El camino de Emma.

12.

La primer sesión había sido incomoda. Sacar lo que llevaba mucho tiempo en su mente y en su pecho había sido algo difícil, pero después estaba resultando más fácil poder comunicarse y poder entender todo lo que pasaba por su mente, poder analizarlo, comprenderlo para con ayuda del tiempo y de toda la hermosa gente que la rodeaba empezar a decirle adiós.

Como parte de ese camino de sanación que ella había comenzado a seguir, Emma pasaba al menos dos horas cada día en terapia con Elena y el cambio era simplemente radical. Atrás estaba quedando esa ansiedad constante, ese sentimiento de estar alerta todo el tiempo, una necesidad abrumadora por estar buscando algo que mantuviera su mente ocupada para callar todos esos sentimientos que luchaban por salir cada que ella bajaba la guardia, todo eso se estaba diluyendo en una corriente de tranquilidad en la que ella ahora se encontraba.

Era increíble como después de revelar la verdad que escondía sobre su pasado y liberarse de ella, todo en su presente se estaba acomodando como las piezas de un rompecabezas. Ahora podía andar libremente por ahí sintiéndose ella misma, sintiéndose real y renovada.

Muchas cosas estaban cambiando, entre ellas su relación de odio mutuo con Javier. Ahora ambos entrenaban en paz con Leo y ninguno se salvaba de las palizas del entrenador y usaban las burlas no para atacar sino para motivar al otro. Cuando Emma estaba en la fundación el muchacho iba a buscar a Snow y lo llevaba a los distintos talleres para que los niños jugaran con el, el cachorro seguía siendo sumamente pequeño pero tenía la vitalidad de un gran perro ,así que no se cansaba en los extenuantes periodos en los que lo apartaban de su dueña y lo usaban como un juguete, aunque en realidad era como un niño más. En otras ocasiones en las que Emma tenía tiempo libre, ayudaba al chico con la escuela. Javi quería conseguir una beca en una gran universidad, debido al divorcio de sus padres y a la reducción considerable de ingresos sabía que tenía que apelar a esa oportunidad para conseguir ingresar a una de ellas, entrenaba como un loco con Leo para conseguir una ventaja deportiva, pero sabía que de no ser ese camino tendría que buscar el ingreso por la vía intelectual y debido a tantos conflictos que estaba viviendo con sus padres y el lidiar con su propia personalidad, todo aquello le dificultaba concentrarse en la escuela, así que ahí era donde entraba Emma. En su época de estudiante, la rubia había sido la mejor de su clase por años, tanto así que había terminado la carrera antes que muchos de sus compañeros y lo había hecho con honores, era el claro ejemplo de que la belleza física no era un impedimento para ser inteligente.

- ¿Podemos continuar con esto otro día?- pidió el muchacho con el cansancio a punto de vencerlo.

-¿Crees que estás listo para el examen del lunes?- preguntó ella sin estar dispuesta a dejarlo ir si no veía que estuviera preparado.

- Lo único que podré pensar este fin de semana es en estas formulas de física... ya vamos a divertirnos, hasta Snow está cansado...-

Emma y Javier compartieron una mirada divertida al ver al cachorro completamente laxo en su cama a un costado de la puerta del comedor comunitario de la fundación al que Emma usaba como salón de clases para Javier.

-Estoy esperando que llegue Leo, ya quiero ver su rostro cuando vea mi disfraz de Cleopatra...-

-Cleopatra y Julio César, que originales...- bromeó el chico con sarcasmo.

- Al menos habrá relación en nuestros disfraces. ¿ No habíamos quedado en ir los tres de algo similar?-

El muchacho negó rotundo.- Quedamos en ir los tres juntos, yo no acepté vestirme de romano o de egipcio...-

- Aún es tiempo de cambiar tu disfraz...- dijo ella con malicia en su voz.

-¡Oh no! ¡Atrás mujer! Este disfraz me traerá muchas mujeres, no lo arruines...-