CAPITULO 7

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Una semana... una jodida semana de trabajo, Sai era bueno en lo que hacía, hasta Gaara se la había pasado adulándolo por lo bueno que fue en adaptarse, su amigo se la pasaba tratando de ayudar al doncel, haciéndole favores y dedicándole esa frase que ya lo tenía fastidiado.

-Estoy aquí para lo que necesites.

Joder mientras que Gaara quedaba bien, tratando de ganar la atención de Sai él tenía que aguantarse la hinchazón de huevos que tenía desde el lunes.

Una puta semana para ahora comprobar que Sasuke no se apiadaría de él y de su querido amigo, solo bastaba con ver la mirada llena de furia que en ese momento le brindaba, pero la furia que el sentía era doble.

Toda la semana lleno de trabajo de aquí para allá, y todos los socios de la empresa preguntaban por Sasuke y al saber que ya no trabajaba ahí inmediatamente le dejaron bien claro que aún no se fiaban de sus capacidades y utilizaban en su contra su repentina renuncia.

Y peor aún fue el resto de los días cuando a su llegada la mayoría del personal le dedicaron miradas mortales y tras sus espaldas los cuchicheos no dejaba de sonar.

-¿Se habrá enamorado Sasuke del jefe?

-No, probablemente el señor Namikaze quiso tener una aventura con él y todos sabemos que Sasuke no es de ese tipo de personas.

¿Por qué hasta el personal tenía que enterarse de su vida privada?

Cuando lo había encontrado en la playa no mintió del todo, no estaba ahí simplemente por vacaciones, pero era verdad que se lo había encontrado por mera casualidad, estaba dando un paseo tranquilo cuando observo su grácil figura ser bañada por los últimos rayos del sol, estaba tan hermoso que por un momento pensó que era una fantasía producto de su imaginación al estar pensando a todas horas en él.

Pero el endemoniado doncel en vez de portarse atento por su repentino abondo se mostraba hostil y desafiante y eso lo frustraba, le enfurecía.

Y lo peor de todo a pesar de estar sumamente enojado, con un calentón de una semana, observaba al doncel que tenía enfrente sentado en su cama cruzado de brazos y piernas con la mirada más desafiante con la que nadie se había atrevido a mirarlo, solo podía pensar en una cosa.

Abrirlo de piernas y desfogar cada una de las múltiples pasiones que Sasuke despertaba en él, saciarse de su cuerpo, cambiar esa mirada desafiante por una de pasión y deseo, los gritos de cabreo por los de placer, y los golpes que le había dado en la espalda mientras lo cargaba por arañazos cuando tratara de contener todo el placer que estaba seguro podía provocarle.

Por dios... si estaba completamente apetecible con las mejillas sonrosadas, y el cabello más negro y suave que nuca, la camiseta de tirantes color crema acentuaba más su piel nívea, y esos jodidos pantalones cortos que dejaban ver cuán largas eran sus piernas.

Control, necesitaba controlarse para no tirársele encima, antes tenían que aclarar de una vez por todas las dudas y poner sobre la mesa cuales eran las necesidades, porque sabía que Sasuke tenía dudas, pero el Naruto Namikaze tenía necesidades y muchas, pero la más importante de todas, la necesidad que sentía por Sasuke.

-¿Por qué renunciaste Sasuke?- Claro y conciso tenía que hacer las preguntas correctas para obtener las respuestas que necesitaba.

-Yo se lo advertí señor Namikaze... le dije que dejara el acoso, usted y yo no tenemos nada en común, yo no soy de aventuras, usted si- valla así que Sasuke también podía hablar con más calma y control.

SEDUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora