Cap 20

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Las semanas pasan volando, haciendo que lleguemos a febrero. Con ello exámenes, proyectos, exposiciones y vuelta a empezar.

Un mes desde que mi madre decidió irse. Un mes desde que mi padre y yo hemos yendo acercándonos más. Un mes dónde Allison y yo nos hicimos cercanos, no tan cercanos ya que hablamos pero no tanto. Un mes donde intento tratar de cambiar, pero algo dice que puedo aparentar una persona nueva, pero mi yo interior. Mi verdadero yo siempre saldrá a relucir. Un mes. El año apenas comienza y ya me ha dado más que un año entero.

Recorro los pasillos del instituto como un zombie. Nunca acostumbrare a levantarme temprano. Veo a un hombre de mediana edad. De pelo grisáceo y un poco regordete. Veo que camina en mi dirección, llama por mi nombre. ¿Me conoce? ¿Lo conozco? Me paro en seco y lo miro. El hombre me sonríe simpático.

—Hola. Soy Héctor el nuevo conserje — me ofrece la mano y se la acepto un poco dubitativo, estrechamos un rápido apretón de manos ¿nuevo conserje? — El director Rodríguez me ha mandado que viniera a buscarte. No veas lo que me ha costado encontrarte. En fin,unos de tus compañeros me indicaron quién eras. El ser nuevo y aprender todas las caras es algo un poco difícil.

—¿Y que quiere el director? — pregunto sin hacer más rodeos.

—No lo sé. Solo ha dicho que fuera a buscarte.

—Iré a ver a la majestad, a ver que quiere. — se ríe por mi comentario.

—Lo acompaño. — se ofrece.

—No hace falta. Me se de memoria el camino. — me despido del conserje y voy a la oficina del director.

Toco la puerta. Una voz ronca me dice que pase. Entro y sin que me lo pida me siento en el asiento frente suyo.

—¿Me buscabas?

—Sí. Verás no se como decirte esto... Es una situación un poco complicada. — me acomodo en el asiento y me cruzo de brazos, sin quitarle ni durante un segundo la mirada de encima. — Por el instituto corre muchos rumores... A ver como te digo esto — hace una pausa y le hago una seña para que continue. Esto de rumores en un instituto para mi es tan normal... Que no me parece nada raro que yo esté metido en algunos de ellos — muchos alumnos van cochicheando de que tu madre ha abandonado el hogar — y buum el mundo se colapsó y ahí me cayeron miles de toneladas de ladrillos encima. Mis ojos ahora rojos de la furia, me levanto de la silla y me pongo las manos en la cabeza, doy vueltas de allá para acá en todo el maldito despacho como un desquiciado enjaulado — ¡Porfavor joven calmese! — ¿como puede pedirme que me calme, cuando alguien ha disparcido un rumor que por cierto no es mentira y me influye a mí en ello.

—¡¿Quién?! ¡¿Quién cojones ha sido!? —  mil preguntas me atacan, mil teorías, mil sospechosos.

—No lo sabemos. Tu tutora me ha puesto al tanto de lo que está pasando. — ¿como es que me entero el último de que alguien va plantando el rumor de mierda sobre mi vida personal sin siquiera yo enterarme? — Siéntese otra vez y trata de calmarse. Tu tutora estará por llegar.

—¡¿Cómo me pides eso?! ¡Algún cabrón o cabrona ha ido por todo el instituto contando algo personal mío, que me incumbe a mi y a mis padres! — doy un manotazo en la mesa de madera pulida, el director pega un brinco por el susto, lo miro con  los ojos llenos de rabia — ¡Me voy! ¡Y es mejor que no me detengas! — intenta pronunciar palabra pero ahí se queda en un miserable intento. Salgo del despacho dando un portazo para descargar mi furia.

—¡Luís! — ni siquiera me doy la vuelta — ¡Luís tenemos que hablar! ¡Buscaremos una solución a todo esto! – decido mirarla, no puedo evitar reírme de lo último que ha dicho ¿una solución? Esto es una broma, ¿no? Una jodida broma.  Mi tutora, que es un  poco mayor me mira con preocupación, hago caso omiso y vuelvo a girarme.

Amor por una empollona . [EN CURSO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora