CAPITULO 28

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Todo estaba en completa obscuridad el único sonido era el tintinear de los hielos chocar contra el vidrio del vaso, desde hace tres meses su escritorio siempre estaba en orden, era demasiado tarde probablemente las 2 de la mañana.

Exactamente desde hace tres meses su trabajo paso de ser bueno a perfecto, sus horas de dormir se redujeron aún más, comía lo suficiente, hablaba lo justo y se mataba en el gimnasio demasiado tiempo.

Observo su mano izquierda casi a la altura del codo, la herida habían cicatrizado perfectamente, recordó de forma vivida como se la había hecho eso.

Había despertado el día siguiente sintiendo frio, instintivamente busco el cuerpo de Sasuke en la cama junto a él pero no estaba, con pereza abrió los ojos y lo primero que miro fue una hoja de papel donde debería de haber estado el doncel, un estremecimiento le contrajo las entrañas y con temor comenzó a leerla.

Fue una sensación de estupor, un adormecimiento que cosquilleaba en su pecho, se levantó de la cama, se vistió y calzo como siempre lo había hecho, salió de esa casa como si fuera la suya y jamás regreso, al llegar a su piso se limitó a entrar a su despacho, guardo la carta en un cajón y tomo una botella de whisky bebiendo directamente de ella, no lloro, tampoco grito, ni una sola queja salió de sus labios, una vez que el mini bar se había quedado sin botella alguna su cuerpo actuó como si fuera un ente independiente de su cerebro, quebró cada uno de los vasos estrellándolos contra la pared, la mesa del té de vidrio la hizo mil pedazos con su puño y las marcas estaban en su piel como recuerdo.

Kakashi al escuchar el alboroto llego hasta él tratando de calmarlo pero no fue necesario, solo basto con mirar su cara preocupada para que su cuerpo se detuviera, respirara profundo y le palmeara la cara tratando de aliviarlo un poco.

-Estoy algo ebrio, me retiro a descansar.

Desde entonces todo era normal, perfecto ante los ojo ajenos, pero para las personas que lo conocían no, Minato le hablaba a diario y de vez en cuando cenaban juntos, nadie preguntaba por

Sasuke, se habían cansado de su falta de respuesta, cuando su nombre era mencionado se limitaba a observar y callar sin decir una sola palabra, su mirada no se enturbiaba y su boca no se deformaba en ninguna mueca, nunca demostró el dolor de su alma agonizante.

Sakura lo busco infinidad de veces tratando de disculparse y todas esas veces la escucho como la persona más paciente, a pesar de eso ella también se cansó y no volvió a buscarlo en ese último mes, tal vez fue más hiriente su silencio q cualquier palabra tosca que pudiera decirle.

En esos largos meses tampoco había tratado de buscar a Sasuke, Kakashi localizo al doncel y cuando trato de hacerle saber su ubicación lo había detenido, no quería saber dónde estaba, el mismo Sasuke le pedio tiempo, que no lo buscara se tragó la angustia y desesperación y no lo busco.

Del bolsillo de su chaqueta, saco una pequeña caja de terciopelo negro, miro su contenido embelesado, le hubiera gustado verlo en el dedo de Sasuke.

En su celular busco aquella canción que el doncel había cantado el día de su cumpleaños, le hubiera encantado escuchar salir esas letras de su perfecta voz, desde hace tres meses se conformaba con escuchar la letra en voz de su cantante original y que estas le travesaran el corazón como cuchillas.

Siempre era lo mismo, se preguntaba una y otra vez las razones por las que Sasuke aún no regresaba, pero la respuesta demasiado obvia contestaba diciéndole la verdad que siempre había cargado sobre su espalda, "Eres mierda, solo mierda, no vales como persona, mucho menos como hombre", en el pasado lo perdió todo y ahora en el presente también.

-Naruto.

Su cuerpo se estremeció al escuchar su voz, estaba muy perdido en su mente para notar su presencia en la puerta y su cerebro aun descoordinado.

-¿Si?

Kakashi lo miro con esa mirada cansada tan característica y su peculiar brillo perspicaz.

-Es hora de ir a casa.

-Sí, ya voy.

Detuvo el reproductor, tomo su chaqueta y la caja, salió con paso tranquilo siendo seguido por Kakashi, con su cerebro aun buscando preguntas y respuestas para torturarlo, pero en realidad solo había una que realmente rondaba su mente que no podía dejarlo tranquilo, una sensación de alegría y desazón siempre acompañaba ese pensamiento.

Y si era verdad esa vaga idea podía entender porque Sasuke aún no estaba preparado para regresar, pero era el pretexto perfecto para que el doncel regresara a su lado.

-Sasuke.

-Dime.

-Ya es tiempo de regresar, ¿No crees?

Claro que ya era tiempo, de hecho ya se había excedido con los dos meses extras estaba tan agotado, tanto que ya comenzaba a sentir estragos en su salud, Yahiko había insistido a llevarlo a un médico pero él se había negado, conocía su cuerpo y sabía que los mareos ocasionales eran producto del cansancio, la falta de horas de sueño y la mala alimentación.

Lo cierto era que pensar en regresar le producía ansiedad, volver a ver a Naruto, su cuerpo se calentaba de solo pensar en él, esos meses le sirvieron para reafirmar su amor por él, comprender que el hombre necesitaba ayuda psiquiátrica y que con mucho amor todo se solucionaría, en su tiempo libre logro conseguir un contacto con Londres con un buen Doctor quien le había dado buenos consejos a través de correos y cortas llamadas, si Naruto estaba de acuerdo podrían tener una cita y así ayudarlo a superar el pasado.

Gracias a la distancia logro reafirmar sus sentimientos, no negaba que muchas veces había pensado en tomar el primer vuelo y regresar con Naruto pero tenía que ser fuerte por los dos, aun así la angustia de pensar que este lo olvidara y buscara alguien más lastimaba su corazón pero también fue una posibilidad que evaluó y decidió que si eso habría sucedido en su ausencia lo superaría, se concientizo que nunca amaría a nadie como a Naruto pero si él lo había olvidado tan fácilmente, no lo amaba lo suficiente y eso era mejor que amarlo pensando que el sentimiento era reciproco.

-Si es tiempo de regresar.

Miro los ojos de Yahiko, reconoció en el un hombre admirable, nunca a lo largo de esos meses había tratado de seducirlo, al contrario había encontrado un amigo más en ese perfecto caballero.

Lo miro ponerse de pie y llegar hasta el, justo tras su silla, su aliento se sintió tibio contra su mejilla antes de que un beso cariñoso fuera abandonado en su mejilla.

-Hare la reservación de los vuelo para la semana entrante.

Miro la comida casi intacta en su plato, su apetito se había ido.

CONTINUARA...    

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