Narraciones de una ordinaria

ya no sé de títulos

las narraciones cambian de destinatario; el autor cambia internamente con ellos, sorprendiéndose de si capacidad de amar y olvidar con desesperación, en busca de un nuevo amor que le haga sentir las cosas más fuertes y emocionantes.
este escritor se destaca por hallar la belleza en rasgos superficiales, internos, diminutos, detalles; en suspiros y gritos. en medio de la muchedumbre o en el silencio de cementerio.
ya no le bastaba con ver la belleza, necesitaba crearla, ver cómo el arte se desenvolvía en sus manos, como la esperanza, el amor, la ilusión;la desesperanza, el odio, tristeza, la desilusión, se desvanecían palabra por palabra.
no le gustaba su medio de arte tampoco, ninguno en realidad. decía que el arte no era una vasta demostración de sentimientos y que los sentimientos verdaderos no pueden ser demostrados artísticamente; pintura, palabras, lápices, esculturas, fotografías. tan solo podías hacer sentir a alguien como vos querías que se sintiera, como vos asimilabas el sentimiento.
¿Qué carajo son los sentimientos si no cambios químicos?Si no interpretaciones de un órgano muscular que cerebro no tiene.
ya nadie afirma nada, ya no queremos. hartos de sentimientos revueltos, de acciones inconclusas y remordimientos escondidos.
ya ni hay ganas de clasificar el arte, porque, escúcheme bien, el arte es inclasificable. no debe entrar en ninguna etiqueta ni tampoco deberían existir la mismas.
El arte es ese conjunto de reacciones químicas que de poco sirven para la vitalidad del ser humano pero que es sorprendente como una ráfaga de luz en medio del oscuro cielo negro y profundo.
ya nadie aprecia ser descripto con palabras dulces, cariñosas, tibias, delirantes. ya todos están acostumbrados al arte y a la guerra conviviendo en paz cuando son dos cosas diferentes por más comparación y similitudes que encontremos.
la guerra esta donde nos ocultamos y el arte, donde somos libres