Extra:
Han pasado ya 4 años desde que todo aquel conflicto había terminado, Yuu ahora estaba por concluir la Universidad y a pesar de estar siempre ocupado mantenía su rutina del día.
La graduación llego, la familia de Yuu estaba feliz, su mamá le había regalado un juego que tanto anhelaba el pelinegro, su hermanita ahora más grande le ayudaba con algunos quehaceres de la casa, los tres vivían en constante armonía.
A Yuu se le habían presentado varias ocasiones con chicas, pero a todas las rechazaba, al parecer solo le tendría amor a una sola persona.
La noche llegó y su madre le había pedido que fuera por unas cosas al super, ya que su hermanita traía ganas de prepararle algún postre por su celebración, Yuu caminaba por las calles en dirección a dicho establecimiento, subió por una ascendiente ya que el super que estaba por su casa había sido reubicado por el caos de años anteriores, así que tenía que caminar un poco más de lo normal.
Al llegar tomo una pequeña canasta y poder tomar el encargo, no obstante se quedo observando un poco más de lo habitual, tomo entre sus manos una barra de chocolate amargo con almendras, pensó un determinado tiempo si llevárselo o no traía un antojo sobre el dulce desde hace días pero se decidió por dejarle allí en el estante, se encamino hasta la caja y la señorita le atendió despidiéndole con una amable sonrisa, Yuu salió con una bolsa blanca con la marca del establecimiento 7eleven, caminó unas cuadras colina abajo hasta llegar a un parque y se detuvo mirando la luna llena.
-Hoy fue mi graduación sabes, las chicas no dejaban de gritar cuando me entregaron el título, fue un verdadero caos- Sonriendo de medio lado -Me hubiera gustado que estuvieras aquí para acompañarme Mika...- Suspiro hondo y cuando estuvo a punto de dar su primer paso, miro atrás de él esperando que de entre los árboles saliera, se espero unos minutos, bajo su rostro triste y camino de regreso a casa.
A unas cuantas cuadras se detuvo al ver a un chico de tez blanca, cabellera ceniza y ondulada, vestimenta negra y ojos azules, esperando algún camión de ruta, le miro petrificado, su corazón dio un vuelco, camino hasta él intentando no perderle de vista, de pronto el chico volteo a verlo su sorpresa fue ver semejante parecido con el vampiro.
-Buenas noches- Dijo el chico que llevaba consigo una funda de algún instrumento de cuerda.
-Bu...Buenas...- Diciendo en tono bajo, el a verlo confundido de esa manera, era algo sumamente triste. -Con permiso- Paso de largo, llegando hasta la cuadra de su casa, se detuvo, recargándose en la esquina sobre una pared. -Maldición que me sucede- Alzando la cabeza al cielo, su brazo derecho cubrió sus ojos unos instantes, sentía que pronto colapsaría por aquel mal entendido. -Debo tranquilizarme- suspira hondo un par de veces cuando de pronto.-¿Yuu-chan?- Se sorprendió al escuchar esa voz una vez más, dirigió su vista al frente, su sorpresa fue ver a esa persona allí este de inmediato sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas. -¿Estás bien?- Ver aquel caballero con esas vestimentas blancas y ojos Zafiro mirándole desde la otra cera.
-¿Mi...Mika?- soltó las cosas dirigiéndose con rapidez hasta aferrarse a ese cuerpo como si no quisiera soltarlo jamás en la vida.-Ah ¿Qué sucede?- Cuestiono sin perder esa cordura madura del vampiro.
-No lo tolero más, por favor, no me vuelvas a dejar...- Decía entre el pecho del Oji-azul. Sintiendo como le abrazaba con mayor fuerza.
-Eso no pasará si te entregas a mi- Sonriendo de medio lado, al parecer era una broma por parte del vampiro, Yuu se separó y le miro un tanto confundido -Solo bromeo- El cenizo se acerco a las cosas que yacen en el suelo, se enderezo y le miro tan tranquilo como el viento en plena seguridad, Yuu se aproximo a él y sonrieron mutuamente como dos buenos amigos, de inmediato se dirigieron a la casa del pelinegro.
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Sinfonía Amarga
Ciencia FicciónUn joven chico se vio involucrado en un terrible accidente, lamentablemente término siendo llevado al hospital, lo que le espera es algo catastrófico. * Está historia es un Crossover, espero que les guste también los giros que se dan. Sin más que d...