Cap 17

176 32 29
                                    

Sábado. La semana ha pasado como un abrir y cerrar de ojos. Durante toda esta semana, Allison y yo nos hemos acercado más. Hasta hemos trabajado en grupo en clase. Es una chica muy alegre, siempre tiene una sonrisa dibujada. Aparte es muy buena compañera. Gracias a ella Lucas y yo hemos sacado un siete en biología. Y eso es mucho. Nuestro acercamiento siempre ha sido en clase o por móvil mediante mensajes, yo no quiero ser un problema entre ella y su odiosa amiga. Quiero decir Lucía.

Ahora mismo ando haciendo una limpieza a prisas en casa, no quiero que ella llegue y vea la pocilga que está hecha en forma de casa. Sí hoy vendrá a mi casa. Hemos quedado para que me ayude a hablar con mi padre, aunque siendo sincero, mi relación con mi padre durante estos días ha mejorado bastante.

-Nunca te he visto limpiando. ¿Quieres que te eche una mano?

-No hace falta. Pero gracias. - mi padre asiente - vendrá una amiga a casa hoy.

-¡Ah que bien! Es la primera vez que traes a alguien a casa. -sonríe. -¿Podré conocerla?

-Viene a hablar contigo.

-¿Puedo saber de qué al menos?

-Ya lo sabrás. Estará a punto de llegar.

-Espero caerle bien. -se apoya contra el marco de la puerta.

Sigo limpiando. Parece que hace años que no se limpia la casa, encuentro varias botellas de alcohol barato, tirados por algún de los rincones del salón. Las voy metiendo en una bolsa que he dejado a un lado. Limpio con un trapo húmedo, los armarios y mesas. Barro y paso la fregona. Soy toda una ama de casa.

Suena el timbre. Mi corazón da un brinco. Guardo rápidamente todo en el armario de la limpieza. Voy a abrirle pero antes doy una revisada en mi aspecto en el espejo del recibor. No quiero parecer un espantapájaros. Tengo mucha autoestima aún para caer tan bajo. Miro en el ojo de gato de la puerta para comprobar si es la persona que espero. Es ella. Antes de abrir vuelvo a mirar en el espejo y arreglo un poco mi pelo. Abro la puerta. Ella me mira. Me sonríe. Yo le sonrió. Sonreímos. ¡Joder! Que cursi.

Está muy guapa con sus gafas de pasta y su pelo preso en una coleta. Le miro de arriba abajo, ella sigue mis movimientos. Me doy cuenta que ni la saludé y tampoco me invité a pasar. Vuelvo a la realidad.

-Hola. -dice tímida.

-Hola. Pa...¿Entras? -le hago paso, ella entra tímida. Sus ojos inspecciona todo el área. -Ven aquí esta el salón. - la guió y le digo de que se siente. -Voy a por mi padre. - ella asiente, veo como golpea las gemas de sus dedos en su pantalón... 1...2...3...1...2...3... Así sucesivamente. Parece ¿Nerviosa?

-Hola. -la voz de mi padre rompe el silencio de la estancia. Tú debes ser Allison. ¿Cierto? - le ofrece su mano a Allison y ella se la acepta. - Soy Cristián. Padre de Luís. Pero supongo que ya lo sabrás. -ella sonríe tímida. -Eres la primera amiga que mi hijo se trae a casa, sino recuerdo mal. -mis mejillas arden. Veo que las de Allison toman un ligero tono rosado.

-Bueno... No le aburruramos. -digo.

Me siento al lado de Allison, pero manteniendo las distancias. Mientras que mi padre toma asiento en el sillón delante de nosotros.

-Primero quiero que sepas que Allison esta aquí para ayudar. -digo en tono sério. -Pero para ello tienes que poner de tu parte también.

-No entiendo. - dice mi padre en forma de incomprensión.

-Señor queríamos saber si usted está dispuesto a rehabilitarse.... - Allison habla con voz calmada y determinada. -Nadie va a obligarle a hacer algo que no quieras. Sólo queremos ayudarte. Tú hijo quiere ayudarte. Pero como he dicho antes necesitamos tu disposición.

Amor por una empollona . [EN CURSO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora