Cap 21

152 30 28
                                    

Los días han pasado,los cuchicheos siguen pero en menor cantidad, supongo que en un par de días se olvidarán como pasa con todos los rumores, nacen de una boca y muere en otra y vuelve a nacer otros y así sucesivamente.

—¿Luís? — María sonríe simpática, su sonrisa es enorme con dos relucientes hoyuelos marcados— ¿Podemos hablar? — asiento tímido, se perfectamente de lo que quiere hablar me sonrojo de la vergüenza.

—Eh... Claro. — digo.

—¿Vamos a la cafetería? Ahí podremos hablar tranquilamente mientras tomamos un café — asiento.

Camino detrás suyo. El trayecto es corto del pasillo principal del instituto a la cafetería, vamos al mostrador y pedimos un café con  leche para mi mientras que ella pide un  capuchino, le invito a su café y nos sentamos a una de las tantas mesas que hay en la cafetería. Estamos uno frente del otro, ella me mira fijamente mientras que toma un sorbo de su bebida. Decido ser yo el que entable la conversación.

—Lo siento por lo de la otra noche... Me siento...— ella me corta antes de que siga hablando.

—No lo digas por favor. — ella me toma la mano y me la agarra, toma un suspiro y sigue hablando — Lo que pasó el otro día me hizo pensar... Me dejé llevar porqué pensé que aún te amaba. Después que me dejarás ahí sola desnuda, no te niego que me sentí usada y gilipollas. Pero me puse a pensar que lo que hicimos o medio hicimos no me llegó. En menos palabras me he dado cuenta de que todo ese amor que tenía hacía ti era iluso  por mi  parte, pensé que te amaba confundí los términos amar de una forma cariñosa a una forma pasional. Te perdí. Perdí tu amistad por ello y no sabes cuan arrepentida estoy. Se que no hay excusas o explicaciones suficientes para ello. Lo siento mucho. — la miro perplejo — Siento no haber estado ahí contigo cuando me necesitabas, siento haberme alejado. Siento que nuestra amistad se haya ido a la mierda por mi culpa. Lo siento mucho... —Veo como cae varias lágrimas de su rostro, con mi dedo pulgar se las limpio y hago que me mire.

—No tienes que decirme lo siento. Debería haber parado desde el inicio. No sabes lo  culpable me siento. — le miro a los ojos ahora rojos e inundados — Creo que todo en esa vida pasa por algo. Como que si tuviéramos la vida ya planeada. Nosotros solo somos unos de los millones de actores que hay en el. Pero que ahora mismo no viene a caso hablar de esto a lo que iba es que te fuiste y volviste, aquí estás. Intentando que todo vuelva a ser como era antes. Yo no tengo nada que perdonarte pero tampoco puedo prometerte que vamos a ser los mejores amigos del mundo. — suelta mi mano y me mira con aire un  entristecido —Pero podemos empezar desde el inicio uno.

Se levanta de la mesa y me abraza por detrás — ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! Te prometo que no te arrepentirás — dice con entusiasmo.

Distingo a una melena rubia y otra morena entrar por la cafetería. La rubia igual que la morena mira la escena un instante y se sientan en unas de las mesas. Veo como la morena me lanza una mirada afilada. Le sonrió y esa misma me saca su dedo malcriado. La rubia gira un poco la cabeza y me mira, su mirada derrocha a decepción. Me doy cuenta que aún tengo a María abrazada.

—¡Ya ya! — le quito levemente las manos de mi —¿Ves aquella rubia que está de espaldas? — le señalo discretamente hacía donde está la mesa que ahora ocupan Allison y Lucía.

—sí. — responde.

—Pues es mi futura novia. — digo orgulloso. María suelta una pequeña risa.

—¿Enserio? Si es así no es nada tu prototipo. — vuelve a reírse.

—Vuelve a reírte  y no vivirás para contarlo. — ella se calla — Además ella no lo sabe, pero será mi novia.

Amor por una empollona . [EN CURSO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora