CAPITULO 23

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Se miro en la ventanilla del bonito Lexus donde Naruto lo había hecho subir, Kakashi se había marchado con Iruka en un coche aparte, argumentando que él ex militar era como su hermano y por tanto el iría como un integrante más de la familia, no como un mero chofer.

Acaricio la fina gargantilla en su cuello, era de plata con una incrustación de ónix en forma de lagrima en el centro, resaltando aun más la obscuridad de sus ojos en bonita combinación con los colores negros y rojos, Naruto le había dicho que de última hora le pidió a Iruka cambiar el color dorado en los bordados del Kimono por los plateados para que combinara con el collar.

Se había quedado sin palabras al darse cuenta en las molestias que se había tomado por hacerlo ver hermoso y cuando se lo dijo él solo lo miro con seriedad diciéndole que no hacía falta nada de lo que el hiciera, el era hermoso con pijama y recién levantado.

Su mano grande tomo la de él con fuerza, lo siguió en silencio hasta las puertas de la enorme mansión al más puro estilo victoriano, se detuvo unos cuantos pasos antes de cruzar la entrada, Naruto se volvió hacia el mirándolo con preocupación, su respiración estaba acelerada y sus manos sudorosas, estaba demasiado nervioso y eso no era nada bueno.

-¿Qué sucede Sasuke?

Dios se sentía tan pequeño y desubicado, ¿Qué hacia ahí? seguramente dentro solo había gente pomposa que se creían lo mejor que el universo creo, el no pintaba nada ahí, seguro que todos lo señalarían y se burlarían de él y el terminaría haciendo algo para regresar el insulto y Naruto se avergonzaría de él.

Trato de zafarse de su agarre, pero no lo dejó ir, al contrario, lo estrecho contra su cuerpo, cerró los ojos concentrándose en su respiración tratando que el aire entrara en mayor cantidad en sus pulmones.

-Shhh tranquilo- Escalofríos recorrieron su cuerpo al escuchar él susurro ronco.

-No me dejes solo, por favor- Su voz salió entre cortada.

-Nunca.

Dios, era tan patético, si Naruto estaba con él era por algo ¿no? Todos se la pasaban diciéndole lo bello que era, pues tenía que creérselo, porque si no nunca cruzaría esa bendita puerta, tenía que dejar las inseguridades de lado y darse valor.

Naruto lo tomo de las mejillas, besándolo suavemente en la frente, su sonrisa cálida le provoco un calor agradable en el vientre y poco a poco comenzó a relajarse.

-Estaré contigo siempre, te amo.

-Yo también te amo.

Comenzaron la marcha de nuevo pero esta vez su espalda estaba recta y su cabeza en alto retando con la mirada a cualquiera que intentara dañar su seguridad, esa que Naruto le estaba dando ahora que con su brazo lo estrechaba contra su cuerpo apretándolo de la cintura.

La luz del interior lo encandilo un poco, pero los flashes de las cámaras de algunos reporteros lo dejaron ciego, se dejo guiar, confiaba en el rubio y por eso demostraría en esa fiesta quien era Sasuke Uchiha y porque Naruto se había fijado en él.

Se asombro ante la bellísima infraestructura del lugar, todas las paredes tenían detalles hechos a mano y la decoración de los muebles totalmente hechos de madera y vidrio combinaban a la perfección, entonces recordó la oficina de la señora Kushina, todo era exactamente al gusto de ella, elegante pero lleno de calidez.

Los ventanales eran enormes dando vistas preciosas del jardín rico en flores tan bonitas, había una puerta en el ala derecha del recibidor igual de inmensa que todo en esa casa que dejaba salir al jardín, mientras que en el ala izquierda estaban unas escaleras larguísimas que llevaban hasta la planta de arriba donde se podía observar algunas personas con copas en la mano conversando.

SEDUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora