Daba pasos perdidos en el borde de la calle, el panorama había cambiado era como lo recordaba. Ningún documento hacia oficial la propiedad de todo el vecindario donde crecí, mas sin embargo siempre lo sentí como propio a pesar de los pocos vecinos jóvenes ya que en su gran mayoría eran millonarios de la tercera edad, repletos de cientos de sirvientes acostumbrados a que los traten con una educación exagerada o hipócrita si soy sincera. Miraba de un lado hacia el otro, aprecie el brillo especial que tenia el nuevo día cuando una limosina paso sin mucha prisa, sonreí entendiendo que podía lanzarme a algún otro vehiculo que pasara por la calle pues lo que se llevaba a cabo era un sueño. En la lejanía se acerca un convertible del año y cuando estoy a punto de probar la valentía disponible, me toman del brazo con sutileza.
-Tomo a Dulce del brazo- Que haces mi amor acaso piensas que todo en la vida es un juego?
Al reconocer su voz la emoción fue tan grande que no me detuve y me gire por completo, admire el rostro como hace años deseaba hacerlo. Algunas lágrimas salieron producto de tanta felicidad, después de abrazarla con fuerza, su perfume, el contacto con su piel, su cercanía era tan genuina que por un momento temí haber muerto.
Mama –Rompió el abrazo- No te imaginas cuanto te extraño, yo, yo... -Limpio sus lagrimas- Te amo con toda mi alma –Soltó Dulce
Mi vida –Tomo el rostro de Dulce- Sabes que jamás me ha gustado verte llorar, aunque no entiendo eso de extrañarme –Sonríe- Si solo te dije que me esperaras un segundo porque tenia que darle una buena excusa al señor John por que una niña inquieta rompió una de sus ventanas –Toco el hombro de su hija- No se como vamos hacer, pero tu papa no se puede enterar de esto. Luego piensa que te permito muchas cosas –Hizo puchero
Te amo, te amo, te amo –Repitió Dulce una y otra vez antes de abrazar a su mama de nuevo
Yo también te amo –Acariciaba el cabello de su hija- Y por eso te lo dije, no todo en esta vida es un juego. Aunque si lo vez así, no olvides que no siempre se gana –Susurro Blanca
El sonido de la música electrónica retumbo mis oídos sin esperar, con molestia abrí los ojos poco a poco sorprendiéndome por la oscuridad que se mantenía en el sitio. Con mis manos acaricie el rostro, dándome cuenta que las lagrimas que había derramado en el sueño pasaron a la realidad sin mas. Las limpie comprendiendo que no era para menos, del tiempo que había pasado de la muerte de mis padres era la primera vez que soñaba con alguno de ellos y no entendía porque ahora si los años donde llore pidiéndole a un supuesto dios que me hiciera eso realidad jamás lo tomo en cuenta, que cosa cambio. Volvía aparecer el sonido, mire hacia el lado derecho de la cama donde me encontraba confirmando que estaba totalmente sola en la misma, pero el timbre del celular regresaba y fue en ese instante donde decidí ponerme de pie, dándome cuenta que estaba desnuda mire el desorden en el cual formaba parte el suelo ya que toda mi ropa aun descansaba. Tome el pantalón y sin esperar saque el teléfono, al ver de quien se trataba conteste.
Raquel que son estas horas de llamar? –Con voz ronca reclamo Dulce
*Horas? No puedo creerlo te acabas de levantar –Guardo silencio- Son casi las cuatro de la tarde Dulce María Espinoza, dime donde estas debemos ir a la fiesta de cumpleaños de tu chica misteriosa lo olvidaste
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Apuesta Por Amor
FanfictionDos arquitectas con vidas totalmente distintas, una atracción que poco a poco se convierte en amor. Pero a pesar de eso el final es incierto. Porque? Descúbrelo