Sobre la ruptura y el tiempo de recuperación.

Día 17 después de la ruptura (19 de junio de 2017)

Hoy he extrañado mucho su suave piel, su loción que quedó en mi ropa, su cabello revoltoso. Hoy la he extrañado lo suficiente para guardar mi orgullo e ir en busca de ella. Pero no lo he hecho, no lo haré. No buscaré a alguien que no quiso confiar en mí cuando fui real. No buscaré a alguien que no apreció todas mis teorías irrelevantes y alma pura. No buscaré a alguien que decidió llevarse una parte de mí sólo para hacerme quedar estancada. Es su decisión si quiere buscarme, la cual no juzgaré, pero de mi parte no habrá nada.

Y es que extraño cuando fumábamos y nuestros ojos se hacían chiquitos, cómo mi sentido del tacto se afinaba y así podía disfrutar tanto un beso. Extraño las veces que platicaba de algo que le apasionaba y se le iluminaba la mirada. Extraño verla feliz a mi lado, que fuera a buscarme sólo para abrazarme. Extraño las tantas canciones que le dediqué y nunca entendió la letra como quería que lo hiciera. Extraño los tantos poemas y crónicas que redactaba sobre su carisma y noble alma. Simplemente extraño el pasado, pero debo dejarlo ir.

Despojarse del equipaje de pertenecer, desprenderse de raíces pasajeras sin plan de vuelo, a volver a ser.