Capítulo 8

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Maratón 1/3

Estoy junto a Grace en Prada en búsqueda de un bolso para una cena de premiación empresarial, por supuesto, mi esposo está nominado a ser la persona con mayores logros en el último trimestre.
Debo decir que me sorprende, debido a que ha estado tan ocupado de mí, y tan estresado, que no ha tenido tiempo de ir a la empresa.
Sin embargo, me llena de orgullo y de emoción acompañarlo junto a nuestros bebés, cada día crecen más.
La idea de nuestros hijos ha sido más real y clara. Christian ha estado leyendo acerca de embarazos, bebés, seis semanas de abstinencia y muchas cosas más. Por lo general, le encanta hablarles, desde ya, mis niños tienen una conexión con su papá genial.

-Ana, cariño. Carrick me acaba de llamar para decirme que mi jefe me espera en mi casa para la autorización de una nueva fundación, debo irme. Me dice Grace muy desanimada.
-No te preocupes, yo sólo debo terminar por aquí y listo.

Camino viendo carísimos bolsos, pero es increíble lo libre que me siento. Aún tengo seguridad hasta para ir al baño, debido a que no sabemos quién provocó mi envenamiento.
Creo que parezco una persona normal hoy, y nadie me reconoce lo suficiente, esa idea me agrada.

-Buenas tardes, Mary. Detallo a la mujer que acaba de poner sus pies en esta tienda. Es alta, preciosa, tiene el cabello largo y castaño. Parece alguien de clase alta, intelectual, profesional, admirable.
-Buenas tardes, señorita Smith. Le dice la vendedora. Yo intento hacerme pequeña detrás de varios estantes y bolsos.
-Necesito un bolso para esta noche, tengo una actividad muy importante. Acabo de llegar al país, y me enteré que un amigo estará ahí y quiero darle una sorpresa.
-¿Estás hablando de la cena empresarial? ¿En donde participa tu padre?
-Exacto, pero voy por un viejo amigo más que por mi padre, quiero ver a Christian. Me enteré que se casó hace poco, y es algo que me sorprende, ya que ese hombre nació para y por mí.

Siento que me falta el aire, y que la ira me rompe las venas.

-Sí se casó, pero su esposa está como una ballena. Según las noticias está esperando mellizos. Cuabdo te vea, se va a morir. Estás preciosa.
-¿Qué? Chilla la señorita quierorobaratuesposo.
-Sí, pero tú le ganas por demasiado Karen, esa es una pobre mujer sometida a una vida que no le tocó vivir.

Quiero y necesito salir de aquí, no sé si son las hormonas de mi embarazo, pero me duele el alma al escuchar esas palabras. Salgo sin más, no me siento con ánimos de comprar nada. Además, tendría que pagar con mi tarjeta, y tiene mi nombre de casada.

-Señora Grey, ¿se encuentra bien? Sawyer me mira preocupado.
-¿Escuchaste?
-Sí, señora. ¿Me permite hablar libremente?
-Claro, te lo agradecería. Estoy cansada de decírtelo.
-No escuche esos comentarios, usted sabe que el señor Grey la ama. Y usted es una mujer hermosa, y aunque no nació en cuna de plata como ella, usted es admirable y humilde. Se da la vuelta y me abre la puerta del auto.


Llego a casa sintiéndome deprimida, aún luego de las palabras de Sawyer. Decido tomar una ducha, pero al verme desnuda frente al espejo, me quedo ida.
Mi vientre está muy grande, mis pechos también. Mis caderas se ven más anchas y mi trasero creció considerablemente.
Ballena, ¿hasta qué punto las personas son capaces de lastimar y ofender a los demás?
Mi caso es por embarazo, pero qué pasa con las personas que son más rellenitas. Ese pensamiento me molesta, y mucho. Sólo porque ella se consodere perfecta, no significa que deba degradar a todas las mujeres del mundo.
Soy yo quien está llevando a los dos hijos de Christian Grey, soy yo quien logró sacarlo de su oscuridad, es él quien duerme en mi cama, soy por quien suspira, por quien da la vida.
Yo con mis kilos de más, la de la familia disfuncional, yo la que trabajó para poder pagar la universidad. ¿Qué va a saber de la vida una persona que nunca ha movido un dedo por los demás? No entiendo la razón por la que me siento así, pero sin conocerla, ya me sulfura.

Salgo de la ducha mucho más tranquila, tome la decisión de dejarle claro a esa mujer que el hombre que desea, ya no está disponible. Si tengo que usar mis métodos de dulzura para demostrárselo, lo haré.
Con una sonrisa y muchas ganas de que llegue esa cena, me dirijo a mi armario.


Hola lectores y lectoras. Como prometí, acá inicio un maratón. Me disculpo por ausentarme tanto tiempo, debido a la universidad, se me hacía imposible. Pero ahora estoy de vacaciones, y quiero complacerlas.
Muchas gracias por leer mi historia.

Nos seguimos leyendo. Besos.

Solo quiero hacerte felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora