Después de entender que me habló el jueves sólo para "saber cómo estaba", entendí todo lo que no quería entender. Entendí que a ella le gusta eso. Tenerme a sus pies y que cada vez que ve que la olvido, regresa a mí para clavarme más. Y es claro, ella fue mi definición de perfección, o mínimo me completaba tanto. Ahora, sólo es una parte de mí que duele mucho, entre muchas tantas. Mis problemas siguen aumentando igual que mi indiferencia, volví a bailar, salí, canté, jugué, conocí mucha gente nueva y comí cosas que jamás había comido; y aún así, nada me llena. Me da felicidad momentánea, pero después pienso en todo y vuelvo a la misma rutina. Me he abrumado de trabajos, estudios, actividades, salidas todo el fin de semana, dejando por un lado mis sentimientos y hasta dejando de escribir diario, y aquí sigo, escribiendo lo que siento y lo que pienso, el dolor que me mantiene sentada mientras redacto, la decepción que me mantiene despierta después de no haber dormido en 1 semana y media. No quiero darle demasiada importancia, mucho menos cuando ella me dio la mínima, y no es mi único problema actual.
Quiero liberarme, quiero que la paz viva en mí, que abunde la paciencia y la buena vibra, que crezca mi fé en mi misma, que deje a un lado la desconfianza y vuelva a ser quien fui. Quiero volver a bailar, a cantar, a hacer lo que me gustaba. Quiero salir en la noche en carro y asomar mi cabeza por la ventana. Quiero sacar la mano y sentir el aire fresco y el cambio de temperatura que éste produce. Quiero volver a disfrutar un buen café de mi cafetería favorita. Quiero aprender a tocar instrumentos, empezar nuevos proyectos y afinar mis metas. Quiero hacer tanto y aún siento que algo me detiene.
¿Qué me detiene, si después de todo, muero por comenzar de cero?
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Sobre la ruptura y el tiempo de recuperación.
Teen FictionBasada en la ruptura que viví, inspirada en mi primer amor.