Capítulo 13: Un día normal

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Han pasado varios días del ataque que recibió en ese callejón, Yuichi no se le apartaba como guardaespaldas en turno, por otro lado Yuu solo intentaba llevar sus días sin ningún lujo de detalle.

Las clases se hacían cada vez más interminables, mirando a través de las ventanas de su salón de clases el cielo, las nubes disparejas, algunas veces solía estar nublado, lluvioso, muy soleado o totalmente despejado.

Sus compañeros participaban en clases, y por mucho que Yuu dijera algunas palabras en clase, los presentes se preguntaban como era ¿Qué Yuichi era ahora su amigo? A pesar de no conocer la respuesta. Existía la probabilidad de ser todos un día amigos del pelinegro.

-Yuu-chan...- una chica se aproxima con una carta en manos, alta de tez blanca, pelo largo castaño, ojos verdes, sonrojada como un tomate en plena temporada.
-¿Mmm?- Le mira con detenimiento, a pesar de saber lo que se avecinaba, Yuu tenia gran educación y era aconsejado por una madre amorosa que le imploraba que nunca fuese a comportarse como los patanes de las instituciones y negar a una chica de la peor manera, ya que en sus años jóvenes a ella le habían pasado ciertas experiencias.
-Bueno, yo... Quisiera- todos en el salón de clases la observaban. Era una chica muy bonita y popular en el instituto. -Quisiera- estira los brazos con la carta en ambas manos -Que por favor, pudieses corresponder mis sentimientos- Al decir tales palabras, el público sorprendido esperaba la respuesta del pelinegro, no obstante Yuu se levantó de su butaca, tomo la carta, se aproximó hasta su oído y respondió.
-Gracias. Eres muy linda y amable- tomo un poco de aire -pero, no estoy interesado, con permiso- dejando allí a la chica sollozando, mientras este salía en dirección a la azotea.

Una vez allí cerro la puerta y se recargo a la malla de alambre, observó a todos los que practicaban deporte, otros que cambiaban de clases o incluso estaban preparando alguna presentación, coloco su mano izquierda sobre su rostro, un fuerte dolor de cabeza se le hizo presente. Tomo con su mano derecha su abdomen tomándole con fuerza, posó con rapidez su mano izquierda a los labios ocultando su asco, cayó sobre sus piernas sintiendo su cabeza en el alambrado.
-¡Yuu-chan!- escucho un grito proveniente detrás de él, tomándole desde su espalda.
-¿qué te pasa?- De pronto sintió como su cuerpo se desvanecía.
-¡Yuu-chan!- Exclamó su amigo corriendo a pedir ayuda.

Yuichi corrió lo más rápido que pudo, la puerta se cerró dejando al oji-verde tirado en el suelo.
-Vaya, vaya... ¿Al parecer los golpes te han estado causando problemas. Yuu-chan?- Sonríe sínicamente el dueño de esa voz, colocándose a su lado derecho, mientras el joven yace recostado desmayado. -Yo puedo quitarte tu dolor, dime ¿No te gustaría probarlo?- aproximándose hasta tomarle el rostro -Vaya, si que eres lindo de cerca- de pronto una ráfaga le impidió aproximarse más, obligándolo a retroceder al menos 2 metros del pelinegro. -Jajaja, nos volvemos a ver-
-Ferid...- El rubio le miraban con tanta seriedad.
-Te vez muy bien, a pesar de este tiempo ¿Qué te has echo?-
-Déjate de juegos... ¿Qué haces aquí?- Cuestiona.
-jajajajaj- carcajea el peli-plateado. -así es como recibes...- interrumpiéndole. -Maldición- haciéndole retroceder una vez Más.
-¡Te advertí que te alejaras de él!- exclamó.
-Así que ese sujeto es realmente quien te detiene... Mika- esquivando otro ataque, aproximándose hasta el rubio, dirigiendo su puño derecho hacia su oponente, Mika esquiva rápidamente tomándole del brazo llevándole fuera del alcance del pelinegro.

Unos minutos pasaron y Mika regreso a servirse de que Yuu estuviese bien, al no ver siquiera rastro de su amigo, le tomó entre sus brazos, aunque antes de levantarlo observó con mayor detenimiento las facciones del chico.
Llevo su mano derecha a la mejilla izquierda del chico y acarició con suavidad, aproximó su rostro a una cierta distancia por unos segundos.
-Tengo el presentimiento de que algo malo esta por suceder- Le mira con mucha cautela. -Me pregunto si podre protegerte de esta estúpida guerra- Mika aproxima más su rostro hasta atrapar sus labios con los del pelinegro.

La puerta se abre y el joven amigo observa la escena, Mika esta vez no se percata de su presencia. Carga a Yuu en sus brazos, se gira en dirección a la enfermería, no obstante, Yuu despierta en brazos del rubio.

-Ah...- Mika mira sorprendido al oji-verde. -¿Tu eres?- a pesar del tremendo dolor que poseía en esos momentos tenia claro de quien se trataba
-Veo que has despertado, iba a llevarle a la enfermería- comento con aquel oji-azul con seriedad y feliz, al ver que no le pasaba nada grave. Aunque al momento de quererlo bajar, Yuu sorprendió al rubio al juntar sus labios con los de él.
Unos segundos duraron así, Yuichi por otro lado se sorprendió tanto que cerró la puerta para dejarles a solas.
-¿Yuu-chan?- Al separarse, ambos se miraron directamente.
-Gracias por a verme ayudado antes...- pensó que se encontraba confundido, pero al verle con detenimiento y a pesar de sus dudas. Optó solo por darle su lugar.
-No fue nada...- Le dejo y se giro para retirarse.
-Ah, espera ¿A donde va?- cuestionó.
-Cuando se haya recuperado y quiera hablar, búsqueme...- desapareciendo de un solo salto. -"Estoy convencido de que Yuu-chan no hubiese actuado así"-
Por otra parte Yuu miro al cielo, camino hasta la enfermería, se recostó en una cama y se puso a descansar a las horas despertó sin recordar que había sucedido.

Su amigo Yuichi le comento solo hasta que le encontró tirado en el suelo, y de como había cambiado hasta la enfermería, omitiendo aquel momento con el chico que les había salvado anteriormente.

-¿De verdad?- Cuestionó confundido.
-Lo bueno es que ya te encuentras mejor- Sonriéndole feliz.
-Perdón por preocuparte Yuichi- dijo apenado.
-Ie...- Sin perder esa sonrisa. -Me alegro que estés bien- Le espero y caminaron juntos hasta desviarse a sus respectivas casas, con forme se iba aproximando, sintió como su pecho se oprimía.
-Así que ya has olvidado a mi hijo. Yuu-chan...- mira sorprendido al ver aquel sujeto parado en un poste de luz, ensangrentado.
-¿Qué?- nuevamente ese terror le envolvía hasta los huesos.
-¡Yuu-chan!- un grito de lo más penetrante le sucumbió los pensamientos, haciéndole correr hasta despertar una vez más en la azotea de su escuela, el cielo rojizo, el aire frecuente, al levantarse se percata de que ya casi todos habían salido y pocos estudiantes aun permanecían en el instituto, al escuchar abrir la puerta se levantó y bajo las escaleras, camino por los pasillos y se encontró con aquel sujeto que tanto le intrigada.
-¿Quién eres?- Cuestionó, este sonrío y silencio colocando su dedo índice sobre sus labios.
-¡¿Quién jodidos eres?!- exclamó, pero solo obtuvo una sonrisa.

-¿Yuu-chan?- Se sobresalto y se giro a ver quien le hablaba, allí la chica de clase.
-¿Ah?- nuevamente miro al frente y el día se encontraba como al medio día. Y un susurro se presentó en su cabeza.
-Ferid...- fue lo único que dijo, este paso saliva con dificultad, se giro y se adentro a las clases, de allí en más todo transcurrió como cualquier día normal.

Yuu salió y se dirigió a casa sin problemas, mientras tanto Mika se encontraba preocupado por aquellas escenas que por más que quisiera olvidarlas, esta vez Ferid había conseguido burlarse de él, y esta considerando ponerle fin ya a todas sus niñerías.

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Bueno, este es el capítulo de hoy, espero les guste, veré si luego lo corrijo, estoy que caigo de sueño. L@s quiero!

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