Capitulo 8

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-¿A qué te refieres con que me están persiguiendo? ¡Necesito que me expliques inmediatamente!

-¡¿Qué no entiendes?! Esos demonios te buscan, por abrir la entrada al Tren. Esto tiene que acabar. ¡ahora! Debes irte.- Dijo Ian con una voz fría. No quería verme. Eso es lo que más me duele.

-Lo siento Ian.... por decepcionarte. Pero no me iré. ¿Sabes? Quiero ayudarte. Pero...-

-¡¿Porqué quieres ayudarme?¡ ¿No lo ves? ¡Ya estoy muerto! No valgo la pena... Tu sólo... Olvidame, y vive tu vida.- Dijo mientras bajaba la mirada. Me acerqué a el, no me prestó atención mientras lo hacia.- Entiendo si piensas que soy un chico débil.- No dije nada y lo abracé, se sorprendió. Creo que nunca le habían dado un abrazo en su vida. No hallaba que hacer. Pero lentamente correspondió al abrazo.                                                                                                                                                                                                                                                                                                     -Jamás creería eso de ti. Ian May... Aún no lo entiendes. Pero, quiero ser el hombro que necesitas para ser feliz.

-¿Hombro? ¿Qué? Esto... Deberías irte. Lo digo por tu bien. Yo sólo te causo problemas.- Dijo mientras su voz se tornaba oscura y fría. 

-No... Ian... No digas eso. Esto, es lo mejor que se me ocurrió en la vida. Es algo magnífico. Te conozco, o eso creo. Y sé que no te rindes tan fácil. Y lamento decepcionarte. Pero... NO ME IRÉ- Estaba dolida con lo que decía, es como un puñal en la espalda. Quería continuar. Pero él iba a decir algo así que lo dejé.  

-Tu no entiendes... ¿verdad? He pasado mucho años encerrado aquí. ¡No sabes el dolor que he pasado! Aunque leas mucho... ¡No lo sabes, Y no importa si me dices que me entiendes! ¡Todos los dicen. Pero nunca lo hacen! Sólo lo hacen para quedar bien.- Se enojó de repente. He llegado a la conclusión de que es alguien de mente débil. 

-Primero que todo. Comprendo que estés muerto. Pero, no eres quién para hablarme así. ¡Quiero ayudarte! A superar todo esto. ¿Pero que haces tu? Me tratas mal, me evitas y te burlas de mi. ¿Porqué? ¿Porqué no quieres dejar todo eso atrás? 

-¡Maldición, No lo sé! ¿Sabes qué? Deberías estar agradecida, agradece que en la primera noche no acabé con tu vida. ¡Seguramente lo habría disfrutado! ¿Sabes? Te recomiendo no hacerte ninguna ilusión. Porque... Quería ver si eras la persona que solías decir que eras. Pero ya veo que eres como los demás. Dices ser diferente, me dices que haga una diferencia. Pero... ¿Con qué moral me lo dices? Eres una egoísta. ¡Sólo vete!

-Está bien... ¿Quieres estar solo? ¡Pues bien. Estarás solo! ¡Haz lo que quieras, no me importa!- Tomé mi bolso e Ian inmediatamente soló el polvo extraño que me hacía volver. Sólo que esta vez, el tren entero volvió. Los demás espíritus veían como Ian bajaba del tren. Arriesgándose a romper su regla principal sólo por mi. Me tomó del hombro... Y susurró.

-¿Volverás..? 

-...Adiós Ian.- Empecé a alejarme luego de decir eso. Cada paso que daba era doloroso. Cómo si un montón de cuchillos lastimaran mis pies por un intento de que no me fuera. Cuando salí de Moon River. Me volteé y no había nada. Sólo oscuridad. 

Gracias a esto... Aprendí que, El dolor es parte de nuestras victorias. Que hay que sufrir para conseguir lo que más deseamos. Las cosas, no se consiguen fácilmente. Y... hay que estar claros de algo. La vida no siempre es como tu la planeas. Siempre habrán cosas inoportunas que llegaran a tu vida. Y lo peor de todo es que. Sólo las más bellas se quedan. Y cuando se van...Es un dolor que quedará por siempre. ¿Saben algo? No me arrepiento... De haberlo conocido, de arriesgar mi vida por un descubrimiento. Nada de eso. Es una nueva lección de vida. Que ni siquiera mi madre o padre me dio. Sino que la aprendí yo misma.

Será doloroso. Pero, creo que es tiempo de olvidar...

El Tren de MedianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora