Sigma

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-¿No volverás a escapar? -le pregunto a Eyra cuando regreso a casa con ella sobre mi hombro izquierdo, la llevo como un costal.

-¿Escapar? Tú saliste de la casa muy sospechosamente por la ventana y yo sólo te seguí. -contesta entre chillidos y lloriqueos.

-Mentira. -digo aunque esté diciendo la verdad. Quería volver a ver Evelyn.

-¿Quién era esa chica con la que estabas? -pregunta levantando un poco su cabeza para mirarme.

-No era nadie. -murmuro con la mandíbula tensa.

-Es muy linda y la marcaste con tu olor. -comenta pensativa.

¡Es suficiente!

Llego a la casa y la bajo frente a mí para tener una seria conversación -No le dirás a nadie lo que viste o sino dile adiós a tus lindas muñecas ¿Okey? -hablo haciéndola soltar unos chillidos.

-¡No! -me suplica abrazando mis piernas -¡Todo menos eso! -finge llorar mientras que yo rodo los ojos. Que exagerada.

-Okey, ya entra. -abro la puerta y Eyra entra a la casa ordenando su cabello. De inmediato siento el olor de Einar pero el mismo se encuentra mezclado con el de Lejo... ¡¿Qué ocurrió?!

Mamá me saca de mis pensamientos cuando acomoda mi cabello -Siempre desalineado. -comenta mirando a mi hermanita y a mí -¿De dónde vienen? -pregunta curiosa. Eyra me mira rápidamente esperando a que yo responda con miedo de que ella meta la pata pero no puedo pensar en una excusa, estoy ocupado en no pensar en las barbaridades que Einar le obligó a hacer a Alejandro. Pobre gamma.

-Dimos un paseo. -responde ella adelantándose al ver que no respondía.

-Oh... Bueno, Eyra ve a buscar a tu hermano, dile que la cena ya está servida. -le dice a la pequeña pero yo interfiero, no puedo permitir que ella vaya al cuarto de Einar y lo vea haciendo... pensándolo bien yo también quedaría traumado.

-¡Yo iré! -me dirijo hacia la habitación mientras que mamá queda en la entrada muy confundida al igual que Eyra, luego se lo explicaré diciéndole que su hijo no es tan inocente como cree.

Llego frente a la puerta y suelto un pesado suspiro, efectivamente siento el olor a sexo del otro lado, haciendo que mi mente cree imágenes de lo que debe estar pasando ahí adentro. Eso me causa vergüenza, un poco de asco y miedo por Lejo.
Mis sensibles oídos me permiten escuchar el sonido de la ducha, entonces abro la puerta lentamente y encuentro un montón de sábanas en el suelo, la cama está siendo arreglada por Lejo mientras que escucho cantar a Einar desde el interior del baño.

El gamma levanta la mirada y al verme su rostro me muestra miedo, mucho miedo. Hasta terror se podría decir -Cam... p-puedo explicarlo, yo...

Pobre, está tan paralizado que no puede ni hablar -Tranquilo, está bien. -hablo tomándolo de los hombros. Él arquea una ceja pero su expresión de espanto sigue ahí.

Entonces la ducha se apaga y unos segundos después veo a Einar salir del baño envuelto en una toalla -¡Tú! -murmuro teniendo mis cejas en una línea recta. Doy unos pasos hacia él haciendo que se asuste un poco, lo sé por el aroma a ansiedad que siento en el aire -Te dije que te controlaras, al menos debiste utilizar los supresores pero no. -doy una pausa -Sabes que Lejo es diferente y no te importó, lo obligaste a hacerlo.

-Nadie me obligó. -susurra Lejo.

-Si, él es diferente y por eso lo quiero. -responde Einar en un arranque de valentía -Eres el menos indicado en decirme lo que debo hacer, además Lejo me... corresponde ¿No estás feliz por eso?

-¿A qué te refieres diciendo que no soy el indicado? Soy tu hermano mayor. -hablo cubriendo los nervios que me invaden. ¿A caso sabe algo de lo mío con Eve? Lejo me había dicho que Einar y que Alba son amigos. Tal vez la hermana de Evelyn...

-Si, Samira te ha estado llamando. Es tu omega y sé cómo se siente que alguien te ignore o necesitar atención. Eres un mal alfa. -me acusa apuntándome con su dedo. Luego de esas palabras suelto un suspiro de alivio.

Gracias a dios no es nada grave.

-Ese es mi problema. -contesto mirando al gamma ahora -¿Es cierto? Que... le correspondes. -Lejo asiente con la cabeza, no hay palabras de por medio pero no puedo creerlo. Hace dos días él no sabía que dos personas del mismo sexo podrían enamorarse y ahora esto -No lo creo. Sólo caíste bajo el hechizo de un omega. -niego mirando a Einar sobre mi hombro.

-¿Qué?

-¡No es cierto! -chilla el pequeño cruzando sus brazos. ¿Cree que le tengo miedo?

-Los omegas son así, todos se rinden a su ternura y aprovechan eso para obtener lo que quieren. Einar te usó. -le digo Lejo haciendo que sus ojos se posen en mi hermano, él da unos pasos hacia atrás negando.

-No, claro que no.

-Estabas en celo, no podías controlarte. -contraataco recibiendo un golpe de puño en mi mandíbula, miro al que me golpeó y veo lágrimas en sus ojos. Lejo está igual de sorprendido que yo.

-No u-utilicé a Lejo. -Einar remarca sus palabras mientras más lágrimas salen de sus ojos -Yo lo quiero y a nadie mas.

Un profundo silencio inunda la habitación mientras Einar continúa llorando en silencio, veo como Lejo se acerca a él y le da un abrazo -También te quiero. -le susurró pero yo pude oírlo.

Me precipité y ahora Einar me odia y posiblemente Lejo también, yo salgo de la habitación rápidamente para dejarlos solos. Debí preguntar lo que estaba pasando antes de decir todas esas cosas. Estoy muy avergonzado.

-Apestoso. -bajo la mirada para encontrarme con Eyra en el pasillo -¿Y Einar? -pregunta dando unos pasos hacia la puerta pero la tomo de la mano para detenerla.

-Dale un tiempo, lo hice llorar. -murmuro sin mirar su carita. Eyra mira la puerta, luego me mira a mí para después hacer una mueca.

-¿Cómo?

-Le dije cosas muy feas. -contesto soltando su manita para comenzar a caminar a mi cuarto. Necesito estar solo.

-¿Cómo qué? -Eyra me sigue hasta entrar a mi cuarto, la pequeña se sube a mi cama y cruza sus piernas como un indio, creo que no tiene pensado irse de aquí -No me digas que tú también vas a llorar. Eres alfa.

-Los alfas también lloran. -yo me siento sobre la alfombra mientras que apoyo mi espalda por la cama, sin mi permiso unas pequeñas gotas bajan por mis mejillas. Eyra se acerca más a mí y seca mis lágrimas con las mangas de su suéter.

-Sabes... No eres tan apestoso, Einar piensa que sí pero yo creo que tu olor a café y chocolate es lindo. -comenta dándome una sonrisa, esa es mi hermanita haciendo cumplidos para que te sientas mejor. Sin poder evitarlo suelto una risa y revuelvo su cabello, una mueca aparece en su rostro y luego sus manitas se pasean por mi cabello.

-Basta. -digo entre risas, la verdad me gustan que acaricien mi cabeza pero no hay necesidad que ella lo sepa.

-No es justo. Con cualquier peinado te vez bien. -se queja rodando los ojos. Ambos explotamos en una risa contagiosa mientras nos arrojamos sobre la cama.

Versión AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora