570 DC - Bosque en las afueras de Camelot, actual Inglaterra.Kagemaru
Abrí mis ojos.... Me cegué por la terrible claridad. Cómo si no hubiese usado mi vista por muchísimo tiempo.
Era una hermosa mañana... Un hermoso despertar. Estaba recostado sobre una roca de granito azul, la cual estaba en el medio de un claro rodeada por imponentes y enormes árboles de troncos gruesos.
Cada haz de luz solar dejaba ver las partículas de polvo en el aire. Había una especie de neblina muy tenue que se dispersaba en el lugar.
Se escuchaban ruidos de varias aves e insectos. Todo muy calmo.
No hacia frío pero era una mañana fresca. Un día primaveral diría...Fue en ese entonces cuando la ví alli... Hermosa, única, especial.... Izayoi! Estaba enterrada en una roca del mismo material en donde estaba pero más pequeña. Solo se podía ver la mitad de ella y su empuñadura.
Me fue raro hallar a mi katana allí. Pensé que mi asesino la había robado, dado a que me apuñaló con ella. Pero al fijarme bajo mi shozoku, no había ninguna herida! Me di cuenta que la Dama del Lago cumplió su promesa. Que no había sido un sueño todo lo que me pasó.
Atónito... Percibí la segunda noticia. Varias presencias de manera rápida se acercaban a donde estaba, pero a donde estaba era la pregunta. Igualmente, me sentía feliz porque podía percibir Ki.
Esto se debía a qué estaba vivo. Eso sí... Los Ki lo que percibí, no eran malignos. Seguramente podría preguntarles a estas personas en donde me hallaba.
Esperé unos minutos y allí aparecieron...A caballo, de hermosos y brillantes armaduras con colores destellantes aparecieron estos guerreros. Portando lanzas y banderas con dibujos brillantes, se detuvieron ante mi.
Todos se levantaron parte de sus cascos. Me asombró al ver sus caras... Se asemejaban un poco más a la mia que de aquellas personas de donde me crié.
Sin embargo, no entendía nada de lo que hablaban. Ni una sola palabra. Evidentemente, era otra lengua.
Los dos guerreros al frente, me hablaban y señalaban hacia donde estaba Izayoi. Me hablaban en tono agresivo pero no entendía. Fue ahí, cuando uno de ellos decidió desmontar de su caballo blanco e ir hacia Izayoi.Al llegar a mi espada, se quitó el Yelmo.
De porte delgado y atlético, largos cabellos rubios, ojos verdes e imponente armadura de color plateado con detalles de ostras marinas y peces en ella.
Una vez ubicado en pose de hacer fuerza, puso sus manos en la empuñadura de mi katana, trató de jalar con ambas manos. Se notaba en su rostro toda la fuerza que hacia.. pero no fue suficiente... Simplemente no pudo.Con cara de enojo, se dirigió a su compañero. Intercambio unas palabras con el y desmontó.
Este guerrero fue hasta Izayoi y se saco su Yelmo. Claramente de notaba que este guerrero de armadura color cobrizo con detalles de árboles y color verdes era un gigante. De enorme porte físico, cabello castaño oscuro, barba tupida y ojos cafés, se puso en posición y trato de extraer la espada.
Se notó claramente la fuerza que realizó pero fue en vano.Fue entonces cuando ambos guerreros se abalanzaron y comenzaron a gritarme cara a cara en ese raro idioma.
No comprendía nada. Pero sabía que no había maldad.
Fue en ese entonces al tenerlos cerca que los observé a ambos atentamente. Ambos eran mucho más altos que yo.
De repente, recordé de las palabras de La Dama del Lago y el Caballero Verde. Y pensé:-"Serán estos los guerreros de los cuales ellos me hablaron? Serán ellos a los cuales debo enseñar humildad? Ellos hablaron que no debía buscarlos, que ellos me encontrarían primero."
Y ahí... Los emblemas de ambos, brillaron. Asentí con la cabeza en forma de comprender la señal.
Sin embargo, los guerreros lo tomaron como un movimiento peligroso y desenvainaron sus armas rápidamente. De todas formas, no noté maldad en sus ataque.
A toda prisa, uno con la espada y otro con un enorme hacha trataron de intimidarme, atacándome.
No me moví.
Ellos se detuvieron justo antes de golpearme con sus armas.Dijeron unas palabras ellos hacia sus colegas a caballo. Me dieron la espalda ambos. Ahí sentí el Ki de ambos crecer, sabía que el próximo ataque de ellos era inminente. Debía usar sabiamente mi Taijutsu y puntos de presión sobre el cuerpo. Eran dos oponentes.
El enorme guerrero del hacha lanzó su golpe de arriba hacia abajo. Me deslicé hacia un lado. Su hacha se hundió en el suelo. Cómo ambas manos estaban en el arma, aproveché. Corrí sobre ella y parte sobre los brazos del gigante. Le di un golpe corto con mi puño sobre el cuello. Causándole un desmayo inmediato.
Saltando y dando un giro por detrás mientras caía el cuerpo del gran hombre, estaba listo para repeler el ataque del segundo guerrero.- "Ohhhhhh" dijeron los hombres a caballo.
Confieso que también estaba asombrado por la rapidez y lo certero de mi ataque.
El otro guerrero, atónito por el derribo de su compañero, trató de estocarme con la espada. Al venirse, aproveché la fuerza de su corrida, lo tomé del brazo y me agaché. Luego, coloque mis pies sobre el peto de su armadura y lo empuje con todas mis fuerzas hacia arriba.
- "Awwww" gritó el guerrero rubio.
También quedé asombrado por lo lejos que lo levanté en el aire.
Estando yo en el suelo, me impulse utilizando todo el peso en mi espalda y balanceándose usando mis piernas hacia delante, pidiéndome pararme sin usar las manos y en guardia contra la espada de este guerrero esperando que caiga desde el aire.
Podría haberlo atravesado y asesinado ahí. Pero no sentí la necesidad. Solo deje que cayera. Y solté su espada al suelo.
BAAAMMM!!! Cayó con todo el peso de su cuerpo al suelo. Estaba aturdido.
Con esto, el resto de los guerreros a caballo vinieron con sus lanzas a querer atacarme.
Fue entonces cuando nuevamente, el rubio rapidamente se reincorporó y trato de ensartarme con su espada. Pero me agaché levemente y aproveche a darle un golpe justo en axila. Esto lo desmayó, puesto que es un punto vital de equilibrio.
Al suceder esto, decidí ir hasta Izayoi. No sé en qué segundo fue pero con un tremendo salto y giro hacia adelante llegue a la piedra y saqué a Izayoi!
En guardia, con mi Ki elevado, todos ellos detectados y ya listo, iba a defenderme de los otros guerreros.
Sin embargo, todo se irrumpió cuando percibí dos Ki distintos al resto. Fue cuando llegaron ellos a caballo.
Un extraño hombre de armadura dorada y una hermosa corona en su cabeza. De cabello castaño claro y ojos celestes de porte atlético levanto tu mano derecha y gritó algo en ese idioma extraño. Con esto todos los guerreros dejaron su posición de ataque.
Yo, por lo pronto, hice lo mismo. Coloque a Izayoi en su lugar en la piedra.
El otro hombre era más extraño aún. Era mucho mayor en años. De cabellos y barba larga y blanca y ojos color miel. Vestía unos atuendos largos y un abrigo de piel gris y un extraño sombrero alto.
Este hombre le señaló a Izayoi al otro hombre de la armadura dorada.Este trato de hacer lo mismo que los dos anteriores, sin resultado satisfactorio. Luego con un gesto de ambas manos y de manera amable, entendí que me invitó a sacar la katana.
La saqué y la volví a poner en su lugar.
Ambos hombres hablaron entre ellos. El del sombrero extraño desmontó y me ofreció subir a su caballo. El de la armadura dorada pidió a sus guerreros a que pongan los cuerpos desmayados sobre su caballo de los dos hombres que derroté. Partimos de allí.
Dos hombres se quedaron como de guardia, vigilando mi katana en la piedra.
Dos horas después, llegamos a un castillo imponente. Seguramente, la morada de estos guerreros.
Al llegar comenzaban a despertarse aquellos que logré desmayar con mis golpes.
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Un Ninja En Camelot
General Fiction"Donde me encuentro? Camelot? Cómo llegué aquí? No recuerdo nada! Debo proteger a Tomoyo y Kiku a como de lugar... Pero como? Imposible!!! Me fallaron. Cuando sepa el por qué estoy aqui, sabré quien está atrás de todo esto!" Kagemaru, un ninja, de...