15. La casa di piastralle

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- Lastima que no recuerdes algo de lo que pasó anoche... - Dijo Francesco mientras conducía su auto por las calles de México - Realmente me había esforzado por que fuese... ¡Una noche inolvidable! - Sonrió.

- ¿Esa es su costumbre Sr. Bernoulli... - Zac se rió con él - ...Regalar noches inolvidables?

- Così è! (1*), pero no exactamente de la misma manera como lo planeé contigo - cambió su tono de voz por uno más grave, un comentario travieso y sugerente haciendo enrojecer a su acompañante - ¡Per cierto! - Regresó a su tono normal - El "Sr. Bernoulli" fue mi padre, amore. Para ti, solo soy Francesco...

- Wow... - Sonrió encantado por el comentario tan sencillo y carismático - Gratzie Francesco, eso fue...

- ¡Francesco, el rey de la Fórmula 1! - Completó estrepitosamente su frase, haciendo saltar a McQueen de la sorpresa - Francesco, el maestro de la pista; Francesco, il incredible...

De nuevo, casi compraba la idea de que había hecho cambiar el interés del italiano por si mismo e incluso se burló al tenerla.

Hacía cerca de una hora y media que habían abandonado aquel hotel donde  pasaron la noche. Después de ducharse salieron con las mismas prendas que el día anterior hasta encontrar una tienda de ropa donde cumplieran los caprichos de Bernoulli. Mientras la mañana transcurría, Zac revisó cada mensaje y llamada perdida en su celular mientras pensaba en como había estado preocupando a sus amigos ultimamente y sintió un pesar en su pecho solo por culpa.

- Clamare, McQueen - Miró a Francesco, impresionado al pensar que pudo haber estado leyendole la mente - Presto (2*) este día se pasará, entonces podrás quejarte y preocuparte por lo demás - Bernoulli presionó un botón en el tablero y encendió el estereo - Por ahora, solo relájate.

Zac tomó su celular y envió un mensaje general disculpandose por su ausencia y aclarando que después explicaria a detalle lo sucedido, dándole la razón al italiano, le pidió a su equipo que disfrutara de la tarde. Pensó en que todas sus pertenencias seguían empacadas incluyendo la guía que había estado escribiendo con tanto esmero y sed de triunfo, sin embargo, llegó a la conclusión que podría aprovechar este día a un lado de Francesco y aplicar todo lo que había aprendido para ganar de una vez su reto personal, despues de todo, aun le quedaba una tarde completa por delante.

- ¿Tienes planes para hoy, Francesco? - Dejó que el viento desacomodara su cabello y con las manos intentaba volver a ponerlo en su lugar.

- Como siempre, mi amore... - Bernoulli estacionó el carro y abrió su puerta - ...tengo los mejores - salió y rodeó el auto para ofrecerle su mano gentilmente a McQueen como gesto de caballerosidad.

Zac miró la mano y la ignoró al salir, Francesco solo cerró la puerta con un gesto resignado, siguió hasta donde se detuvo McQueen y miró su rostro sorprendido mientras recorría con la mirada el exterior de la construcción frente a él.

- La casa di piastrelle - Dijo el castaño llamando la atención de Zac - La casa de los azulejos.

- ¿La conocías? - Lo volteó a ver, curioso.

- Per supuesto - Lo abrazó por el hombro - No es mi primera vez en Messico, bambino ¡Me encanta este lugar! - Comenzó a caminar a la entrada - Su bandera es tan similar a la de la bella Italia no solo por coincidencia.

Una vez dentro, Zac se notaba aun más emocionado de ver el interior. Tal y como estaba la construcción por fuera, por dentro estaba cubierta de azulejos en los que predominaba el color azul, amarillo y blanco; al subir pudo notar que incluso el borde de cada escalón estaban forrados de pedazos del mismo. Las paredes estaban tapizadas con hermosos murales y los marcos de las puertas y espejos eran tan elaborados que saltaban a la vista.

Guía para conquistar a BernoulliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora