Capítulo 25

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Charles se sentía como hacía  doce años atrás, en el consultorio de Hank, con el gel frío cubriéndolo y una noticia que volvía a cambiarle la vida.

- Charles...? - Raven acarició su brazo. - Estás bien, cariño? -

- Sí... no me lo esperaba, pero estoy bien... es decir, ya pasé por esto y no puede ser tan terrible. Excepto por Erik, como siempre. Pero no es grave, no es nada grave...- Charles murmuraba nerviosamente y Raven tomó su mano.

- Tranquilo... Esta vez es distinto. Él te ama, y es tu oportunidad de cambiar las cosas. Aprendiste de tus errores y él de los suyos.- Su hermana le sonrió dulcemente.

- Y si no siempre podemos obligarlo...- Agregó Hank, intentando poner una gota de humor.

Charles sonrió débilmente y Raven lo fulminó.

- Hank... podrías volver a mostrarme... - Charles inquirió timidamente.

- Por supuesto! - Hank volvió a utilizar el ecógrafo para mostrarle las imágenes a su cuñado.

- Es... tan pequeño...- Charles estaba emocionado. - No creí que volvería a pasar por esto... - Se secó las lágrimas que empañaban su vista, mientras Hank guardaba su equipo.

Raven lo rodeó entre sus brazos.
- Felicidades, cariño! Es una buena noticia! Además... seré madre y tía otra vez, al mismo tiempo!!-

Charles rió y Hank se acercó tendiéndole la imágen de la ecografia. Otra vez la vida volvía a ponerlo en la misma situación, pero esta vez trataría de obrar de manera correcta.

Luego de almorzar con su hermana y cuñado, o fingir que lo hacía porque los nervios apenas lo habían dejado probar bocado, se marchó a buscar a David a la casa de Erik.
No sabía cómo decírselo, ni tampoco como iría a tomarse la noticia Erik. Y David?... y también estaban los gemelos.
Su cabeza daba vueltas, pero decidió que lo mejor seria decírselo primero a Erik. A solas. Luego entre ambos decidirían como decírselo a los niños.

- En qué estoy pensando? No somos una pareja. Sólo una familia disfuncional como tantas otras. Sólo tengo que decírselo en un momento donde no estén los niños... y ya. No espero nada de él, sólo decirle la verdad. Sólo eso...- Charles suspiró y se sentó en un banco del parque. Necesitaba un poco de aire antes de ir a buscar a David.

Observó a la gente que pasaba, pero rápidamente se perdió viendo a los niños jugando, mientras sus padres los observaban de cerca. Tal y como solían hacer él y Erik cuando estaban juntos y llevaban a sus hijos al parque.

¿Por qué la felicidad duraba tan poco? Esos meses junto a Erik ciertamente habían sido los más felices de su vida. Se secó las pocas lágrimas solitarias que se le habían escapado y posó por primera vez las manos en su vientre.
- Prometo hacer lo correcto esta vez...- Cerró los ojos y tomó aire.
Se disponía a levantarse cuando una ráfaga de pelo plateado lo alcanzó, sentándosele encima.

- Papá  Charles! - Pietro lo abrazó con fuerza y él le devolvió el abrazo cariñosamente.- Pietro... qué haces aquí? Estas sólo?-

- No! Papá nos trajo un rato al parque, y justo te vi! - Sonrió mostrando todos sus dientes y Charles se enterneció.

- Bueno, pero se preocupará si no te ve. Vamos a buscarlo, si? - Pietro se acurrucó aún más encima de Charles.

- Te extrañamos mucho, papá. Wanda y yo también queremos estar contigo.- La voz del pequeño sonaba triste y Charles tuvo que contenerse enormemente para no llorar. Lo estrechó aún más contra su pecho y suspiró.

Una noche para olvidar (CHERIK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora