C a p í t u l o 3

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-¿Scar?

-Sí...

-Wow... la verdad... no tienes nada que esconder con esas gafas.

-Bueno, es que no quiero que nadie se acerque a mí. Por eso eres raro, no esperaba que me hablases.

-Bah, yo no me acerco a alguien por el físico.- dijo.

-Ajam, por cierto, ¿qué quieres comer?

-Lo que quieras, ¿preparamos algo casero? ¿pizza?

-Claro.

***

Estábamos armando un escándalo en la cocina, había ingredientes por todas partes. Creo que no debo volver a preparar comida en casa con Park.

De repente, noto que Park me ha echado algo en la cara, harina... Oh, no te metas conmigo.

-Vale, tú te lo has buscado- digo intentando asustarle con mi seria mirada.

Cogí un buen puñado de harina y se lo eché al pelo. Le eché leche en el pelo para que se hiciese pegajoso y él me miró con los ojos abiertos de sorpresa.

-¡No! Mi pelo... mi precioso pelo...- dijo lamentándose y a continuación intentó limpiarse el pelo con las manos pero no funcionó. Me mira divertido y me acorrala y cada vez se acerca más.

-Vale, tú te lo has buscado- dice repitiéndome. ¡Eh! Eso solo lo puedo decir yo.

Empieza a frotar sus manos con mis brazos y luego, me mira un poco extraño.

-Qué piel más fría, antes en el comedor cuando te abracé, estabas congelada, pensé porque tenías frío. Pero antes he encendido la calefacción y no deberías de tener el cuerpo así de frío.-dijo extrañado.-Bueno, qué más da.

Ufff, casi me pilla desprevenida.

-Vale...

Al final decidimos pedir pizza. Estábamos esperando en el sofá cuando llaman al timbre.

Voy a abrir la puerta y el repartidor me da las pizzas. Voy a dejarlas en la mesa del salón y me vuelvo para pagarle. Cuando le di el dinero, detrás de él pasó uno de los chicos vampiros. Se me quedó mirando, yo intentaba evitar mirarle. Cuando el repartidor me dio el cambio cerré la puerta de inmediato, el chico seguía mirando fijamente en mi dirección aunque estuviese la puerta.

Decidí dejarlo pasar y sentarme a comer.

***

Era un nuevo día, Park y yo fuimos andando al instituto. Todo era más tranquilo de lo normal, hasta que apareció Kristen.

-Hey, chica nueva, ayer no pudimos presentarnos como es debido, me llamo Kristen Lovelace, ¿tú?

-Scarlett Dankworth, lo siento pero tenemos que irnos- digo rápido y cojo a Park del brazo para irme.

-Scar, lo digo de verdad, tu frialdad me asusta un poco- dijo divertido.

-¿Frialdad?

-Corporal, quiero decir.

-Ah, no es nada, ya te irás acostumbrando.

***

El primer periodo de clases pasó volando, la verdad es que la compañía de Park me agrada mucho y es muy divertido.

Estamos sentados en el comedor cuando escucho mi nombre en la otra punta del comedor, sí, tengo el oído muy sensible. Añadiré eso a la lista de ventajas de ser un vampiro.

-Dicen que se llama Scarlett Dankworth o algo así, pero qué nombre más extraño, encima, ¿habéis visto las pintas que lleva? es patética, no entiendo cómo Parker se puede siquiera acercar a ella. Solo le avergüenza-dijo una chica con voz de pito. Qué sabrá esa tipa de mi vida y qué le importa, no sé por qué, tengo ganas de arrancarle el cuello.

-¿Scar?-pregunta Park- sigo sin entender por qué lo de las gafas y el despeinarte aposta, deberías dejar que los demás viesen lo guapa que eres.

-Vale, te escucho.

-¿Qué?¿así de fácil era? 

-Qué va, he escuchado que esa chica de pelo negro del fondo está hablando mal de mí.-señalo en dirección a la mesa de la chica con voz de pito.- la voy a dejar en su sitio.

-¿Y quién te ha dicho que Ashley Lovelace habla mal de ti?

-No preguntes, solo lo sé, espera, ¿Lovelace? ¿como Kristen?

-Sí, son mellizas, se rumorea que se llevan muy mal y que en casa Ashley no hace nada más que meterse con Kristen.

-Wow...

***

Estábamos en Química. Siempre me ha parecido divertida trabajar en el laboratorio.

De repente, escucho que alguien grita. Me giro para ver qué pasa.

-Por favor, llévenla a la enfermería- dijo el profesor- Señorita Dankworth- dijo y se me paró el corazón, bueno, en realidad ya lo tenía parado. Pero me asusté al ver que la chica tenía un corte en el dedo. Me entró una tremenda sed de sangre. Escuchaba cómo de rápido latía el corazón de la chica, sentía cómo su sangre corría por sus venas. No puedo estar cerca de ella.

-Lo siento, tengo que ir al baño urgentemente- dije y el profesor asintió un poco confuso.

Iba a paso rápido por los pasillos, mis afilados colmillos salieron y yo tapaba mi boca para que nadie los viese. De repente, noto una mano en mi hombro y me giro. Estaba el chico de ayer, el que pasó por mi casa. Espero que no me haya reconocido.

-¿Estás bien?- preguntó.

-Sí, ¿desde cuándo te preocupas por los demás?

-¿Quién te ha dicho eso?

-Rumores, bueno, déjame en paz.

-Espera, déjame ver qué te pasa.

-N-no es buena idea...- dije nerviosa. Decidí irme corriendo al baño, más rápido de lo normal, mi instinto vampírico ha despertado.

***

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