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Tarde me di cuenta de que siempre serías parte de mi...

Cuando se había marchado de España creyó que había hecho lo correcto. Había tantas voces, tantas opiniones en su cabeza y todas coincidían en lo mismo, el debía irse y dejarla libre.

Alejandro era consciente de que enamorarse de alguien tan joven era muy riesgoso. Pero ¿cómo habría podido evitarlo?

Su personalidad fresca ,su vitalidad y el contraste que hacía eso con la fortaleza de su carácter y lo incorrupto de sus valores, todo eso logró conquistar a su decepcionado corazón.

Ella era peligrosa para el, siempre lo supo.

Alex aprendió con ella que la mayor sorpresa del amor, era lo mucho que lograba transformarte. Antes de ella, el era un hombre serio, enfocado en su trabajo y veía el amor de una manera muy distinta, para el entregarse en cuerpo y alma era un mito. Había estado tan acostumbrado a ser quien llevara las riendas de todo, incluso en temas de alcoba que cuando ella llegó a el logró dominarlo en ese campo en el que el era el experto. Un beso, una caricia, fueron suficientes para mantenerlo a su merced.

Nunca se dio cuenta de cuando ocurrió el cambio, pero un día simplemente comenzó a soñar despierto, a desear verla, a escuchar su risa alegre.

Todo el cambió y los cambios a veces asustaban.

Así que para el nuevo hombre en el que se había convertido gracias a ella , ese que tenía fe y esperanza para todo en la vida, perder a James fue devastador.

Cuando el niño murió fue como si la realidad lo hubiera golpeado directamente, los amores de cuentos de hadas no existían y la felicidad podía ser efímera como la vida misma.

Nadie te prepara para enfrentar algo como eso. El vio nacer a su hijo y morir poco a poco con cada hora que pasaba, mientras la vida de ella también estaba en riesgo. Y cuando todo eso acabó, una nueva pesadilla comenzó, Emma se encerró en su habitación queriendo ahuyentarse del resto del mundo y el se quedó solo como si estuviera varado en un lugar desconocido.

El dolor al que se enfrentó se transformó en un peso que paralizó su corazón y su mente. Ahí fue donde entraron muchos puntos de vista externos. Alex sabía y tenía bien claro que era el quien tenía mayor experiencia en la vida, que dependía de el levantar a esa muchacha pero conforme pasaban los días cualquier cosa que el hiciera resultaba en nada. La rubia reaccionaba solo con su familia y el supo que para ella el sobraba.

Había hecho lo correcto, había tomado la decisión difícil, la había dejado ir.

Pero todo aquel huracán de emociones y confusiones se había dado en medio de la reciente muerte de su hijo, cuando ni su corazón ni su mente estaban en claridad.

Y ahora, con el paso del tiempo todo ese peso que cargaba en su espalda se ha comenzado a desintegrar, su interior que hasta ese momento permanecía dormido ha comenzado a sentir nuevamente y su corazón a extrañarla como un loco.

Su ausencia se notaba en las mañanas igual de evidente como la inevitable luz del día, era imposible no buscar su cuerpo a un costado del suyo, era desgarrador buscar su rostro entre las personas que caminaban a su lado en la calle.

Cada vez que los chicos lograban progresar en el campo podía imaginarla riendo con ellos y bromeando sobre cualquier cosa que sus ocurrentes mentes pudieran crear, no tenerla era igual a no poder respirar bien.

Sabía que debía hacer algo pero no lograba encontrar la respuesta correcta.

El había sido el hombre en quien ella depositó su confianza y nada de eso fue suficiente. Dejo que su dolor lo cegara, si ella había sufrido más de lo posible era todo causa suya. ¿ Con que derecho pretendía volver a buscarla?

El camino de Emma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora