CAPITULO 25

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Una sacudida le hizo perder el aliento, no, no fue una sacudida, fue el sollozo de su alma herida a la cual nunca le había permitido quejarse, hasta ahora.

Con pasos indecisos entro a la sala de entrenamiento, Sasuke estaba sentado en el piso mirando a la nada, su rostro húmedo y sonrosado no mostraba expresión alguna, un hombre grande casi de su estatura estaba junto a él con una bolsa de hielo sobre su labio ligeramente inflamado.

-Sasuke- Dijo su nombre en un susurro doloroso.

Sus ojos sorprendidos le desgarraron el corazón, estaban rojos y tristes.

Observo como el sujeto junto a él se ponía de pie y se marchaba dejándolos solo.

-¿Estas mejor?- Su voz se escuchaba ronca y desgastada.

Lo admiro de pies a cabeza, era tan bello a pesar de tener ese aspecto melancólico, con pesadez se sentó junto a él sin siquiera tocarlo y mirarlo a los ojos, nunca pensó que uno de los momentos más difíciles de su vida sería teniendo una conversación.

-Entiendo que estés asustado y que me tengas miedo- suspiro tratando se llevar aire a sus pulmones, pero era inútil, se sentía cada vez más sofocado.

-No te consideraba una persona tan violenta.

Una gota de agua cosquilleo en su mejilla, con el dorso de su mano la quito de un manotazo, Cristo era un hombre, tenía que verse fuerte, siempre, no tenía que comportarse como un jodido bebe llorón.

-No lo soy, estaba furioso, cuando él te golpeo no me pude controlar, no me arrepiento de haberlo hecho, lo volvería hacer si fuera necesario.

Lo miro fijamente, fue demasiado su sangre inmediatamente comenzó a hervir, su barbilla estaba ligeramente amoratada, desvió la mirada en un intento por controlar su furia.

-No sabía que padecías hemofobia, ¿Por qué no me lo había dicho?- Fue una respuesta inconsciente, su cerebro automáticamente mando las imágenes de aquella noche, tanta sangre, tanto dolor.

Con sus manos apretó su cabeza tironeando un poco de sus cabellos, tenía que calmarse, no debía de recordar.

No quería recordar.

No podía recordar.

Ellos estaban muertos.

Por su culpa.

Tenía que dejar de recordar.

Una sensación cálida en su mejilla le hizo reaccionar, Sasuke acariciaba su mejilla.

-Sea lo que sea que este mal juntos lo solucionaremos, ahora solo quiero ir a casa.

Sus delgados brazos lo abrazaron dándole consuelo, ese que nunca había querido recibir de nadie.

Lo sentó ah horcadas sobre su regazo apretándolo contra su pecho era hora de superar el pasado, poniéndose de pie con él en sus brazos camino hacia afuera, pero justo en la salida el enorme moreno estaba custodiando la puerta, cuando intentó cruzarlo el tipo de antes lleno de músculos y uno que otro tatuaje lo retuvo.

-Cuídalo.

Asintió sin dedicarle una mirada ingreso al auto, Kakashi le había abierto la puerta y sin liberar a Sasuke de sus abrazo se ubicó en la parte trasera.

El camino a casa fue silenciosos, con espacios interrumpidos por los suspiros de Sasuke, él por otro lado, estaba nervioso, trataba de buscar las palabras correctas para explicarle su supuesta "hemofobia", pero simplemente las palabras no llegaban a su mente, ¿Cómo decirle que no era miedo a la sangre si no a la muerte?

SEDUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora