Guía para conquistar a Bernoulli

Epílogo

= Dos años después =

En Radiator Springs, Wheel Well Motel se llenaba de visitantes cada noche. Guido, el joven bartender atendía a cada cliente en compañía de su hermano Luigi mientras Mate, Filmore y el sargento ocupaban gran parte de la barra principal.

- ¿Sabes dónde está ahora? - Filmore preguntó con amabilidad a Luigi.

- Ese muchacho está siempre en todas partes - El sargento dejó con mano pesada su vaso en la barra.

- ¡Me dijo que estaría en sonsa! - Mate se apresuró a decir.

- Monza - Lo corrigió Guido y cambió el canal de la televisión al Italian Grand Prix, uno de los eventos mas grandes de Formula Uno.

En Italia, una de las cosas que más se pueden disfrutar es la Fórmula Uno; y por supuesto, Zac siempre tenía un espacio libre en primera fila para vitorear a su corredor favorito ganar carrera tras carrera. Había terminado la última vuelta y Francesco salió emocionado, presumiendo su victoria a cada cámara y micrófono que lo seguía. McQueen aplaudió desde lejos con una sonrisa burlona viendo el espectáculo de Bernoulli. Zac sonreía cada vez que veía Francesco poner su casco debajo de su brazo y contestar preguntas con la misma altanería de siempre por que con ello, recordaba que a pesar de todo lo que había pasado a su lado e incluso cuando pensó que no podría volver a arrancar un motor, nunca había dejado de ser e mismo; nunca se dio por vencido. Justo cuando se retiraban, una chica de tez morena y cabello castaño brillante se acerco con timidez.

- ¡Hola! Emmm... señor Bernoulli - Habló con un acento fuerte en cada palabra. aun soy una practicante, pero si en algún momento requiere de...

- Francesco no requiere de nadie, gratzie - Bernoulli se retiró en seguida después de ello.

McQueen, incapaz de dejar las cosas de esa manera, regresó por la tarjeta de presentación que había comenzado a ofrecer antes de que fuese interrumpida.

- Gracias, señorita... - Miró la tarjeta en busca de su nombre.

- ¡Ramirez! - Le dijo enérgica.

Asintió con la cabeza y entonces se fue.

Después de cada victoria, estaba en la sangre del italiano salir y disfrutar de ella, celebrarla y (de seguir siendo posible) hasta presumirla y a un lado de Bernoulli, un día no podía ser igual al otro; sin embargo, entre las cosas que más disfrutaba hacer estaba tomarse de la mano y recorrer cada maravilla de italia (Que para Francesco, eran bastantes). Esa nochefue turno de la Fontana de Trevi que con 20 metros de anchura por 26 metros de altura la convierte en la fuente más grande de toda la Ciudad de Roma y por supuesto la mas hermosa.

- Y bien Francesco... ¿Hoy que historia tienes para mi? - Caminó Zac hasta la orilla de la fuente y se sentó en la pequeña barda que dividía el agua del suelo.

- ¿Acaso no la sabes? - Cuestionó altanero mientras tomaba asiento a un lado de él.

- Me gusta que me sorprendas - Le sonrió - Creí que me conocías.

- Bene... - Suspiró - Yo no fui quien anotó todos tus detalles en una libreta.

Cada vez que Bernoulli decidía sacar un comentario sobre la guía, Zac no podía hacer mucho más que aceptar el comentario y rodar los ojos. Escuchó al italiano decir un "Está bien, te contaré" entre sus risas y tras escuchar aquello, McQueen se inclinó ligeramente al frente.

- La Fondana de Trevi, La primera fuente fue construida durante el Renacimiento, bajo las órdenes del papa Nicolás V y con un origen... impreciso, bastante impreciso tras la cantidad de aspectos que ha tenido - Francesco miró fijamente las esculturas sobre la construcción - ¡Oh! el nombre de Trevi deriva de Tre Vie, ya que la fuente era el punto de encuentro de tres calles... - La mirada de Bernoulli se detuvo en el agua y se quedó callado.

- ¿Eso... es todo? - McQueen insistió.

- No, pero para lo que sigue yo tendría que saltar al agua e invitarte a entrar conmigo - Se levantó y su acompañante, por reflejo, lo imitó - O venderte la fuente por un muy alto precio (1*) - Zac le dió un ligero golpe en el hombro esperando por que dejara de bromear - Aun queda uno... - Lo tomó de las manos y lo colocó de manera en que la espalda de McQueen diera a la fuente y dejó en su palma derecha tres Euros en diferentes monedas - Con tu mano derecha, sobre tu hombro izquierdo - Bernoulli, frente a él dio una pequeña demostración como si estuviese arrojando algo con las mismas instrucciones - ¿Capisci?

- ¿Ahora? - Tenia sus monedas listas para arrojar y Francesco solo se rió.

- Si arrojas solo un euro, regresarás a Roma - Con la cabeza le indicó que arrojara la primera - Si arrojas due euros, encontrarás el amor con un atractivo italiano - Zac levantó una ceja incrédulo - Io non faccio le regole! (2*) Ahora, lánzala.

-Pero ya no lo nece...

- Solo hazlo - Y lanzó su segunda moneda - Si arrojas tre euros, te casarás con la persona que conociste.

McQueen se rió a carcajadas y esta vez no espero a la indicación para arrojar la moneda. El italiano cesó la risa de Zac con un cariñoso beso en sus labios; gesto que se había convertido en algo competente natural en ellos. Salieron de ese lugar con el último comentario de Zac: "¿Sabes? Me gusta más Zachary Bernoulli que Francesco McQueen".

Para continuar con una noche perfecta, a Francesco le encantaba pasar a los restaurantes más lujosos y exclusivos. Era sencillo saber que Ad Hoc era uno de lo mejores en todo Roma. Ya disponían de la carta en sus mesas y Zac, aun sin sabes que ordenar, miró al rededor en busca de algo que le ayudara a decidir.Entonces lo vio. En la entrada, un hombre con cabello de un intenso azul aguardaba a que lo atendieran con una sonrisa que hacia notar sus impecables dientes. A pesar del profundo gris de sus ojos, había algo en ellos que provocaban que la luz tenue del lugar se reflejaran en ellos. McQueen dejó de respirar por un momento y de manera tan inconsciente como indiscreta los siguió con la mirada hasta que él tomo su lugar en una mesa alta no muy lejos de ellos. Al sentir la mirada sobre él, levantó la cabeza e hicieron contacto visual durante algunos segundos; aquel hombre joven de ojos grises le dedico una sonrisa a Zac y con descaro le guiñó un ojo.

- ¿Si vuole ordenari? - Francesco bajó el menú que hasta ese momento había sostenido frente a él.

- ¿Qué cosa? - Zac dejó su copa casi vacía en la mesa y Bernoulli lo miró extrañado.

- ¿Todo bien? - Le sonrió

- Todo bien - Le confirmó, para el resto de la noche concentrarse en él y solo él.

McQueen desvió la mirada y tomó su copa de vino para concentrarse en ella, pero no pudo evitar escuchar el momento en el que una mesera se acercó al chico de ojos grises:

<< ¿Será lo de siempre, señor Storm?>>

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(1*): Ambas son referencias a dos filmes italianos:

La Dolce Vita (1960): En una de las escenas, Anita Ekberg se baña en la fuente, invitando a Marcello Mastroianni a hacer lo mismo.

Tototruffa '62 (1961): Totó intentaba vender la fuente a unos ingenuos y confiados turistas.

(2*): ¡Yo no hago las reglas!

Att. Una Pervertida hypeada