Amor por una empollona . [EN CURSO]

Cap 2 Parte 2

Llegamos al local dónde Lucas había dicho que habría la partida de porker, bajamos de la moto y caminamos, al momento mire hacia delante y vi una puerta enorme que estaba siendo custodiada por un guarda que parece un armario malhumorado. Nos acercamos al guarda que nos mira de reojo y nos abre camino «¿Enserio? ¿Tan fácil a sido? A ver si corremos con la misma suerte al salir». Dentro la música alta y el olor a perfumes mezclados con humos, hacia el ambiente más cargado. Lucas se aparta de nosotros y se acerca a un hombre alto y unos cuantos años más mayor que nosotros, hablan y se ríen durante unos cuantos segundos, el tipo que está con Lucas nos mira en dirección donde estamos Robert y yo, le da unas palmadas en la espalda de Lucas y se aleja. Lucas vuelve dónde nosotros con una sonrisa burlona.

-Vamos, esta al fondo.-nos señala un puerta roja, que está justo al lado de la barra.

Caminamos entre el bullicio de la gente que hay en el local, desde fuera parece grande, pero dentro, con tanta gente junta es algo jodidamente agobiante. Nos paramos delante de la puerta roja, que veo que en ella lleva un letrero que pone "PRIVADO", Lucas la abre y entra, Robert y yo le seguimos, como llevamos haciéndolo desde hace más de diez minutos.

Veo un hombre calvo, perfectamente trajeado, que está sentado en la mesa, que está justo en medio de la sala, el hombre baraja unas cartas, detrás del esta tres hombres, más bien, gorilas en forma humana. La sala es pequeña, con las paredes pintadas de verde, la mesa de madera que se veía era jodidamente cara, en el centro de esta, yacía 2500€ en metálicos, él hombre nos mira detalladamente y sonríe, con una sonrisa fea y torcida.

- Que se siente el que vaya a jugar. -dice, sin dejar de barajar las cartas, me siento delante suya de inmediato y pongo los otros 2500€ en la mesa, mi cuello me empieza a picar, ¡JODER!.

El hombre le da la baraja a Robert, no se que mierda tenía, para dejar a alguien desconocido barajar las cartas, yo no lo haría y menos sí es apostando. El picor que tenía en el cuello iba a más, no podía dejar que los nervios me traicionaran, íbamos a hacer trampa, y si nos pillan somos hombres muertos , no es la primera vez que lo hacemos, pero digamos que algunas veces no salen como planeamos... Durante la partida lo único que entraba en aquella habitación, era una camarera que traía consigo unos chupitos de Whisky. En la última jugada como estaba previsto tenía una escalera de colores, lo máximo para ganar, íbamos empate. Uno de los gorilas nos dice que contará hasta tres y los dos tenemos que sacar nuestras cartas, a la cuenta de tres, los dos lo sacamos y dejamos nuestras cartas en la mesa, el saca un triple de reyes, y yo la escalera de color, al ver que he ganado, me estrecha la mano y me entrega los cinco mil, nos dice de que quedemos para una ronda de chupitos, negamos, excusandonos de que tenemos cosas que hacer, salimos de la sala y la camarera que había estado sirviéndonos se me acerca, es una morena muy guapa y con grandes atributos, le digo que me esperen y voy a un sitio más "íntimo" con mi "nueva amiga".

Aislados en un baño de deficientes, puedo contemplar mejor a la chica que tengo delante, lleva unos shorts y una camisa blanca, y un pequeño delantal amarrado en la cintura, tiene un pelo muy negro y lacio que le resalta más la cara, unos ojos color miel que me comen con la mirada, su labios al cual no deja de mojarlos con la lengua y darle pequeños mordiscos, joder esa tía esta que arde, se me acerca lentamente nuestros labios están a milímetros de tocarse, no aparto la vista de esos pequeños y carnosos labios, no estamos aquí encerrados en un baño para contar nuestra vidas, sabemos perfectamente lo que queremos, nuestros ojos hablan lo que nuestros labios no pueden pronunciar.

-¡Desnudate!- mi voz sale ronca y a la vez autoritaria.

-Tranquilo, tenemos toda la noche.-me mira y se muerde los labios.