Capitulo 3: Quimera

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Yuu regreso de clases de la preparatoria y continuó con su silencio hasta su habitación, dejando a su madre con el papeleo de su trabajo. Después de varios meses del accidente optó mudarse para tratar de calmar las ansias de su hijo, ya que la actitud de Yuu había cambiado de alguien muy alegre, feliz y temerario a uno muy serio, pasivo y callado, haciendo que su hogar se volviese más tenue a la vista de su madre que siempre la tenía carcajeando con cualquier historia loca que se le venía a la cabeza a su joven hijo, ahora extrañaba todas esas cosas, pero ella intentaba estar bien para que su hijo pudiese notar su presencia haciéndole comprender que nunca lo dejaría de lado y tendría todo su apoyo.

Por otro lado, Yuu en su habitación tenía una fotografía con su amigo vestidos de vampiros para una noche de Halloween, aunque al mirarla por unos segundos el joven desviaba su mirada llevando su maletín a una mesa de estudio, tomando la silla con la mano derecha girándola y así tomar asiento en ella quedándose al menos 2 minutos, se recargo con todo su peso en la recargadera de la silla observando el techo, giro la silla usando la fuerza de sus piernas hasta que quedo completamente enfrente de la cama, dio un ligero paso largo dando lugar a recostarse y cubrir sus ojos con el ante brazo, respirando tranquilamente.

------Flashback-----

-¡Yuu! Vayamos al cine... Ese joven castaño, con ojos tan grandes y cafés le miraban con aquella insistencia única que portaba, el oji-verde soltó un suspiro hondo, no podría quitárselo de encima por mucho que le negará la salida.
-No podré ir... Ni siquiera tuvo alguna oportunidad, cuando menos recordó se encontraba con él en la sala. -¿Cómo fue que termine aquí?
-¡Veras que será muy divertida!. Esa emoción resplandeciente cubierta con euforia al mil que detonaba en cada expresión lograban que el pelinegro solo se quedase allí a su lado, si objetaba le sonreía, si le regañaba le sonreía, incluso si le estuviese llamando la atención no perdía su sonrisa, así que optaba acompañarle sabiendo que ni refutando conseguiría nada a su favor. Para su mala suerte se trataba de una película de terror y conocía tan bien a su amigo que no era muy bueno con esas películas.
A pesar de ser unos mocosos, la gente de esa ciudad era muy conocida que muchos llegaban a conocerlos o siquiera les reconocía tan bien que era muy común verlos sin sus padres, así que ellos podían hacer o realizar ciertas cosas que algún mortal no o eso pensaba la gente.
Al salir de la película repleta de jaloneos, gritos, bostezos por parte de Yuu con algunas palomitas en cara, para pasar el tiempo y no quedar sordo por lo ruidoso que se convertía Taichi, comenzó a lanzarle las palomitas en la sala, logrando hacer más placentera la estancia; una vez terminaron se dirigieron a casa ya que pasaban de las 7pm y eso podría preocupar a los adultos.

De camino a casa iban con algunas conversaciones extrañas.

-Yuu, ¿alguna vez te has puesto a pensar en casarte? Mirándolo tan atento como siempre.
-¿Qué?. Le tomó por sorpresa. -Somos demasiado jóvenes como para pensar en esas cosas ¿no?
-¿De verdad?. Guardando silencio.
-Además, aun ni siquiera tenemos una novia... Añade el pelinegro a su comentario. -¿Porque tan de repente haces estas preguntas Taichi?
Sin perderle de vista.
-No lo sé, solo quería saber tu opinión...Soltando una carcajada, haciéndole suspirar una vez más.
-En verdad, que no logro comprender lo que piensas la mayor parte del tiempo... Deteniendo su paso para cruzar la calle.

-No es para tanto. Sin perderle de vista. De pronto otra cuestión
-¿Recuerdas el viejo puente?. Mirando el cielo estrellado.
-Si ¿Que hay con él?. Pregunta Yuu al ver a su amigo todo preocupado.
-Nada, aún sigue allí. No se va. Comenzando a reírse, por otra parte, Yuu le da un fuerte zape en su cabeza. -Lo siento, tenía que decirlo... Luego no iba a poder dormir pensando en la angustia de no a verlo hecho.
-¡Entonces no te quejes cuando te pego!. Exclamo molesto, pero no pudo siquiera el tampoco poder contener la risa.
-¡Ah!. Sobando la zona afectada. -Perdón.
-Cielos, ¿De dónde sacas tantas incoherencias?. Cruzaron la calle aun con tonterías en la boca, aunque quisiera recordar más de ese recuerdo le era imposible, ya que no era tan visible desde ese punto.

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-¿Porque no puedo recordar más allá de esto?. Mirando detenidamente el techo blanco, con todas sus extremidades extendidas sobre aquel colchón suave, guardo silencio una vez más para luego levantarse hacia su mueble de estudio, tomando unos libros y libretas dedicando su tiempo a los apuntes; aunque por mucho que se esforzase le era casi imposible recordar, tanto que solía tener migrañas constantemente por el esfuerzo. No paso mucho tiempo para que el pelinegro se quedará dormido recargado en la mesa.

-------- ¿Quién eres? --------

Un día Yuu tuvo que permanecer en casa por un resfriado, mientras observaba el televisor que después de darle otra vuelta a los 90 canales no había nada de su agrado, no paso mucho tiempo que optó por regresar de la sala a su habitación, recostándose para descansar. Pero, algo le había llamado la atención, era extraño no poder despertar de su propio sueño.
-¿Qué me sucede?. Cuestionándose muy en su interior, su cuerpo yace tan pesado que le era muy difícil mantener la calma.

-Sigues como te recuerdo, Yuu-chan. Una voz suave, amenazadora y seductora en cada palabra susurrante sobre su oído derecho, haciendo que los calosfríos se presentaran en cada milímetro de su piel, al parecer era ese alguien que le estaba bloqueando de todo a todos sus sentidos.
-Sabes, me puse muy triste cuando escapaste del hospital...
Un fuerte calosfrió le recorrió todo su cuerpo, cada milímetro de su piel se tornaba cada vez más tenso e invadió todas sus emociones instantáneamente.
-No pude siquiera alcanzarte después de a ver castigado a ese sujeto.
Pasaba saliva con mayor dificultad, era demasiado intenso lo que sea que le estaba aprisionando. 

-¿Quién eres?- Pensó, ya que no lograba siquiera emitir un quejido, aquella fuerza tan brutal le estaba impidiendo siquiera tener control de si mismo, por otra parte ese sujeto solo reía a carcajada suelta al sentir la desesperación que le brindaba su presa.

-¿Tan pronto me has olvidado?. En su tono de voz detonante de furia.
-Me entristece saberlo... Un silencio amargo cubre toda la habitación, nuevamente esa amenaza que tanto le había asustado desde el primer asesinato, no era más que un recuerdo, aferrándose a la tonta idea de que solo eso era, "un mal recuerdo"
-Él no estará aquí para salvarte de nuevo, sabes, eres muy divertido Yuu-chan; pero, un día por fin podré tener lo que siempre me perteneció...
-¿Él?- Cuestiono. No obstante sintió un agarre en sus cuerdas bucales, como si una fuerza sobrenatural interfiriera intentando desgarrarlo desde sus entrañas, ya que podía sentir algunas navajas dentro de la gargantilla.
Carcajeo una vez más esa voz -En verdad me diviertes Yuu-chan...

El nervio del pelinegro le impulso forcejear con fuerza y poder levantarse de su postura, miro en todas las direcciones posibles de la habitación, se asomó por debajo de la cama y nada.
-¿Qué demonios fue eso?. Suspiro hondo nuevamente, sujetándose los cabellos con ambas manos. -Cielos, dejare de cenar cosas pesadas...
Toma asiento mirando a la pequeña ventana que yace del lado derecho del cuarto, se desvanece dejando caer todo su peso nuevamente sobre la recargadera de la silla mirando al techo, soltando sus brazos y piernas, de repente comienza a reírse.
-Taichi diría, "Me he desparramado".
Esa carcajada sin esfuerzo alguno le hizo sentirse bastante bien, tenía años que no reía tan entusiasmado; se enderezó, miro por la ventana, su sorpresa fue ver a un sujeto de pelo largo lila sujeto con una coleta, ojos rojos y vestimenta blanca, sonriendo maliciosamente moviendo sus labios, por la distancia no logro entender lo que decía, Yuu tallo sus ojos y al volver a mirar, ya no se encontraba más. -Maldición, creo que me estoy volviendo loco... Se giro al escritorio para continuar con su trabajo.

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Espero les guste, al rato veré si le continuó.

Sinfonía AmargaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora