Capítulo XII - Semilla del Mal

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1594 - Centro del Clan Azuma, territorio Koga, Japón.

Maestro Shiunsai Azuma

- "Muy bien mi joven aprendiz! Hoy es el dia! Hoy veremos el resultado de todos estos años de entrenamiento!" Exclamé con felicidad mientras nos dirigíamos colina abajo, al límite con el territorio Iga.

- "Está seguro que podré Maestro? Yo tengo mucho miedo! Encima no sabía que era contra un Iga!" respondió el joven Kagemaru.

-"Debes aprender a convertir ese miedo en fuerza Kagemaru. Te he enseñado bien y has aprendido mucho mejor que cualquiera de los aprendices Koga. Ya los has derrotado todos ellos. Además no debes desperdiciar esta oportunidad que nuestro Gran Maestro Mutaito junto con Hanzo Hattori (ninja de renombre en Japon y título honorífico a aquellos Shinobis, cuya función era la de mantener treguas entre Clanes de Ninjas) nos han dado." Le respondí en tono de razonamiento.

"Si lo sé. Pero una cosa es pelear contra un Koga, que somos aliados. Pero con un Iga? Un enemigo?" Me preguntó con voz de desconfianza.

"Sabes que todos los Hattori y todas sus generaciones a lo largo del tiempo han siempre tratado de que nos llevemos bien entre ambos Clanes. Esta oportunidad de pelear con alguien de tu edad pero con otra técnica y sin peligro alguno de que ninguno pierda la vida es único." Le contesté.

"Seguro Maestro, pero no lo voy a negar sigo aterrado." Me contestó el niño.

"Aprende a sudar más en el entrenamiento y sangraras menos en la batalla." Exclamé.

Después de 2 horas de caminata, y pasado el mediodía, llegamos a destino: El bosque de Cerezos, límite entre el territorio Koga e Iga.

Allí un Ninja Iga y su aprendiz nos estaban esperando. Con sus vestimentas correspondientes, cara descubierta y cabello largo atado en cola de caballo.
Luego de saludarnos con el mentor del otro aprendiz, y acordar que el desafío sería como máximo de una hora en las disciplinas básicas del Ninjitsu.
Y en el caso de usar armas, serían echas de Bamboo o madera. 
Una vez acordado esto entre maestros, ambos niños fueron a medir sus habilidades en el bosque.

Cómo bien pude notar, ambos aprendices primero iban a probar su nivel de sigilo. El Ki de ninguno de ellos se sentía.

La batalla de sigilo entre niños continuo alrededor de  media hora cuando se pudo ver finalmente como en una trampa puesta por Kagemaru (un simple cordón entre dos árboles) , su rival cae al piso.

Allí comienza el Taijutsu o combate desarmado. Kagemaru es muy superior en técnica. Reduce a su rival pero el niño Iga es fuerte. Además, usa mucho el engaño. Le lanza tierra en los ojos para darle un golpe certero  y final pero el pequeño Koga usa su Ki esquivando el puñetazo y dándole en un punto vital bajo la axila.

Al verlos me di cuenta de algo.

"Increíble! El pequeño Kage es capaz de elevar su Ki según el desafío. Este niño es cuatro años mayor y sin embargo, mi aprendiz se está defendiendo muy bien." Pensé.

El Aprendiz Iga quedó inmóvil. Su maestro da por concluido el desafío. Todos nos saludamos y volvemos a nuestras villas. Note a mi aprendiz preocupado.

En el camino, hablamos;

- "Excelente Kage! Fuiste muy audaz! El Gran Maestro te felicitará!" Exclamé con felicidad.

- "Maestro Azuma! Que le pasará a mi rival Iga?" El pequeño preguntó.

- "Los Iga son muy fríos Kagemaru. Una derrota es lo peor para ellos. Solo espero que ese niño esté bien."

Con mi respuesta, el pequeño Shinobi quedo más preocupado aún.

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