Cap 14

211 48 41
                                    


Cuando Luis me cuelga, una adrenalina escuece mi ser. ¡Está loco! Las cosas no se pueden hacer con la cabeza caliente y más cuando uno está mal o cabreado. Lo único que busca es una desgracia. No quiero cargar con una conciencia pesada cuando puedo evitarla, sin más pensar abro mi armario y cojo unos jeans azules ceñidos, un Jersey amarillo mostaza ,  una parka color verde militar junto a unas converse blancas. Me pongo todo y me hago una especie de coleta y me echo  coloniaSalgo de mi habitación y voy a hacía la de huéspedes.

Entro en la habitación de huéspedes y veo a mi primo tumbado en la cama con su móvil entre manos y con  los auriculares puestos. Me acerco hasta el y le quito uno de  los auriculares, se sobresalta y se gira a mí.

—¿¡Que pasa!? — se sienta en la cama y me mira.

—Tienes que llevarme a un sitio, es urgente.

—¿Que es eso tan urgente? — rechista.

—No hagas pregunta, solo llévame. — puntualizo.

—¡Joder! Tienes suerte de que aún no me había puesto el pijama. — rueda los ojos.

—¿Entonces me llevas? — pregunto.

—Acabo de decirte que menos mal no me he puesto el pijama... ¿No te dice nada eso? — dice malhumorado.

Asiento. Espero a que se ponga los zapatos y bajamos las escaleras, les aviso a mis padres que voy a salir con Pablo. Al salir a la calle, me estremezco por el frío. ¿Quién lo diría... Que iría atrás de un loco en plena noche de invierno? Sólo a mí se me ocurría eso. Mi primo se sube a la moto y la arranca mientras me pasa un casco, me lo pongo y subo a la moto.

—¿A dónde la princesa quiere que la lleve?

— A la salida de la ciudad, dónde casi no hay tráfico ¿sabes dónde es?

—¿¡Estas loca!? Ahí es dónde la gente sin que hacer, hace sus mierdas de carrera.

—¿Como sabes que ahí hacen carreras? ¿Acaso has participado en alguna?

—Tuve mi época mala, cuando aún pensaba que era hetero... — me río por los bajos.

—Anda vamos, después me cuentas bien lo de tu época chico malo. — dicho esto salimos hacia la salida de la ciudad.

Al llegar a mi destino, me bajo de la moto de mi primo, me quito el casco y se lo devuelvo y empiezo a caminar hacía el bullicio. Pero la voz de mi primo hace que pare y gire.

—¿Estas segura de que quieres quedarte aquí? — asiento — Me quedaré contigo, no me gusta este ambiente para ti.

—No hace falta que te quedes, después cogeré un taxi para volver a casa, no te preocupes.

—¿Cómo voy a dejarte aquí y sola? Ya me arrepiento de haberte traído a este lugar.

—Estaré bien, voy a estar con Lucía, me está esperando. Tú vuelve a casa. Voy a estar bien.

—Me quedo con vosotras entonces. — insiste.

—Es que hemos quedado Lucía y yo... —trato de explicarme.

—No creo que Lucía le parezca mal que me quede con vosotras Allison.

—¡Que no! Vete a casa por favor. Luego vuelvo en taxi como te he dicho o me lleva de vuelta Lucía. Me voy que me están esperando.

—Está bien. Me voy, pero espero que no me estés mintiendo. — me despido de mi primo con un beso en la mejilla.

Trato de caminar lo más rápido que puedo. Pero  me es imposible, hay mucha gente, que obstruye mi paso, mientras voy empujando a las personas para hacerme paso, intento buscar con la mirada a Luís. El ambiente está repleto de distintos olores fuertes mezclados, las personas están formando por pequeños y grandes grupos. Unos charlan animadamente, otros beben y fuman, otros que se chillan entre ellos... Consigo distinguir a  Luís que está encima de su moto, me acerco hasta el evitando que me vea. Le toco la espalda, haciendo que gire la cabeza.

Amor por una empollona . [EN CURSO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora