fruncía con molestia. Tenia ganas de entrar para interrumpir, pero no moví un dedo ya que escuche un leve suspiro preferí seguir atenta a lo que ocurría.


Dulce prefiere los juegos, mientras Alexander es el partido perfecto para mi no? -Voz de Anahi


Alexander se ve sincero, además tu misma no te reconocías, hace pocos días te negabas a aceptar este sentimiento. Que te hizo cambiar de opinión?- Voz de Victoria


No estoy aceptando ningún sentimiento –Suspiro- Aun no –Voz de Anahi


Dios mío!!! Tengo este sentir de que estoy perdiendo mí tiempo advirtiéndote que te alejes de esa mujer, mas sin embargo te lo repetiré una vez más. Amiga no lo se, pero algo me dice que te quiere lastimar –Aseguro Victoria

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