Me gustaría mentir y decir que estoy superando todo a la perfección, que mi suerte va aumentando, que cada vez soy más feliz y los días se aligeran, que soy más abierta, feliz y disfruto la vida. Aparentemente, no lo hago. Aunque digan que "una mente ocupada no extraña a nadie", no funciona conmigo. He vivido buscando actividades desde la ruptura para así distraerme y conocer a más gente, lo cual he hecho, pero no como quería. También me gustaría decir firmemente que logré liberarla como había dicho, que ya está fuera de mi alma y vida, y que ahora todo es pacífico. Lamentablemente, siento siempre que me falta algo. Y es demasiado confuso y me provoca ataques de ansiedad y desmayos; no sé si me falta esa parte de mí, que se llevó conmigo y no se molestó en devolver, o si simplemente, me falta ella. En verdad, quiero creer que no es la segunda, porque simplemente nunca me apego a la gente, y mucho menos me quedo tanto tiempo en la vida de alguien. Me gusta jugar, ser pasajera, dar lecciones e irme, conocer más gente y repetirlo, así mi vida siempre era interesante y sin tantos problemas por sentimientos y ansiedad.
Más de un año sin lograr irme de ella. Tal vez soy yo la que tiene que ser liberada y no ella. Tal vez todo está destinado a ser. Tal vez no existe el destino y sólo son estúpidas esperanzas que sigo teniendo desde hace tiempo. Tal vez pienso demasiado y actúo poco, tal vez era hora de que viviera esto y así, después de tiempo, podría irme y seguir mi vida aventurera. Todo es un "tal vez". Ya estoy cansada de esperar a que estas dudas se resuelvan, a que por fin, la vida me beneficie. Han pasado 12 días de amargura, de tristeza, aislamiento y ansiedad. Siento como si hubiera pasado un mes o dos, los días son eternos y las noches más, ya que llevo 5 días sin lograr dormir como acostumbraba. Ya no es sano y no encuentro solución alguna.
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Sobre la ruptura y el tiempo de recuperación.
Novela JuvenilBasada en la ruptura que viví, inspirada en mi primer amor.