Guía para conquistar a Bernoulli

10. "Confía en él"

"-¿No te parece increíble, Coutlass?
-No solo me lo parece, Darrel; esto, de comienzo, es increíble.
-Nunca se había presentado un suceso como el de Noruega; pero claro, después de haber presenciado ya lo amable que puede ser "Lighting" McQueen desde aquel accidente con el ex corredor: Strip "The King" Weathers; no me extraña tanto...
-Pero Bob, de eso a agradecer formalmente a tu rival; aun después de que ganaste la carrera; ¡Es mucha diferencia!
-La cantidad de videos tomados en el momento son incontables; pero en todos, podemos apreciar lo mismo.

Un video en transmisión; se notaba grabado por algún fanático de las carreras, con una cámara de baja calidad y moviendo el lente de forma excesiva. Al bajar de los coches, ambos corredores se vieron a la cara; McQueen con una sonrisa radiante, y Bernoulli extendía sus labios inclinándolos a un lado. Esperaba la burla de parte del más joven. El rubio se acercó tranquilo y extendió la mano esperando a que Francesco la tomara; una vez que así sucedió, se acercó a él, a su oído y cuando la cámara hizo un acercamiento importante, claramente pareció que le dijo algo. Dejando al italiano confundido volvió a decirle algo más. Entonces se alejó riendo.

-No se sabe a ciencia cierta lo que pudo haber ocurrido entre estos dos que aun en Corea se les veía molestos..."

Apagó el televisor y peinó su cabello color chocolate hacia atrás. Respiró hondo mientras pesaba en el revuelo que había ocasionado de forma tan inconsciente. <<Y pensar que "Espero estar invitado. Hay un par de cosas que me gustaría decirte" fue lo único que mencionó>> Se decía a si mismo. Ya era la mitad de su gran Tour y por ello, se haría una fiesta como celebración; al ser en Italia, Francesco vio irresistible proponer uno de sus recintos como punto de reunión, y nadie se opuso. Esta noche podría ser en la que aclare varias cosas con la persona que es solo dos días, logró entrar en sus pensamientos.

Llegó un mensaje de texto; era de Ginna. Él sabía que estaban a punto de aterrizar en Italia, su hogar; pero por las órdenes que recibía la dama, tenía que avisar cuando su vuelo estuviera por terminar. Tomó sus cosas y dobló el papel en que trabajaba hace unos momentos para después guardarlo en su bolsillo derecho.

McQueen, por su parte, desde hace 72 horas, no podía calmar su corazón. Claro que estaba emocionado; eran de los retos más divertidos que se había propuesto. Rió en silencio al recordar la cara de Bernoulli después de la carrera. Sacó su libreta y con la misma pluma de la aerolínea en Corea escribió en su página:

"8. Confía en él"

Mordió la pluma y presenció su página. Marcó una pequeña palomilla enfrente del punto número uno y el número cuatro.

Cuando salió del avión, no esperaba que alguien se acercara a él; después de todo, era la casa del corredor "#1". Caminó a la salida en compañía de sus cinco amigos que le ayudaban en la pista... así, hasta que se quedó congelado al cruzar miradas con Francesco. Guido lo notó y de inmediato comenzó a empujar a su hermano y demás compañeros a la salida, gritando cosas que cualquiera en el país pudo haber entendido. El rubio no se había dado cuenta en qué momento sucedieron las cosas, pero el castaño había comenzado a acercarse y cuando volteó por alguna ayuda, ya no había nadie. Intentó actuar lo más seguro que podía.

-Buongiorno, Francesco – Sonrió.

-Buongiorno, McQueen – Burló. – Pero mira todo el disastro que has ocasionado - Toda la seguridad que al inicio cargaba, parecía bajarse hasta el suelo cuando sacó una revista, en la que en primera plana, mostraba una fotografía al momento que se acercaron el día de ayer. "L'amore in Italia" ponía como título. Era claro; se trataba de una revista para adolescentes, y a ellos les gusta exagerar todo y poner una historia de amor detrás de todas las cosas; pero no dejaba de ser incómodo. Ninguno dijo nada durante unos segundos. – Por cierto; por supuesto que tienes mi invitattzione. Has despertado mi curiosidad, McQueen. Te estaré esperando.