CAPITULO 31
La noche estaba resplandeciente, era cerca de la una de la mañana y a pesar de eso podía observar cada uno de los muebles en el recibidor tan claramente, era noche luna llena y ni la hora parecían tener efecto en el hombre que taciturno observaba la fotografía inmensa que adornaba la chimenea, incluso a él aun entre la extraña penumbra le conmovía la escena de un hombre tan fuerte como su padre contemplar la imagen de una mujer de largos cabellos y rostro dulce.
-¿Le echas de menos?- Su voz ronca le pareció desconocida, su padre lo miro con una mezcla de pesar y resignación que le dejo una sensación de opresión.
-Si- Fue la escueta respuesta de Minato, lo miro servir dos vasos de whisky y ofrecerle uno que acepto sin oponerse -¿Y tú?, ¿Le echas de menos a Sasuke?
Se tensó, no esperando una pregunta directa de Minato que siempre se mantuvo al margen de su vida desde lo ocurrido con Hinata, un hormigueo le cosquilleo en el estómago, ¿Qué si lo extrañaba?
Su cuerpo dolía cada vez que respiraba su olor, le quemaba la piel por no ser capaz de retenerlo siempre que se escabullía en la noche para dormir en la habitación de su hijo, la evasión de parte de Sasuke comenzaba a calar tan hondo en sus entrañas pero él creía que era debido a su paternidad, el sentía que Sasuke necesitaba más de su hijo que de él y por ello se ocupaba de su protección y bienestar, ¿Qué si lo extrañaba?
-Cada maldito segundo del día- Que ironía de la vida, Sasuke estaba vivo pero su madre no.
-Qué curiosos y extraños son ustedes, cuando naciste tu madre y yo solíamos pasar el mayor tiempo posible contigo sobrellevando nuestros trabajos, ella siempre fue hermosa pero cuando se convirtió en madre algo cambio, no sé qué fue pero me hizo adorarla más, era aún más bella que antes, oh tal vez solo ante mis ojos era tan hermosa, no lo sé, lo único que veo es un doncel de rara belleza que cada día que pasa se vuelve más bonito cubriéndose de mármol, duro, firme, fuerte y bello, y tu hijo mío, te estas volviendo un hombre más apuesto pero amargado, y eso es demasiado triste.
Manato se fue tan silencioso y sutil como un asesino luego de clavar la puñalada, se terminó de un trago el resto del whisky, con pesadez subió las escaleras y camino hasta la habitación de Boruto, no entro, a través de la pequeña ranura de la puerta abierta contemplo a su doncel dormir en el extenso sillón junto a la cuna, decidió no interrumpir su descanso, se dio una ducha que logro despejar su mente intranquila, la cama vacía no le invitaba a dormir a pesar de la hora, con un suspiro decidió dejar ese mutismo que consumía sus vidas, si Sasuke no quería tomar una decisión respecto a su relación, él lo haría con todo gusto.
Miro a Sasuke con sus interminables piernas desnudas, y el camisón levantado por encima de su abdomen, se puso tan duro como una roca al instante. Sus dedos se enredaron en sus cabellos deleitándose con su conocida suavidad, llegaron a la barbilla marcada, Cristo como había echado de menos tocar esa piel.
El doncel percibió sus caricias desesperándose como un gatito, lo miro, cuando estuvo a unos segundos de pronunciar palabra le indico con uno de sus dedos callar, con destreza levanto a Sasuke del sillón quien enredo sus piernas a él.
Al llegar a la habitación dejo caer al doncel en su lecho, percibía las manos del doncel tocar sus cabellos con nerviosismo, estaba temblando, algo agresivo le abrió las piernas acomodándose sobre él.
-Naruto.
-Ssssshh, calla.
Su pene palpito dolorosamente cuando la lengua de Sasuke invadió su boca en busca de la suya, desesperado desnudó el cuerpo tonificado que se rendía excitado a él, unas manos pequeñas presionaron sus nalgas haciendo presión de su entrepiernas contra la suya, cuando por fin se encontró sin pantalones y ropa interior su pene tomo un respiro que lo alivio poco, mordió los delgados hombros dejando marcas, las estrechas caderas se mecían acompasadas frotando sus miembros.
Se encontraba desesperado buscando un alivio que no llegaría a menos que se enterrara en ese cuerpo hasta el fondo, Sasuke estaba tan húmedo de su entrada ya, su boca recorrió ese abdomen ahora marcado llegando hasta sus piernas torneadas, repartiendo besos y mordiscos, el pene sonrosado y húmedo se pegaba en su mejilla mareándolo con su fragancia a excitación, sus dedos buscaron su entrada estirándolo, preparándolo para su miembro que justo ahora podía aporrear rocas con ella y destrozarlas.
-¡Naruto! Por favor…
Miro sus ojos negros, brillantes, febriles, con hambre sé comió su miembro hasta la empuñadura, su propio pene reacciono aún más a sus gemidos, a la visión de sus caderas moviéndose, a su abdomen contraído contrarrestando el placer.
Su boca no podía dejar de probar todo a su paso, le había echado tanto de menos que su hambre se manifestaba de forma brutal, su pene por instinto buscaba perforar su ano, no se contuvo, con un poderoso empujo se metió hasta el fondo y sus dientes devoraron unos de sus pezones, sus movimientos no podían ser suaves porque no podía controlarse, sus brazos lo apretaban tan fuerte contra el que temió romperlo en pedazos, lo sentía tan delicado que la idea de destrozar ese cuerpo mientras complacía sus deseos lo excito como nunca había sido posible.
Sasuke le enterraba las uñas y sus piernas su abrían dejando expuesta su entrada, el vientre contraído y tenso en torno a la unión de sus cuerpo, lo beso acallando sus lamentos de placer y enterró la cara en su cuello mordiendo con sus dientes cuando el orgasmo le azoto, rugió como un guerrero victorioso de la batalla y estallo dentro del húmedo canal que lo apretaba en contracciones en pleno orgasmo.
Callo recostado en la cama llevándose a Sasuke sobre el manteniéndolo contra su pecho, sus dedos suaves trazaban trazos imaginarios en su pecho mientras el delineaba el hueso de su cadera.
-Pensé que ya no me deseabas –busco su mirada, de nuevo brillaba como antes le beso los labios hinchados dominando su boca.
-Siempre te deseo, solo necesito escucharte, olerte, tocarte y me pongo duro, incluso cuando estabas enorme lo único en lo que podía pensar era en meterme dentro de ti tan profundo como se pudiera.
Sus mejillas calientes se escondieron contra su pecho, su sonrisa genuina le provoco un cosquilleo en la entrepierna, aún no había tenido suficiente de Sasuke.
-¿Entonces porque te distanciaste de mí? -Lo miro perplejo.
-No, tu fuiste quien se alejó de mí, yo intentaba no tener demasiado contacto físico porque pensé que te sentirías incomodo, ya sabes… la paternidad y luego tener que complacer sexualmente a alguien…
-Pero tú llegas tarde, y yo pensé…
Se levantó de forma precipitada, abrió las puertas del balón de par en par buscando el fresco aire de la madrugada para enfriarse, nunca hubiese imaginado que Sasuke desconfiaría aun de él al grado de pensar que era capaz a estas alturas de serle infiel.
El doncel camino hasta el completamente desnudo mostrando una confianza en sí mismo que nunca había mostrado antes, su timidez siempre le resulto deliciosa pero esa forma atrevida le provoco una nueva erección.
-Pensé que ya no me deseabas después de los estragos que el embarazo dejo en mi cuerpo.
-¿Estragos? Estabas hermoso, tus caderas se ensancharon de forma apetecible, tus tetillas se volvieron más llenas, yo solo quería follarte, por eso llegaba tarde, no quería presionarte, esperaba que te adaptaras.
El doncel se pegó a su cuerpo riendo con humor, sus miembros se enredaron a él y su erección renovada busco un espacio entre las piernas de Sasuke.
-No puedo creer que estuviésemos distanciados por algo tan tonto.
-Créeme que yo tampoco, pero nunca, jamás te seria infiel te amo, te amo, te amo.
Una alegría desconocida le lleno el pecho de amor por Sasuke, suponía que esa sensación era lo que algunos llamaban plenitud.
-Sasuke, quiero casarme contigo.
La sonrisa del doncel fue tan grande y sus ojos se anegaron en lágrimas, Dios como había sido tan estúpido por no casarse con él desde antes, de no buscar la comunicación que nunca debió de faltar, sin duda esta era una experiencia que le había dejado muchas cosas por aprender.
Continuara…
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SEDUCCIÓN
RomanceSasuke Uchiha un joven doncel inteligente e independiente dedicado a su trabajo, y con una vida sentimental nula, se tendrá que enfrentar a la pasión que su maduro y apuesto jefe, Naruto Namikaze, lo querrá someter, pero tiene miedo de dejarse lleva...