Cameron vino a tocar la puerta de mi casa a plena noche. Lo vi a través de la mira y me dio pena dejarlo a fuera, al menos le di la oportunidad de explicarse. Pero me dijo muchas cosas y se negó a irse.
Ahora lo tengo a mi lado, él estaba dándome pequeños besos los cuales me dieron mucho sueño. No sé cuánto dormí, tal vez sólo unos minutos y al abrir mis ojos Cameron continúa a mi lado –Sigue siendo de noche. –murmuro cansada.
Eso llama su atención, en segundos tengo al alfa sobre mí mientras lame mis mejillas. Parece un perro –Ay no, Cam. ¡Basta! –exclamo entre risas porque me hace cosquillas. Éste es el Cameron que recuerdo, un estúpido alfa que se la pasa molestándome, lo extrañé tanto. No puedo contenerme y lo abrazo con fuerza, mis brazos rodean su cuello, no quiero separarme de él.
Su olor a café y chocolate me recuerda la vez que nos conocimos, todo lo que pasamos juntos, todo. Y quiero golpearlo por ser tan estúpido –Ya, déjame. –lo aparto de mí para luego ponerme de pie. No puedo perdonarlo tan rápido luego de como se comportó, se estaba escondiendo de mí todo este tiempo.
–E-Eve. –él se acerca lentamente para rodear mis hombros con sus brazos.
Yo me aparto nuevamente y lo miro con el ceño fruncido –Me hiciste pasar por mucho, alfa anormal. No tienes idea de lo mucho que te busqué... hasta que me rendí. –digo sintiendo mis lágrimas volver a brotar de mis ojos. El alfa se acerca rápidamente para luego lamer mis lágrimas, siento que trata de disculparse de esa manera. Pero no lo entiendo, él tiene una novia, además cuando nos reencontramos actuó de una manera fría y cortante. Hasta pretendió que no me conocía.
–Te extrañé mucho, mucho. –murmura mientras frota su mejilla contra la mía, su vello facial me hace cosquillas.
A pesar de que me agrada este nuevo Cam, debo averiguar porqué cambió tan repentinamente. Una idea viene a mi cabeza cuando recuerdo la charla en la universidad –A ver... –camino hacia mi escritorio y reviso mis apuntes de ese día uno por uno. El alfa chocolate no se separara de mí, así que debo soportarlo mientras abraza mi cintura –Mmm... Alfas puros, betas dominantes, betas sumisos... No, no. Aquí. –me detengo en un título es específico.
"La transición, el paso de un estado al otro. Existe una hipótesis que dice que algunas personas podrían experimentar la transición, pasando de lo que son ahora a lo que fueron en el pasado. Como los lobos salvaje de hace millones de años. La transición no se da físicamente pero se cree que sólo los instintos más primitivos podrían mover a la persona afectada en ese estado" –leo las líneas para luego mirar a Cameron, quien no se ha despegado de mí ni por un segundo –Tú. –murmuro suspirando. Llevo mi mano hacia su cabello y lo acaricio lentamente, lo entiendo todo cuando él mismo se frota contra mi mano con los ojos cerrados, buscando más caricias. Está en transición.
Por alguna razón Cameron experimenta la transición y ahora estoy tratando con su alfa interior. Vaya suerte la mía –Vamos a la cama. –él me toma de la mano para llevarme a la cama. Por su sonrisa sé que sus planes no son dormir.
–No Cam. –me niego de inmediato. Él baja la cabeza soltando unos lloriqueos como lo haría un perro, ahora mismo lo imagino con las orejas agachadas. Que lindo.
–Para... dormir acurrucados. –insiste hasta se lanza sobre la cama, da unas cuantas vueltas y palmea un lugar junto a él. Me invita a acostarme a su lado.
¿Qué hago? ¿Qué...? Se supone que soy amiga de Samira, no puedo quitarle a su novio. Además... Ellos ya debieron planear su vida juntos, ella es muy alegre y curiosa. Sé porqué Cameron se sintió atraído por esa omega.
Siento la presencia del alfa detrás de mí, sus manos se apoyan en mi estómago mientras su mentón está sobre mi hombro izquierdo –¿Eve? –pregunta en un tono débil. De seguro pudo notar mis nervios y preocupación en mi olor.
–Estoy bien. ¿Quieres algo de comer? –camino hacia la salida mientras él me sigue rápidamente, supongo que no quiere perderme de vista, eso es tierno pero un tanto acosador –Esta es la cocina. –le enseño el lugar.
Cameron primero entra a la cocina con sumo cuidado, olfatea de aquí para allá para luego subirse sobre una silla y esperar junto a la mesa –El alfa interior de Cam es tan raro como él. –me digo a mí misma mientras saco comida del refrigerador. Es que no es como me lo imaginaba, creía que sería más bien como una bestia hambrienta de sexo o algo así.
Jejeje, que estupidez. ¿No?
–Hay pastel de fresas con crema. –digo dejando una gran rebanada en un plato. Los ojos de Cam brillan al ver el postre y también noto una pequeña gota de baba bajar por su mentón. Él nota eso y limpia su boca con la manga de su ropa para luego atacar el pastel. No lo come con las manos, sino que da grandes mordiscos, ensuciando sólo sus labios y mejillas. Eso me recuerda a las veces que comíamos juntos, de nuevo estoy melancólica y es su culpa.
Siento unas manos en mi cintura que me obligan a sentarme sobre Cameron, él me sonríe mientras se asegura de que no tenga escape. Su brazo derecho me sostiene con firmeza. Cam se acerca peligrosamente hacia mí, intento alejarme pero es demasiado tarde. El muy bruto ensució todo mi rostro con crema para un segundo después lamer todo con alegría.
–No puedo enojarme contigo. –digo dándole un abrazo cuando termina de limpiar mi rostro y el suyo. Él me corresponde plenamente mientras me repite que soy su beta, pero no debo hacerme ilusiones ya que no tengo idea de cuánto durará la transición. Tal vez termine cuando amanezca.
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Versión Alfa
Hombres LoboCameron intenta reconstruir su vida después de lo que pasó. Tiene un trabajo, una novia y una buena relación con su familia. Pero ella regresa.